|
89
ENTREVISTA
- El progreso de la mujer en el mercado de trabajo es,
sin duda, un factor clave para entender el descenso de
la natalidad. La incorporación de la mujer en el mercado
laboral es un factor económico estructural, que impacta
en los valores sociales y económicos, y que en gran me-
dida podría explicar la caída de la natalidad durante las
últimas décadas. No obstante, hay que tener en cuenta
que el descenso en la natalidad desde 2008 parece te-
ner también un componente de carácter cíclico asociado
al contexto y a la recesión económica, y no tanto con un
cambio de valores.
- Según apreciamos en informes internacionales,
parece ser que el conflicto trabajo-familia sigue en-
focándose como una cuestión femenina. ¿Cuál es el
rol del padre en este conflicto?
- Las encuestas de uso del tiempo continúan poniendo
de manifiesto que las mujeres dedican más tiempo que
los hombres a las tareas domésticas. Las encuestas de
salarios y las estadísticas sobre la composición de las
empresas también muestran que las mujeres continúan
teniendo sueldos más bajos y ocupando posiciones me-
nos relevantes que los hombres. Esta evidencia puede
responder a una fuerte preferencia por las mujeres a de-
dicarse al cuidado de los hijos y al trabajo doméstico o
a la presencia de discriminación en el mercado laboral.
Para poder identificar la causa de estas desigualdades
deberían en primer lugar desarrollarse políticas que fa-
vorecieran la conciliación entre la vida laboral y profe-
sional de los padres.
- ¿Qué papel considera que han jugado las políticas
de conciliación por parte del gobierno durante los
últimos años?
- Las políticas de conciliación de los últimos años en
España han sido muy poco efectivas. La introducción de
las dos semanas de permisos de paternidad, aunque ha
aumentado la participación masculina en los permisos
por nacimiento de un hijo, no parecen haber aumentado
su implicación en las tareas domésticas y cuidado de
los hijos. La experiencia en otros países nos dice que
si los permisos por nacimiento de un hijo son compar-
tidos (los puede tomar tanto la madre como el padre),
son en su gran mayoría las mujeres, las que hacen uso
de ellos. En este sentido, si bien los permisos de larga
duración son muy generosos, hay que tener en cuenta
que también pueden tener efectos negativos sobre el
mercado laboral femenino. Por ejemplo, en Suecia los
permisos por nacimiento de un hijo son muy generosos
y parecen favorecer la persistencia del techo de vidrio.
Es decir, la ausencia de mujeres en cargos directivos o
de responsabilidad
- ¿Cómo deberían ser estas políticas de conciliación
para ser eficientes?
- En mi opinión, dos políticas servirían para mejorar la
situación de la mujer en el mercado laboral y facilitar la
conciliación. En primer lugar, un aumento de la oferta de
guarderías públicas de calidad. Y otra alternativa sería
la introducción de permisos de paternidad obligatorios
y de igual duración que los permisos por maternidad.
Por ejemplo, los servicios de guarderías públicas facili-
tarían que la mujer pudiera decidir su oferta de trabajo
sin necesidad de negociarla con el resto de miembros
de la familia. Así, permitirían la reincorporación de la
mujer al mercado de trabajo después de tener hijos, así
como trabajar más horas, si así lo desearan. Mientras,
los permisos de paternidad (obligatorios) también bus-
can ese objetivo. Aunque en este caso, llevan implícitos
una negociación entre los miembros del hogar, que no es
necesaria en el caso de una oferta generosa y de calidad
de guarderías públicas. Estas políticas favorecen la con-
ciliación entre la vida laboral y la familiar. Pero también
son necesarias medidas para reducir la discriminación o
favorecer en avance de la mujer en el mercado laboral.
En este sentido, las cuotas de género podrían ayudar a
incrementar la presencia de mujeres en cargos directi-
vos y de responsabilidad.
Los permisos por nacimiento de igual duración y obli-
gatorios para ambos progenitores podrían incrementar
la participación de los hombres en las tareas domés-
ticas y de cuidado de los hijos, no solo al nacer, sino
también en el largo plazo. Este tipo de políticas podría
desincentivar la discriminación de género en el mercado
de trabajo. Si ambos progenitores tienen la obligación de
ausentarse del lugar de trabajo durante unos meses, y
no de manera simultánea, tras el nacimiento de un hijo,
los empleadores no deberían ser indiferentes al tiempo
de contratar a un hombre o a una mujer.
n
Una mejora en las
políticas de conciliación
sería un aspecto que
favorecería el aumento de
la natalidad en España