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ENTREVISTA

- El progreso de la mujer en el mercado de trabajo es,

sin duda, un factor clave para entender el descenso de

la natalidad. La incorporación de la mujer en el mercado

laboral es un factor económico estructural, que impacta

en los valores sociales y económicos, y que en gran me-

dida podría explicar la caída de la natalidad durante las

últimas décadas. No obstante, hay que tener en cuenta

que el descenso en la natalidad desde 2008 parece te-

ner también un componente de carácter cíclico asociado

al contexto y a la recesión económica, y no tanto con un

cambio de valores.

- Según apreciamos en informes internacionales,

parece ser que el conflicto trabajo-familia sigue en-

focándose como una cuestión femenina. ¿Cuál es el

rol del padre en este conflicto?

- Las encuestas de uso del tiempo continúan poniendo

de manifiesto que las mujeres dedican más tiempo que

los hombres a las tareas domésticas. Las encuestas de

salarios y las estadísticas sobre la composición de las

empresas también muestran que las mujeres continúan

teniendo sueldos más bajos y ocupando posiciones me-

nos relevantes que los hombres. Esta evidencia puede

responder a una fuerte preferencia por las mujeres a de-

dicarse al cuidado de los hijos y al trabajo doméstico o

a la presencia de discriminación en el mercado laboral.

Para poder identificar la causa de estas desigualdades

deberían en primer lugar desarrollarse políticas que fa-

vorecieran la conciliación entre la vida laboral y profe-

sional de los padres.

- ¿Qué papel considera que han jugado las políticas

de conciliación por parte del gobierno durante los

últimos años?

- Las políticas de conciliación de los últimos años en

España han sido muy poco efectivas. La introducción de

las dos semanas de permisos de paternidad, aunque ha

aumentado la participación masculina en los permisos

por nacimiento de un hijo, no parecen haber aumentado

su implicación en las tareas domésticas y cuidado de

los hijos. La experiencia en otros países nos dice que

si los permisos por nacimiento de un hijo son compar-

tidos (los puede tomar tanto la madre como el padre),

son en su gran mayoría las mujeres, las que hacen uso

de ellos. En este sentido, si bien los permisos de larga

duración son muy generosos, hay que tener en cuenta

que también pueden tener efectos negativos sobre el

mercado laboral femenino. Por ejemplo, en Suecia los

permisos por nacimiento de un hijo son muy generosos

y parecen favorecer la persistencia del techo de vidrio.

Es decir, la ausencia de mujeres en cargos directivos o

de responsabilidad

- ¿Cómo deberían ser estas políticas de conciliación

para ser eficientes?

- En mi opinión, dos políticas servirían para mejorar la

situación de la mujer en el mercado laboral y facilitar la

conciliación. En primer lugar, un aumento de la oferta de

guarderías públicas de calidad. Y otra alternativa sería

la introducción de permisos de paternidad obligatorios

y de igual duración que los permisos por maternidad.

Por ejemplo, los servicios de guarderías públicas facili-

tarían que la mujer pudiera decidir su oferta de trabajo

sin necesidad de negociarla con el resto de miembros

de la familia. Así, permitirían la reincorporación de la

mujer al mercado de trabajo después de tener hijos, así

como trabajar más horas, si así lo desearan. Mientras,

los permisos de paternidad (obligatorios) también bus-

can ese objetivo. Aunque en este caso, llevan implícitos

una negociación entre los miembros del hogar, que no es

necesaria en el caso de una oferta generosa y de calidad

de guarderías públicas. Estas políticas favorecen la con-

ciliación entre la vida laboral y la familiar. Pero también

son necesarias medidas para reducir la discriminación o

favorecer en avance de la mujer en el mercado laboral.

En este sentido, las cuotas de género podrían ayudar a

incrementar la presencia de mujeres en cargos directi-

vos y de responsabilidad.

Los permisos por nacimiento de igual duración y obli-

gatorios para ambos progenitores podrían incrementar

la participación de los hombres en las tareas domés-

ticas y de cuidado de los hijos, no solo al nacer, sino

también en el largo plazo. Este tipo de políticas podría

desincentivar la discriminación de género en el mercado

de trabajo. Si ambos progenitores tienen la obligación de

ausentarse del lugar de trabajo durante unos meses, y

no de manera simultánea, tras el nacimiento de un hijo,

los empleadores no deberían ser indiferentes al tiempo

de contratar a un hombre o a una mujer.

n

Una mejora en las

políticas de conciliación

sería un aspecto que

favorecería el aumento de

la natalidad en España