El consumo moderado de vino puede ser beneficioso para la salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas degenerativas incluidas aquellas que afectan a la función cognitiva es importante mantener un estilo de vida saludable desde edades tempranas, prestando especial atención a la alimentación y el ejercicio físico. Por ello, está tomando cada vez más importancia nuestra Dieta Mediterránea que promueve un equilibrio en nuestra forma de comer y beber, relacionarnos y movernos. En este sentido, el vino forma parte de esta pirámide en un consumo siempre moderado. Su dimensión cultural e histórica y su factor socializador supone un elemento a tener en cuenta en cuanto a la salud mental ya que se asocia a momentos de relax para disfrutar en compañía.
En lo que corresponde al vino, además, se ha demostrado en numerosos estudios que su consumo moderado tiene factores beneficiosos asociados para la salud por ser fuente de compuestos fenólicos. En palabras del Doctor Ramón Estruch, coordinador científico y responsable de portavocía de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), miembro del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, del Centro de Investigación Biomédica en Red del Instituto de Salud Carlos III (Madrid) y uno de los mayores impulsores de la Dieta Mediterránea: “Estos compuestos tienen propiedades bioactivas que también se han relacionado con la neuroprotección”. A nivel cognitivo, su consumo moderado se ha relacionado con un menor riesgo de demencia y depresión1 y se piensa que este tipo de compuestos podrían prevenir el avance del deterioro cognitivo asociado a la edad. Por este motivo, el consumo moderado de vino dentro de un contexto de Dieta Mediterránea “tendría un efecto positivo en la función cognitiva”.
Estudios científicos avalan que otro componente de la uva con propiedades beneficiosas para la salud es el resveratrol que destaca su capacidad antiinflamatoria y para reducir el estrés oxidativo. Asimismo, otros estudios con animales han demostrado que el resveratrol impide la actividad de moléculas altamente oxidantes, que dañan regiones claves del cerebro, como el hipocampo. Otros mecanismos que pueden utilizar el resveratrol para proteger la salud cognitiva son la regulación de la sirtuina, una proteína que, en pocas palabras, es esencial para regular el metabolismo de la célula ya que controla su expresión genética.
Además, el resveratrol se ha asociado con un efecto positivo en la depresión y la ansiedad ya que puede aumentar la cantidad de AMPc en el cerebro. Esta molécula, que se hidroliza por la enzima fosfodiesterasa 4, tiene una función clave en la comunicación celular. Los investigadores proponen según estudios hechos en animales, que el resveratrol impide el funcionamiento de la fosfodiesterasa 4, lo que explicaría los efectos antidepresivos que produce (reducción de la ansiedad y de comportamientos asociados a la depresión).
Con el incremento de la esperanza de vida poblacional, ha aumentado la aparición de enfermedades crónicas degenerativas y cognitivas. Su impacto a nivel individual y social hace que deban tenerse cada vez en más consideración por ello es importante fomentar una dieta equilibrada y hábitos de vida saludable que ayuden a prevenirlas. Los beneficios de la dieta mediterránea, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, son reconocidos por numerosos expertos y es indudable su vinculación con nuestra cultura y tradición.
Desde FIVIN se recuerda que aunque numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud. De hecho, la recomendación general de los científicos suele ser preventiva advirtiendo que los beneficios para la salud del vino en un estudio en particular, no garantiza que los no bebedores o abstemios deban comenzar a disfrutar de una copa al día para mejorar su salud. Cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional. Las personas, independientemente de si padecen cualquier enfermedad, deben consultar con su médico antes de tomar decisiones sobre el consumo de alcohol por su salud.