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El juego, una actividad integradora
El 90% de las familias españolas consideran que los juguetes pueden contribuir a la integración de las personas,
según el estudio ‘Juego, Juguetes y Diversidad en España’. Sin embargo, al 36% de las familias con hijos disca-
pacitados les resulta difícil encontrar este tipo de productos para los niños. En referencia a la multiculturalidad,
la encuesta desvela como para el 75% de las familias, los juguetes no siempre reflejan la diversidad cultural. Las
familias de otras culturas residentes en España aseguran que existen muy pocos productos con los que se sientan
identificados niños y niñas de diferentes razas. Junto a estas cifras, la muestra destaca como mientras el 60% de
los niños comparte el juego con otros de diferentes culturas en parques y colegios, solo el 40% lo hace con niños
con discapacidad. “Estos datos muestran una tendencia clara en la sociedad española a la integración a través del
juego y una mayor inclusión en género e interculturalidad que en diversidad funcional, debido al menor número de
niños con discapacidad”, explica María Costa, a lo que añade: “El juego en sí es la actividad más integradora de las
que dispone el ser humano. El juego es un vehículo clave para establecer contactos con otras realidades culturales
y poder comprender otros estilos de vida, otras formas de pensar, otras formas de jugar. El juego nos permite co-
nocer otras culturas, otras realidades, otras razas, otras costumbres, pero también es fundamental para entender
nuestra propia cultura y transmitirla a personas de culturas diferentes”.
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Potencial de uso y de
utilidad del juguete
Entrevista a María Costa, directora del departamento de Consumidor Infantil y Pedagogía de AIJU
- ¿Qué valoran el niño y la
niña a la hora de escoger los
juguetes?
- Es curioso porque los adul-
tos vemos antes el significado
social y cultural de los objetos.
Mientras que los niños y niñas
ven en el objeto ‘juguete’ su po-
tencial de uso, su utilidad como
objeto con el que maniobrar, los retos que le suponen, su
valor lúdico y de entretenimiento, su capacidad de estimular
la imaginación, la manipulación, la fantasía o el movimiento.
Es decir, que los niños y niñas a la hora de elegir juguetes va-
loran lo mismo que siempre han valorado, que coincidan con
sus gustos y preferencias, que les planteen retos superables
y que sean divertidos y reconocibles.
- ¿Cómo se da la integración a través del juego?
- El juego facilita la integración física y emocional. Incluso
cuando los niños tienen dificultades físicas, distintas capaci-
dades mentales o reducción de movilidad, al jugar con otros
que tienendistintascapacidadesseproduceunajustenatural
entre ellos de forma que consiguen integrarlos. En algunos
casos, acercándoles los juguetes o recogiéndolos cuando se
les caen, o dándoles un papel que no requiera movimiento.
El juego es un vehículo clave para establecer contactos con
otras realidades culturales y poder comprender otros estilos
de vida, otras formas de pensar, otras formas de jugar, etc.
- ¿Qué aspectos resalta el juguete como ‘bien cultu-
ral’?
- El juguete es una ‘herramienta’ cultural que transmite va-
lores sociales. Es como un microcosmos de nuestra cultura.
Como decía Elkonin, “el juguete es una reproducción simpli-
ficada, sintetizada y esquematizada de los objetos de la vida
y de la actividad de la sociedad adaptado a las peculiaridades
de los niños”. Por eso son tan interesantes para sociólogos y
antropólogos, porque reproducen actividades propias de los
adultos, son reflejo de la ideología sociocultural de una de-
terminada cultura, y reflejo de la tecnología de una época.
El juguete es un soporte de significaciones a través de
las cuales los niños y niñas entran en contacto con su
cultura. El juguete muestra la imagen que los adultos te-
nemos de la infancia y de la propia sociedad, reproducen
en miniatura los valores sociales imperantes sean o no
discriminatorios. Pero si se representan niños y niñas por
igual en envases o spots, si se muestran mensajes donde
hombres y mujeres desempeñan diferentes roles y acti-
vidades sin importar el sexo, si representan a personas
de diferentes razas, culturas o con distintas capacidades,
con todo ello trasladarán estos conceptos a la infancia de
la manera más fácil, jugando.
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