Las españolas compran el 45% del vino, sobre todo en supermercados
14 de mayo de 2010
Coincidiendo con la celebración del VII Foro Mundial del Vino, el pasado 13 de mayo tuvo lugar una ponencia sobre el perfil de la fémina conocedora y consumidora de vino en España. A tal efecto, Mar Romero, periodista especializada en vinos y gastronomía de Punto Radio, definió este colectivo basándose en un estudio sobre los hábitos de consumo de vino por parte de las españolas. En términos de compra, en España la mujer decide la compra del 45% del vino vendido que adquiere, especialmente, en supermercados (en este caso, sube hasta el 57%) y en menor medida en tiendas especializadas. Las motivaciones que llevan a decidir la compra de un vino son diferentes en función del género: las mujeres, se interesan más por la elección de variedades; los hombres, se guían más por las marcas y los precios.
La investigación rompe con el tópico de que las féminas se decantan por caldos más ligeros. Entre las consumidoras de esta bebida, el tinto es el más apreciado, seguido de la cerveza y el rosado. En cuanto a la frecuencia de consumo, las encuestadas se inclinan, de forma mayoritaria, por una o dos veces a la semana (43%) mientras que algunas (27%) aseguran ingerirlo a diario. En cuanto a los lugares y circunstancias en los que prefieren consumir vino, más del 90% afirman tomarlo durante las comidas y fuera del domicilio; mientras que en menor medida lo ingieren dentro de casa. Otra circunstancia idónea para las entrevistadas es el aperitivo; en torno al 45% fuera de casa y cerca del 30% en la propia vivienda. Un dato significativo es que un 25% de las mujeres acostumbran a consumir vino por la tarde acompañadas de amigos, mientras que, en menor medida, lo toman solas, en momentos de tranquilo e incluso mientras cocinan.
En su mayoría, las consumidoras aprecian que se trata de una bebida con propiedades saludables y de tradición cultural. Cuatro de cada diez reconocen que comen mejor con vino y un 40% conocen diferentes variedades de uva. Las encuestadas con opiniones menos favorables hacia el vino le achacan que es una bebida que tiene mucho alcohol y menos refrescante que otras. En función de su actitud hacia el consumo de vino, la investigación define seis perfiles diferentes. El más numeroso (el 24%), es el de la consumidora ‘curiosa’, exquisita en sus gustos a la que le gusta probar vinos diferentes, lo toma con una cierta frecuencia y tiene un razonable poder adquisitivo. A poca distancia, le sigue la ‘tradicional’ (22%), en su mayoría mayores de 50 años, también consumidora frecuente y con preferencias más definidas. El tercer perfil, la ‘ligera’ (17%) que toma el vino ocasionalmente en menor cantidad y gasto. La consumidora ‘entusiasta’ incluye al 15% de las encuestadas, con un consumo habitual de todo tipo de vinos aunque suele preferir tintos y blancos. Los dos perfiles minoritarios son la consumidora ‘joven’ (11%), con un consumo de 1 o 2 veces a la semana y una actitud abierta al gasto si es preciso, y la ‘indiferente’ (11%).
En el análisis con el que completó estas cifras, Mar Romero reivindicó “el fomento de una cultura del vino que favorezca su consumo por la población de mujeres”. Y, para ello, aportó una serie de claves a tener en cuenta: “Investigar en cómo solventar las barreras respecto al sabor fuerte o al alto grado, facilitar el conocimiento de los vinos alejándose de expresiones excesivamente técnicas y eligiendo otras que le hagan más cercano (menos “notas de frutos rojos” y sabor más agradable, ideal para compartir”), resaltar aspectos relacionados con tendencias sociales, fomentar también hábitos en cuanto a nuevos momentos para el consumo e incorporar más mujeres al sector vitivinícola”.
En materia de consumo, y haciendo referencia a las reticencias que todavía se dan, la periodista dejó ir una reflexión: “Parece mentira que en países no productores y sin tradición cultural respecto al vino, se esté incrementando el consumo de vino entre los jóvenes ligándolo a una cuestión de estatus y de moda; y que aquí, como país productor y con una cultura heredada, esos mismos sectores tengan una visión no muy positiva del vino porque les parezca poco moderno y algo que hacían sus abuelos”.