Máxima rentabilidad en el aprovechamiento de los subproductos del vino
Toda esta fuente de compuestos químicos, obtenida a partir de los residuos generados en la elaboración del vino, puesta en valor tiene un impacto económico positivo. Aunque aún hay mucho camino por recorrer, y el volumen de residuos generados por la industria vinícola que no se aprovechan sigue siendo muy alto, hoy ya es una evidencia que reciclar y aprovechar los subproductos de la fabricación del vino aporta beneficios, tanto económicos como medioambientales. Para ilustrar esta afirmación nos sirven de ejemplo dos casos que desde ámbitos de gestión distintos, uno externo y otro interno, han sabido rentabilizar al máximo los residuos generados por la industria vinícola.
Caso 1: Gestrevin, gestora de residuos vínicos
La Gestora de Residuos Vínicos, SCV -Gestrevin-, ubicada en Utiel (Valencia) es un claro ejemplo de aprovechamiento máximo del potencial que tienen los residuos de las bodegas para elaborar una serie de subproductos cuya comercialización aporta interesantes beneficios. Esta cooperativa de segundo grado, creada hace 4 años, compra los orujos y las lías de 26 cooperativas vitivinícolas de la D.O. Utiel-Requena y las transforma en diversos productos.
A partir de los residuos tratados, Gestrevin obtiene alcohol para uso de boca, con el que se elaboran licores y mistelas, pero también para una utilización industrial en sectores como el farmacéutico (elaboración de cosméticos) químico (formulación de artículos de limpieza) o energético (fabricación de biocombustibles). Fruto de su actividad, en la campaña 2010-2011 Gestrevin obtuvo 600.000 litros de alcohol que se destinaron a la producción de bioetanol, alcohol utilizado como combustible de automoción, que se vendió fundamentalmente a empresas de Dinamarca y Alemania.
La producción de Gestrevin no acaba en la producción de alcohol, ya que el aprovechamiento de los orujos y las lías que generan las productoras vinícolas como residuo es de prácticamente el 100%. Con dichos sobrantes, Gestrevin obtiene grandes cantidades de biomasa, de la que una parte es para su autoconsumo como combustible en parte de su proceso productivo, y otra para su comercialización como compostaje y la fabricación de abono.
Gestrevin utiliza también los deshechos vínicos de las bodegas para su transformación en tartrato de cal que vende a grandes compañías.
Un negocio rentable
Las cifras de negocio de Gestrevin hablan por si solas de la rentabilidad que supone el aprovechamiento inteligente de los subproductos el vino. Gestrevin, que inició su actividad en 2008 con una inversión de 11 millones de euros, obtuvo en su primer ejercicio un volumen de negocio de 450.000 euros, cifra que se multiplicó por cuatro en el siguiente año, hasta alcanzar los 1,5 millones de euros en la campaña 2009-2010. Gestrevin vende el 20% de su producción en España, mientras que el 80% restante lo comercializa en otros países de la Unión Europea.
Caso 2: Grupo Matarromera
Otro ejemplo destacable del rendimiento que se puede obtener del aprovechamiento inteligente de los residuos generados por la industria vinícola es el caso del Departamento de I+D+i de Grupo Matarromera, en Ribera del Duero, que ha sido capaz de elaborar un complemento alimenticio para la nutrición de la piel a partir de los
polifenoles de la uva extraídos de los residuos generados por la propia bodega.
Los polifenoles son un grupo de moléculas orgánicas generadas por la vid para defenderse de todo tipo de agresiones externas como microorganismos e insectos o la variación extrema de temperaturas a lo largo del día. Extraer estos compuestos de los subproductos derivados del proceso de elaboración del vino para su posterior aprovechamiento en el campo de la cosmética fue en su momento una de las principales líneas de investigación del Departamento de I+D+i de la bodega vallisoletana Grupo Matarromera.
Tras más de cinco años de trabajo, los investigadores han logrado patentar un método para la obtención de polifenoles de uva tinta de variedad Tempranillo de la Ribera del Duero, compuesto al que han bautizado como Eminol, y a partir de aquí, han lanzado al mercado un complemento alimenticio, bajo la marca Esdor, con este único componente como principio activo.
Eminol: el resultado de la apuesta por el I+D+i
El Departamento de I+D+i de Grupo Matarromera se creó en 2005 y uno de sus primeros trabajos se centró en la investigación en torno al aprovechamiento de los subproductos de la industria vitivinícola y la obtención de antioxidantes. Posteriormente, se creó la Planta de Extracción de Polifenoles en Valbuena de Duero, la única de Europa de estas características, que fue el paso decisivo que permitió a la bodega desarrollar la novedosa tecnología que ha desembocado en el sistema patentado para extraer los polifenoles y que ha dado como resultado el Eminol.
Los polifenoles se extraen de los orujos de uva tinta obtenidos tras el proceso de vinificación, exactamente después del prensado que se realiza cuando termina la fermentación alcohólica. En el caso del Eminol los polifenoles utilizados para su elaboración se extraen únicamente de la piel y el jugo de la uva, y no de las pepitas, ya que en estos elementos existe un contenido polifenólico de mayor calidad, al ser su cadena molecular más corta y facilitar su asimilación y absorción en las capas más profundas de la piel.
El Eminol, según estudios realizados por el propio equipo científico que ha desarrollado el producto, ayuda a una mejor circulación sanguínea y permiten retrasar el envejecimiento de la piel, reduciendo el estrés oxidativo y protegiendo a la piel frente a agresiones ambientales.