La industria valora la situación del sector juguetero y las previsiones para 2023 (Parte 3)

“Creemos que la inflación será un escenario que se prolongará a lo largo de todo 2023 y muy probablemente también en el 2024. El contexto inflacionario marcará tanto los costes de producción y distribución como la capacidad adquisitiva de los compradores, que se verá mermada y conllevará, por lo tanto, una reducción de su capacidad de compra. Los juguetes con consciencia social jugarán un papel muy importante en las tendencias de los próximos años. Por su parte, la tendencia eco-friendly está en auge para los consumidores en diferentes ámbitos y el sector juguetero tendrá que dar respuesta también a estas inquietudes. En conclusión, esperamos un 2023 sin muchos cambios respecto a 2022, ya que la inflación seguirá siendo un factor determinante”.

“Lo que más preocupa es la constante subida de precios de las materias primas, así como de la energía, porque al final tiene que repercutir en subidas de precios de los productos, y el mercado no puede absorber tanta subida de precio sin parar, porque al final si esto sigue así dejaremos de vender. Afrontarlo es muy difícil, el que tenga capacidad de compra podrá minimizar las subidas de precios pidiendo más cantidad, pero asumiendo un riesgo muy alto, ya que si el consumo sigue bajando te puedes ver con mucho stock de artículo sin salida, y eso es muy peligroso. La inflación va a frenar el consumo a todos los niveles, por ello la Campaña de Navidad y Reyes será de las más tranquilas de la historia”.

“La subida de precios hace que se mantenga la facturación, pero se compran menos unidades, lo que hace presagiar una reducción de cara al año que viene y nuevos aumentos de coste. Así, con las repetidas subidas de precios, el volumen en unidades caerá y, aunque la facturación se mantenga, los márgenes se reducirán porque el consumidor no aceptará una subida en productos que no son de primera necesidad. Habrá menos unidades vendidas, lo que hace que los costes aumenten. Los artículos responsables con el medio ambiente y educativos marcarán el futuro del juguete en los próximos años. Los niños buscan tendencia, productos que reconozcan a través de lo ven en los diferentes medios. Los padres, en cambio, buscan el componente educativo”.

“El mercado es un fiel reflejo de la situación económica actual. Nos encontramos en un momento delicado debido a la inflación y una más que probable recesión. Esto hace que la mayoría de clientes lleven el freno de mano puesto y la Campaña de Navidad, que es la más importante del año para el sector, sea vista en este momento con mucha más incertidumbre de lo que sería apetecible. En nuestra opinión, la inflación se irá corrigiendo paulatinamente, pero, muy probablemente, el bolsillo de los consumidores no lo va a notar de manera clara hasta, al menos, el 2024. Esto nos hace ser muy cautelosos a la hora de hacer previsiones a largo plazo. El principal reto será entender y aceptar que las dificultades a las que nos estamos enfrentando nos obligar a dar pasos hacia delante de una manera valiente, responsable y, sobre todo, muy creativa. La creatividad tiene que formar parte, no solamente a la hora de ofrecer productos a nuestros clientes, sino también a la hora de reinventarnos a nosotros mismos”.

“El sector juguetero, al igual que el pasado 2021, tiene como principal problema la inflación con el alza de precios de las materias primas y el transporte, además del retraso de los consumidores y retailers en programar sus pedidos. Respecto a la tendencia eco-friendly, si el precio es aceptable la sostenibilidad será un añadido realmente importante para los nuevos padres. Reutilizar es algo que cada vez está más en la conciencia de las familias, viendo la situación del planeta y la concienciación que cada vez más los países nos están transmitiendo. El año 2023 se presenta con incertidumbre, como viene siendo la tónica en los últimos años. Será importante ver cómo aceptará el mercado los nuevos precios y cómo será el consumo después de este 2022 de inflación a nivel global”.

“La inflación afectará a la decisión del consumidor como en otras categorías de producto. La evolución de la inflación dependerá de la situación de los distintos factores del entorno y las políticas que se tomen en materia económica. Además, otros temas que impactan en la evolución del sector juguetero son la bajada de la tasa de la natalidad y el cambio de mix de ventas entre retail físico y e-commerce, volviendo a niveles prepandemia. Por su parte, los productos sostenibles empezarán a tener más presencia en los lineales. Y aspectos como el juego, la creatividad o la aspiracionalidad tendrán mayor repercusión en la elección por parte del consumidor”.

“El sector juguetero se enfrenta a desafíos y retos importantes a corto plazo, pero con un añadido: el alto coste del transporte en la importación que, sin lugar a dudas, es un obstáculo para conseguir los objetivos previstos. Como sector será un cierre de año complicado, los efectos de la inflación cuestan cuantificarlos, pero puede complicar las expectativas. Hemos de seguir trabajando en dar valor al producto, más educativo, para compartir, eco-friendly. Los principales retos se dirigen a mejorar el coste de la importación y en buscar alternativas más cercanas para generar empleo y riqueza en el país de origen. Innovación y digitalización serán piezas clave en el futuro”.

“En la actualidad, el incremento de costes y la inflación están influyendo en la decisión de compra en general y en el sector juguetero en concreto. Nuestras expectativas son igualar los resultados del año pasado, sin mejorarlos. Considero que la actual situación se mantendrá durante 2023 y repercutirá en las decisiones de compras tanto de retailers como de consumidores finales. Respecto a la tendencia eco-friendly, continuará en auge haciendo que los fabricantes evalúen sus procesos en busca de productos más sostenibles, tanto en fabricación como en packaging”.

“La inflación va a seguir muy presente hasta final de año y en 2023 debido al incremento de las materias primas, el coste de la energía y la presión sobre la cadena de suministro, los precios seguirán subiendo, aunque las expectativas es que esta subida será más moderada el año que viene. Ese aumento de precios también se verá trasladado al sector juguetero, pero los fabricantes intentarán reducir, en todo lo que les sea posible, ese impacto de precios sobre sus productos. Por su parte, los fabricantes deberán adecuarse a las nuevas tendencias y a los nuevos gustos de los consumidores, por lo que creemos que se desarrollarán aquellos productos que aporten valores educativos y que incorporen un mayor valor añadido para los consumidores”.

“La situación es bastante complicada, ya que el consumo ha descendido considerablemente, aunque esperamos que las compras aumenten de cara a la Campaña de Navidad y Reyes. Para el 2023, la inflación será muy parecida a la actual y afectará negativamente a la evolución del sector juguetero. Además, seguramente otros factores externos también afectarán negativamente a la economía en general y al mercado juguetero en concreto, como la guerra en Ucrania y otros posibles conflictos que se puedan ocasionar”.

“Creo que el juguete que acompañe en la diversión y aprendizaje crecerá. Si la renta disponible de los consumidores se reduce, considero que la selección de compra será más meditada y probablemente la calidad y durabilidad de los juguetes vuelva a adquirir importancia. Si desciende la compra compulsiva, la reflexión en el proceso de compra dejará fuera a muchos productos de impulso sin un gran recorrido para los niñ@s. Con una menor renta disponible de la clase media, no perder su atención y provocar la visita a los puntos de venta de forma constante como una experiencia, no solo de compra sino también de ocio, será el principal reto para el sector juguetero”.

“Las expectativas son inciertas. La situación económica general con altos niveles de inflación y la posibilidad de que el consumidor recorte sus gastos es algo que está sobre la mesa. Sin embargo, nuestro sector es luchador y ofrecerá seguro ilusión, como siempre ha hecho. El cierre del año pienso que va a ser positivo tal y como está siendo el actual acumulado. Aun así, ya se observa que, a pesar de crecer las ventas, el incremento en unidades es testimonial. El alza de precios se ha sucedido durante todo el 2022 y continuará en 2023 debido a los costes de producción de los productos. Respecto a las tendencias, sostenibilidad, juguetes educacionales y mindfulness son todo ya realidades en la mente del consumidor”.

“La sensación es buena, aunque se nota cierta cautela por la incertidumbre económica y la continua subida de precios. La inflación como vemos sigue en ascenso, aunque esperamos que se ralentice en algún momento cercano por el bien de la economía mundial, ya que tanto el mercado juguetero como otros sectores se verán perjudicados por la pérdida de poder adquisitivo del consumidor. Respecto a la tendencia eco, creo que cada vez va a estar más regulada la utilización de ciertos materiales y el nicho de consumidores ‘eco-friendly’ irá creciendo. Es una tendencia en auge entre las generaciones más jóvenes y los que hoy se convierten en padres. En cuanto a los principales retos a corto plazo, serán, por un lado, la subida de precios y, por otro, la continua inversión necesaria para captar la atención de los niños. Su interés se pierde en cuestión de décimas de segundo. Cada vez hay más canales, más contenidos, plataformas… hay que ser accesibles, estar presentes, activos y lo más importante, alineados”.

“En periodos de crisis, los precios altos siempre son más susceptibles a nivel de ventas, pero estamos en un sector donde los regalos a los niños van a seguir realizándose a lo largo del año y especialmente en Navidad. Por su parte, la digitalización ha traído consigo una gran diversidad de medios por los que la audiencia recibe información. El público está cada vez más segmentado. Tanto padres como hijos ya no ven únicamente los anuncios en la televisión y debemos estar pendientes de cómo evolucionan las tendencias, adaptarnos a ellas y reaccionar rápidamente para preparar las campañas y destinar presupuestos. Por último, hay que destacar una tendencia que ha venido para quedarse: los juguetes educativos que contribuyen a introducir a los niños en el mundo de la tecnología, pero de una forma segura y adaptada a las diferentes edades”.

“El sector juguetero está atravesando una situación complicada por los acontecimientos que repercuten a la economía en general y por los cambios en los hábitos de los niños. Por este motivo, las expectativas son de mucha prudencia. La inflación continuará al alza y afectará al mercado juguetero, por el incremento en los costes de fabricación y el transporte, además de por el ajuste del presupuesto de las familias. Además, los hábitos de compra ya han cambiado mucho en los últimos años por la digitalización de la sociedad, y este proceso se ha visto acelerado por la pandemia y los confinamientos. Aun así, como aspecto positivo destacaría que la imaginación y la creatividad tendrán que liderar al sector juguetero”.

“Ante unos consumidores cada vez más exigentes e informados, los juegos y juguetes deben presentar un valor añadido que vaya más allá de la mera diversión. Se priorizará la compra de juegos y juguetes que contengan un alto valor educacional, que se puedan transmitir de generación en generación o que acompañen al crecimiento del niño o niña en toda su etapa de crecimiento y desarrollo. Por otra parte, en un mundo cada vez más digitalizado, donde el acceso a la información es rápido y sencillo, las compras son más meditadas y concienzudas, apostando así por juegos y juguetes de calidad y con alto valor educativo. Además, todavía sigue siendo insustituible la experiencia de compra en tiendas físicas. Los usuarios pueden probar in situ los juegos o juguetes, haciendo una compra acertada y casi 100% segura”.