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INFORME ESPECIAL: NATALIDAD

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“España está atrapada

en una trampa de baja

fertilidad a largo plazo”

Entrevista a Gøsta Esping-Andersen, experto en demografía y coordinador del informe

El déficit de natalidad en Europa: la singularidad del caso español

- ¿Qué ha sucedido en los últimos años en España, en

cuanto a demografía?

- El indicador de fertilidad más común es el TFR (Total Fertili-

ty Rate), que mide el número promedio de nacimientos entre

aquellas mujeres de entre 15 y 49 años, en un año. En este

sentido, a partir de unosmuy bajos resultados en el año 2000,

que fue de 1,2, el TFR español subió a 1,45 en 2008 - el último

año antes de la crisis económica. Posteriormente se redujo a

alrededor del 1,3, donde ha estado flotando desde entonces.

Así, lo que es excepcional no es el nivel actual, sino la tasa de

fecundidad en 2008, que fue un año récord.

En otras palabras, la fecundidad española no disminuyó dra-

máticamente durante los años de crisis, cuando se observó

en términos tan agregados. Pero cuando examinamos las

tendencias más detalladamente observamos cambios bas-

tante dramáticos. En primer lugar, la caída después de 2008

se dirige hacia la disminución (aproximadamente) del 20% en

los nacimientos. En segundo lugar, la disminución está muy

correlacionada con la situación laboral: la fecundidad cayó

drásticamente entre las mujeres no empleadas. Esto ha dado

lugar a un enorme diferencial de fertilidad. La TGF para las

españolas empleadas fue de 1,9 en 2010 y sólo la mitad (0,9)

entre las personas no empleadas. En tercer lugar, observa-

mos un fuerte aumento de la falta de hijos. Medido en 2011, el

22% de las mujeres españolas seguían sin hijos a los 40 años,

el nivel más alto de toda Europa.

- ¿Por qué?

- Algunos teóricos que se adhieren a la tesis del “postmoder-

nismo” argumentan que la baja fertilidad simplemente refleja

los valores cambiantes entre los ciudadanos que cada vez

más favorecen la autorrealización. Los datos, sin embargo,

cuentan una historia muy diferente. Cuando examinamos los

datos sobre el número de niños preferido, vemos estabilidad:

la norma de dos niños permanece intacta. En otras palabras,

la brecha entre los nacimientos deseados y los que realmente

se dan debe ser interpretada como un “déficit de bienestar”.

Las tendencias que observamos representan bastante

bien las reacciones normales de la fecundidad ante una cri-

sis económica severa, y se posponen los nacimientos hasta

que la economía vuelva a la normalidad. Sin embargo, la

crisis en España ha sido inusualmente severa y duradera, lo

que implica que el aplazamiento probablemente se convier-

ta en un déficit permanente de nacimientos. Y sus efectos

adversos han sido especialmente agudos entre los jóvenes

ciudadanos en términos de obtener un empleo estable y

ser capaces de vivir independientemente y formar familias.

- ¿Cuáles son las consecuencias?

- Una consecuencia inmediata es, como se ha señalado, un

déficit de bienestar: las preferencias familiares de los ciuda-

danos están siendo frustradas. El hecho de que la tasa de au-

sencia de hijos en España sea del 22% lo dice todo. Cuando

examinamos los datos de preferencia, sólo encontramos una

pequeña minoría de mujeres (menos del 5%) que prefieren no

tener hijos. En otras palabras, un 15-17%de lasmujeres espa-

ñolas no tiene hijos de manera involuntaria.

Una segunda consecuencia del comportamiento de apla-

zamiento durante la crisis es que la entrada en la materni-

dad cada vez más se retrasa más, en función de la edad. La

Gøsta Esping-Andersen, coordinador del informe El déficit de

Natalidad en Europa: la singularidad del caso español