La innovación de Repsol triunfa con Marc Márquez
El pasado 12 de noviembre el piloto ilerdense Marc Márquez se proclamó Campeón del Mundo de MotoGP por cuarta ocasión, sumando así un total de seis títulos mundiales a sus 24 años. Tras una temporada particularmente emocionante, el piloto del equipo HRC Repsol acumula un palmarés envidiable.
Su éxito, apuntan fuentes de Repsol, “se debe a su talento, a sus capacidades deportivas y a su determinación, pero también al trabajo en equipo, a la innovación y la tecnología que se aplica en una competición tan exigente como MotoGP”.
El piloto, que en se ha alzado con cuatro de los últimos cinco títulos de la máxima categoría del Mundial de Motociclismo, está apoyado por un grupo de profesionales de diversas disciplinas “que le permiten rodar a más de 300 km/h en las rectas y alcanzar inclinaciones casi imposibles en las curvas (de hasta 68 grados)”. Entre los profesionales que integran el equipo se encuentran 20 ingenieros de Honda y Repsol, “que trabajan codo con codo desde hace más de 20 años para lograr la mejor combinación entre el motor, el carburante, el lubricante y todos los elementos, muchos de ellos derivados del petróleo, que componen una moto”.
Unas 10.000 horas de trabajo
Durante la temporada, y en los meses previos a la competición, se llevaron a cabo centenares de pruebas y de ajustes. Entre entrenamientos y carreras, Marc Márquez ha recorrido unos 9.000 km con su Honda RC213V.
Los investigadores del Centro de Tecnología Repsol, situado en Móstoles (Madrid) y con 56.000 metros cuadrados de instalaciones y laboratorios, llevan trabajando desde mediados de los años 90 en la elaboración de los mejores carburantes y lubricantes a medida, en los que se aplican las tecnologías más vanguardistas. Este año han dedicado unas 10.000 horas al programa de competición. Un esfuerzo que ha merecido la pena.
“El desarrollo del motor, la gasolina y el aceite tienen que hacerse conjuntamente para obtener lo mejor de cada uno de ellos”, afirma Santiago Maroto, investigador del Centro de Tecnología Repsol. “Es la mejor forma de obtener el máximo rendimiento y la máxima eficacia. Sin este trabajo conjunto sería imposible ganar un Mundial”, añade.
El Centro de Tecnología Repsol, situado en Móstoles (Madrid), tiene una superficie de 56.000 metros cuadrados. Los investigadores han dedicado este años unas 10.000 horas al programa de competición.
Química sobre ruedas
Buena parte de los materiales que se utilizan en la fabricación de una moto como la que pilota Marc Márquez son productos químicos. Desde el carenado a los neumáticos, pasando por el asiento, el guardabarros e incluso los adhesivos de los patrocinadores.
El polipropileno, el polietileno, las espumas de poliuretano o el caucho sintético de los distintos componentes que conforman la Honda RC213V permiten que ésta sea más ligera y sus elementos, más duraderos y cómodos.
La innovación tecnológica ha hecho posible, entre otros muchos avances, que los neumáticos, suministrados por Michelin, “puedan tener una duración 400 veces mayor que antaño y que sean más seguros”. Lo mismo sucede con el casco del piloto, que ha mejorado su capacidad protectora gracias al uso de espuma de poliuretano.
Los plásticos también tienen un papel muy importante. Gracias a su maleabilidad colaboran en la mejora de la aerodinámica de la moto, sobre todo en la parte del carenado, la cúpula y el colín, un aspecto clave en la carrera por arañar milésimas de segundo a los rivales.
Y en cuestión de estética, las pinturas, basadas en polioles, permiten que la moto luzca perfecta toda la temporada, a la vez que consiguen mejorar la resistencia a las agresiones externas, climatológicas e, incluso, mecánicas.
El equipo HRC Repsol se alzó con el título de constructores y de equipos. Desde 1995 la escuadra hispano nipona ha logrado 13 títulos individuales, más de 150 victorias y 400 podios en 500 cc y MotoGP.
Prestaciones al límite
“En un mundo en el que los grandes fabricantes de motos y las compañías energéticas ponen a trabajar a los mejores, competir ya es un reto en sí mismo”, destacan desde Repsol. Pero, además, la labor de estos investigadores se hace más compleja año tras año, porque los reglamentos que rigen los campeonatos se vuelven cada vez más exigentes, con la intención de aumentar la igualdad y la seguridad, además de limitar los costes.
En este contexto, los lubricantes también son fundamentales para asegurar la fiabilidad y la mejor puesta a punto para unos motores que alcanzan las 18.000 revoluciones por minuto. Y más cuando el reglamento de MotoGP ha ido reduciendo el número de motores que se pueden usar en cada temporada (siete este año).
En una competición en la que unas milésimas de segundo pueden marcar la diferencia, las pequeñas variaciones que se van introduciendo en la gasolina y el lubricante son tan sutiles que no todos los pilotos son capaces de detectarlas.
Santiago Maroto asegura que “el piloto es una parte fundamental en el desarrollo, ya que tiene que ser capaz de percibir, calibrar y transmitir los cambios realizados en el conjunto motor-combustible-aceite”.
Unos 4.800 litros de aceite al año
Cada temporada, el diseño de los nuevos lubricantes comienza en un ordenador, con unas 200 simulaciones y otras tantas formulaciones que se fabrican a pequeña escala. Después, siguiendo un proceso de eliminación, se ensayan entre 40 y 60 variedades en los motores del Centro de Tecnología Repsol, hasta que se da con dos o tres formulaciones que son enviadas al banco de pruebas del Honda R&D, que se encuentra en Saitama (Japón).
Una vez que el equipo da el visto bueno, se elabora el aceite escogido a gran escala en el mismo Centro de Tecnología Repsol. Para las motos del Repsol Honda de MotoGP, que pilotan Marc Márquez y Dani Pedrosa, se fabrican 4.800 litros anuales de lubricante, tanto para el Mundial como para el desarrollo del motor, en las instalaciones de Honda en Japón. Lo mismo sucede con la gasolina, con 40.000 litros producidos al año.
La actividad de Repsol está íntimamente ligada a la competición, sobre todo al Mundial de MotoGP, un banco de pruebas de máxima exigencia, que permite a la compañía probar en condiciones extremas los productos que al cabo de unos años pone al servicio de sus clientes.
“Lo más importante en temas de tecnología es poder trasladar todo el conocimiento desarrollado en competición a los productos que se comercializan en nuestras estaciones de servicio”, afirma Dolores Cárdenas, investigadora del Centro de Tecnología Repsol. De hecho, el mismo equipo de personas que trabaja para la alta competición también es el que diseña los combustibles y lubricantes que Repsol comercializa en su red de estaciones de servicio. De ahí que sea tan importante el aprendizaje que se obtiene en la competición. En 2016, Repsol invirtió 78 millones de euros en investigación y desarrollo de proyectos y presentó 13 solicitudes de patentes.
Desde 1995, el trabajo conjunto y el conocimiento compartido por parte de investigadores y tecnólogos de Honda y Repsol, temporada tras temporada, ha servido para obtener el mejor palmarés de un equipo de motociclismo en la historia: 13 títulos individuales, más de 150 victorias y 400 podios en 500cc y MotoGP.
Fases del proceso de elaboración de los combustibles y lubricantes de Repsol para MotoGP
- Formulación del combustible y del lubricante.
- Comprobación de prestaciones y rendimiento en el laboratorio de motores del Centro de -Tecnología Repsol y en las instalaciones del Honda Research Institute, en Saitama (Japón).
- Fabricación de combustible y lubricante en el Centro de Tecnología Repsol, ubicado en Móstoles, Madrid.
- Homologación del combustible. Se envía una muestra de cinco litros a un laboratorio designado por la Federación Internacional de Motociclismo.
- Con la homologación, el laboratorio expide un certificado que permite identificar cada lote de gasolina fabricado.
- Envío de los bidones de combustible al responsable de área del equipo Repsol Honda.
- Control de la gasolina para comprobar que no está adulterada.
- Gasolina y lubricante de competición en las motos de los pilotos de HRC Repsol.