“Lo más importante es adaptarse a las nuevas características del mercado y poner toda la energía en tratar de resultar competitivos”
Entrevista Víctor García Nebreda, secretario general de Aeescam y Aevecar
Adrián Megías Paterna
27/12/2024En un sector tan dinámico como el de los hidrocarburos, las estaciones de servicio enfrentan un entorno competitivo marcado por la evolución tecnológica, los cambios normativos y la transición energética. En la Comunidad de Madrid, esta realidad se acentúa por una alta densidad de instalaciones y una demanda que se transforma ante el avance de los combustibles renovables y la electrificación del transporte. Este contexto obliga a los empresarios a reinventarse, ajustando sus modelos de negocio para mantener la rentabilidad y garantizar la calidad de los servicios.
En este escenario complejo, Víctor García Nebreda, secretario general de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar) y de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio Comunidad de Madrid (Aeescam), destaca la complejidad del sector en la actualidad. Con una trayectoria profesional que abarca décadas de evolución en el ámbito energético, García Nebreda lidera una asociación que no solo representa los intereses de las estaciones de servicio, sino que también impulsa iniciativas estratégicas para adaptar el sector a los retos presentes y futuros. Desde la lucha contra el fraude hasta el fomento de combustibles renovables, Aeescam trabaja para defender la sostenibilidad económica y ambiental de un modelo vital para la movilidad en España.
En esta entrevista, García Nebreda aborda los desafíos y oportunidades del sector con la perspectiva única de quien vive de cerca las preocupaciones de los empresarios. Así el secretario general de Aeescam comparte su análisis sobre la competencia en el mercado, el impacto de la transición energética y las medidas necesarias para asegurar la viabilidad del negocio. Además, reflexiona sobre el papel de la asociación en la transformación del sector y ofrece un mensaje de resiliencia y adaptación a los propietarios y operadores de estaciones de servicio en Madrid.
¿Cómo describiría la situación actual de las estaciones de servicio en la Comunidad de Madrid en cuanto a volumen de negocio y competitividad? ¿La venta de carburantes continúa siendo un negocio rentable?
Desde la modificación de la ley de Hidrocarburos del año 2013, claramente inconstitucional, que permitió instalar gasolineras prácticamente en cualquier sitio, el volumen de negocio ha ido disminuyendo y eso repercute obviamente en la rentabilidad de las empresas. Hay que tener en cuenta que este es un sector de márgenes bajos que necesita de un volumen mínimo de ventas para poder subsistir.
Según las últimas estadísticas tanto de CNMC como de AOP, el número de estaciones de servicio en nuestro país continúa aumentando. En su opinión ¿existe espacio en el mercado para seguir ampliando el número de instalaciones en Madrid? Y ¿en España?
Creo que el número de estaciones de servicio es ya excesivo y realmente no hacen falta más estaciones para el volumen de vehículos que circulan en nuestra Comunidad y en España. El problema es que están instalando muchas estaciones sin personal o con muy pocos trabajadores, al lado de estaciones que ya están desde hace años y que, si mantienen sus puestos de trabajo, no pueden ser competitivas, por lo que en el tiempo serán sustituidas por las nuevas con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo que actualmente proporcionan seguridad y calidad de servicio.
¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan las estaciones de servicio en la región? ¿Cuáles son las principales diferencias respecto a otras regiones de España?
El principal desafío es conseguir que las empresas sigan teniendo un mínimo de rentabilidad que haga posible su continuidad, teniendo en cuenta la proliferación de estaciones y la bajada de ventas.
Creo que no hay gran diferencia con otras regiones, quizá la más importante es que debido a la media de ventas que hace años tenía una estación de servicio en la Comunidad de Madrid, actualmente está sobredimensionada en personal y coste de mantenimiento.
¿Qué papel están jugando las estaciones de servicio madrileñas en la transición hacia energías más limpias y sostenibles? ¿Cuáles son las principales inversiones o cambios necesarios para adaptarse a las nuevas normativas sobre energías renovables y vehículos eléctricos?
El sector es consciente de la necesidad de llevar a cabo una descarbonización del transporte. En este sentido, muchas estaciones de la Comunidad de Madrid están colocando postes de recarga en sus instalaciones, pero en muchos casos los trámites son larguísimos y a veces no se puede poner por falta de potencia, lo que obliga a colocar una subestación eléctrica o algún sistema de almacenamiento de energía. En ambos casos, los costes son muy elevados y hacen inviable una inversión ya de por sí difícil de amortizar.
Hay empresas que realizan la inversión a cambio de la explotación del punto durante un período largo, normalmente 15 años, mediante un pequeño pago por el alquiler del espacio y un porcentaje reducido de la facturación. Pero siempre que la inversión tenga algún viso de rentabilidad futura.
Esto puede resolver en parte el problema de la inversión para pequeños empresarios, e incluso algunas empresas ya dejan previsto en el contrato que más adelante la empresa de la estación de servicio pueda entrar en la inversión.
En instalaciones situadas en carreteras el problema es mayor, porque es difícil que llegue potencia suficiente y eso que estamos hablando de poner un poste de recarga de 150 KW máximo. Hay que ser conscientes de que, si realmente el vehículo eléctrico tiene una implantación, aunque sea de un 25% de los vehículos que circulan, debería de haber al menos seis postes de esas características por estación, sobre todo en las de carretera, que es donde más falta puede hacer utilizar la recarga rápida. Así que estaríamos hablando de colocar potencias de alrededor de 1.000 KW sólo para recargar vehículos ligeros. Recargar camiones o autobuses necesitaría, al menos, otros 4.000 KW adicionales.
¿Cómo valora el papel de los combustibles renovables en el proceso de transición energética?
Desgraciadamente, creo que se ha confundido descarbonizar con electrificar. Los combustibles renovables son, hoy en día, la solución más efectiva y realista para conseguir los objetivos que nos hemos impuesto de reducción de emisiones.
Las pruebas que están haciendo algunas empresas de transporte con combustibles renovables arrojan unos resultados espectaculares, con reducciones de emisiones de entre el 85 y el 95% respecto a los combustibles fósiles.
Por otra parte, con los recursos de residuos agrícolas, forestales, ganaderos y urbanos que tienen España y Europa, podríamos rebajar considerablemente la dependencia energética del exterior, Y con la gran capacidad de refino y la calidad de nuestras refinerías, España puede pasar a ser un referente en la producción de estos combustibles. Por lo tanto, estamos ante una gran oportunidad como país de desarrollarnos industrialmente y dar una oportunidad de crear riqueza en zonas rurales que ahora mismo no parece que tengan muchas oportunidades.
Hay además otra cuestión fundamental: siempre que se habla de transición energética se le pone el apellido de justa, y con los combustibles renovables no sería necesario comprar un coche nuevo ni hacer grandes inversiones para crear nuevas redes de recarga. Los vehículos son compatibles y la red logística ya está implantada y es una de las mejores del mundo.
¿Cómo podrían las administraciones agilizar todo este proceso?
Indudablemente hay que incentivar al ciudadano para que consuma productos que contaminen menos. En este sentido, realizar una bajada impositiva, equiparando el impuesto de los combustibles renovables al que tiene, por ejemplo, el GLP, que, aunque menos contaminante que la gasolina, no deja de ser un combustible fósil, ayudaría sobremanera. En Francia se ha hecho con el E85, que tiene 85% de etanol y se ha igualado el impuesto al del GLP. Ha sido un éxito y ya van por más de 5.000 puntos de venta.
“La proliferación de gasolineras sin personal amenaza la calidad del servicio y los puestos de trabajo de las estaciones tradicionales”.
¿Qué tipo de colaboraciones o programas está impulsando Aeescam para fomentar el uso de combustibles alternativos o tecnologías sostenibles entre sus socios?
Desde la patronal tratamos de mantener informados a nuestros asociados y firmamos acuerdos de colaboración con distintas empresas para facilitar la instalación de nuevas energías. También formamos parte de la Plataforma para el impulso de los Combustibles Renovables, desde la que hemos encargado a la consultora NTT un informe sobre la viabilidad de estos combustibles y lo hemos presentando en todas las administraciones, incluyendo obviamente a los departamentos competentes en la Comunidad de Madrid.
¿Cómo valoran las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno? ¿Qué medidas se están tomando desde la asociación para combatir el fraude en los carburantes y garantizar la calidad del producto?
Las medidas que tomó el Gobierno solucionaron una parte del problema, pero fueron claramente insuficientes para resolver el fraude. Hay que tener en cuenta que, cuando hablamos de fraude, nos estamos refiriendo fundamentalmente al IVA; pero estos operadores tampoco cumplen con los porcentajes de biocombustibles, ni con otras obligaciones sectoriales que también tienen un coste que se acaba reflejando en el precio final. Sin ninguna duda, hace falta un cambio normativo que sea más exigente con las empresas que pretendan ser operadores petrolíferos y que garantice lo más posible el cumplimiento de todas las obligaciones inherentes a la actividad.
¿Cómo afecta este problema a las estaciones de servicio y cuál es el impacto en los consumidores?
Para las estaciones es un problema muy grave: nadie puede competir con una estación que en el mismo entorno ofrece una diferencia de precio de 25-30 céntimos por litro. Además, se produce un daño reputacional curioso, ya que el cliente piensa que el empresario que tiene un precio real tiene un margen desmesurado, cuando la realidad es todo lo contrario. Desgraciadamente, hay empresarios que deciden comprar a estos operadores, en algunos casos por sobrevivir, pero tienen que ser conscientes de que están colaborando en la comisión de un delito y que también tienen su responsabilidad y pueden acabar pagando las consecuencias.
El impacto en el consumidor es otra cuestión: el combustible fraudulento cumple con los estándares mínimos de calidad y, por lo tanto, no va a romper sus coches. Desgraciadamente, vivimos una sociedad ‘low cost’ en todos los sentidos y comprar barato se ha convertido en una máxima, sin reparar en cómo se llega a esos precios. El ciudadano tiene que ser consciente de que cuando compra ese producto, está contribuyendo a que se roben recursos a todos los españoles, 2.000 millones en este año, pero no estoy convencido de que esa cuestión se tenga en cuenta. Ya lo decía Góngora, “ande yo caliente…”
El pasado 6 de junio, el secretario general de la Aevecar, junto con representantes de AOP, CEEES y UPI , participó en la jornada "Fraude en la distribución de carburantes: un problema de todos para el que hay solución”.
¿Cómo se está desarrollando la colaboración con las autoridades para la detección y prevención de este tipo de prácticas?
Hemos mantenido reuniones con el Ministerio, con la CNMC y con la Inspección fiscal, sabemos que están haciendo todo lo posible y que, efectivamente, se ha hecho una importante limpieza de operadores que no cumplían con algunas obligaciones. Pero hasta que no se produzca el cambio normativo no se podrá acabar con el fraude.
Vimos como la propuesta de PSOE en el congreso recoge “la solución italiana” en las enmiendas 64, 66 y 68, principalmente ¿En qué consiste esta solución? ¿Cómo podría atajar el problema del fraude? Y ¿qué otras medidas adicionales pueden plantear la administración para paliar esta problemática?
El pasado 21 de noviembre, el congreso aprobó la Ley de Imposición Mínima para grupos Multinacionales, que es la trasposición de la Directiva Europea, y en la que se han introducido diversas enmiendas, entre ellas dos que afectan al fraude, presentadas por el Psoe y PNV. Estas medidas son un calco de las recomendadas desde el grupo de trabajo compuesto por AOP, UPI, CEEES y Aevecar para exponer ante la Administración y los partidos políticos lo que este fraude suponía para el sector.
Ahora, esta propuesta, tras pasar por el Senado, debe volver al Congreso donde esperamos que se apruebe con la misma mayoría que en la primera votación.
Es difícil resumir brevemente lo que es la enmienda italiana, pero básicamente consiste en clasificar a los operadores en confiables, aquellos que tienen ya una larga trayectoria, siempre han cumplido sus obligaciones y además ofrecen garantías financieras suficientes y que pagarían el IVA mensualmente, y el resto, que tendrían que pagar el IVA en el momento que sacan el producto de los depósitos fiscales. Para esto, como es lógico, hay que hacer una serie de modificaciones técnicas tanto del Reglamento como de la Ley del IVA.
Aunque Hacienda y la OCU, por la vía de las certificaciones de los bios, han conseguido sacar del mercado a algunos operadores que actuaban de forma incorrecta, aún queda mucha labor que hacer.
Foto de Engin Akyurt en Pexels.
¿Cuáles son sus previsiones sobre el desarrollo del sector en los próximos años?
A corto y medio plazo no creo que haya grandes cambios en las gasolineras tradicionales: habrá más postes de recarga y espero que combustibles renovables, y seguiremos con las tiendas y otros servicios, que variarán según las necesidades de nuestros clientes.
Sin duda, como ya he comentado, el mayor cambio se puede producir en el modelo de negocio. Con la proliferación de las gasolineras sin personal o con escasísimo personal, es posible que muchas estaciones tengan que derivar a este modelo de negocio para poder competir, lo que redundará en la pérdida de puestos de trabajo y menos servicios para el cliente. Mientras que el precio sea la principal referencia para el cliente medio, no habrá muchas más posibilidades.
¿Cómo visualiza la labor de la asociación en los próximos cinco años?
Creo que la labor más importante de la asociación es representar los intereses de los empresarios ante los distintos organismos de la administración y mantenerlos informados de los cambios normativos que afectan al sector. La asociación debe de ser capaz de poner a disposición de los empresarios los medios necesarios para que sus negocios sigan funcionando lo mejor posible con los menores riesgos. Creo que, en los próximos cinco años, esa será la labor a realizar, como lo ha sido desde que se fundó.
¿Qué mensaje le gustaría enviar a los propietarios y operadores de estaciones de servicio en Madrid en este momento clave para el sector?
Lo más importante es adaptarse a las nuevas características del mercado y poner toda la energía en tratar de resultar competitivos. No es fácil, porque las circunstancias no son las más favorables, pero desde el año 1988 en el que comencé mi andadura profesional en el sector, he visto cómo los empresarios han sabido adaptarse a toda clase de cambios y la realidad es que una gasolinera de hoy no tiene nada que ver con una de entonces. Seamos optimistas, sintámonos orgullosos de lo realizado y, sobre todo, que la nostalgia no nos impida seguir mirando hacia adelante.