Un punto de inflexión para el sector del hidrógeno en España
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Por lo tanto, los próximos meses marcarán un punto de inflexión para el avance en la viabilidad económica y tecnológica del hidrógeno renovable, reforzado por los relevantes avances de los últimos meses. En 2024, la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) elevó notablemente las ambiciones, reforzando el papel que debe jugar el hidrógeno renovable en la estrategia nacional para cumplir con la normativa en materia climática.
En este contexto, con la mirada puesta en 2030, España cuenta con la capacidad para cumplir los objetivos establecidos y debe avanzar en esa dirección. Así lo demuestra la reciente actualización del Censo de Proyectos AeH2, en el que se han registrado más de 360 proyectos en distintas etapas de desarrollo a lo largo de toda la cadena de valor del hidrógeno. Todas las iniciativas incluidas en el documento presentan un Nivel de Madurez Tecnológica (TRL, por sus siglas en inglés) de 3 o superior, lo que evidencia el gran interés existente en España, tanto en el ámbito tecnológico y de investigación como en el sector empresarial. Además, en lo que respecta a proyectos de gran escala, actualmente hay en marcha 167 iniciativas comerciales, que de realizarse de forma exitosa podrían alcanzar los 13.6 GW en 2030. Es decir, una capacidad de electrólisis alineada con el citado objetivo gubernamental de 12 GW.
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Ante esta situación, el Censo identifica las principales barreras comerciales señaladas por los promotores de proyectos, las cuales deben reducirse o eliminarse para garantizar un desarrollo exitoso. Estos desafíos se centran en tres aspectos clave: asegurar la demanda, mejorar los mecanismos de financiación y ayudas públicas, y establecer un marco normativo claro y estable. Para superar estos retos, será fundamental fortalecer la colaboración público-privada y fomentar la cooperación entre los actores del sector. Los esfuerzos deben orientarse a estimular la demanda, agilizar la transposición de las normativas europeas y simplificar el acceso a las ayudas, asegurando un enfoque integral que facilite el desarrollo del hidrógeno en España.
A nivel europeo, España también ha ganado un importante protagonismo en el sector. En la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno, el país tuvo una participación destacada con 46 de las 130 propuestas recibidas y con tres de los siete proyectos adjudicados siendo españoles. Asimismo, la adhesión de España al mecanismo Auction as a Service (AaaS) para la segunda convocatoria del Banco Europeo del Hidrógeno, con una asignación de entre 280 y 400 millones de euros, refuerza la determinación nacional de convertirse en un referente en la producción de hidrógeno renovable en Europa.
El año 2025 se perfila así como un punto de inflexión para el sector del hidrógeno en nuestro país. Será un período clave para afianzarse, ganar competitividad y consolidar su papel en la transición energética global. España tiene ante sí la oportunidad de liderar esta transformación, impulsando proyectos estratégicos con un alto impacto para el tejido empresarial, el ámbito tecnológico y a nivel ambiental. Sin embargo, es necesario recordar que el éxito dependerá de la capacidad, la colaboración y el trabajo de todos los actores involucrados, entre los que se encuentra la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), para reducir las barreras y superar los retos actuales. La ambición está clara, el potencial es incuestionable y el momento de actuar, inaplazable.