La industria electrointensiva ante los retos de 2025
Pedro González, director general de Aege
10/01/2025Hemos despedido 2024, un año más en el que la factura eléctrica sigue siendo el azote que impide a la industria electrointensiva recuperar su competitividad. Es cierto que la disminución del precio eléctrico en el mercado mayorista, un 35% inferior al precio de 2023, ha resultado un alivio para la industria, pero aún estamos lejos de los valores que necesitamos para competir con industrias de países de la Unión Europea y de otras regiones del mundo. 2024 ha finalizado con un precio del mercado mayorista por encima de la media histórica, es más, con el cuarto registro más elevado cuando añadimos los costes de los mercados de ajuste.
Pedro González, director general de Aege.
Las incertidumbres que rodeaban a los mercados energéticos aumentaban en 2024. A la invasión rusa de Ucrania se sumaron nuevos conflictos que repercutían negativamente en el precio del gas natural, trasladándose de forma inmediata al precio del mercado eléctrico. Estábamos ante un panorama que impedía alcanzar la normalidad de los precios energéticos.
La continua entrada de energías renovables en el mercado eléctrico ha servido para mitigar parte de esta subida. En primavera, por primera vez en mucho tiempo, España se situaba como el país más atractivo de Europa para el consumo eléctrico. Pero esta situación apenas duro tres meses, el resto del año el precio del gas natural lastraba el del mercado eléctrico y nos aleja de la competitividad deseada. A su vez, esto afectaba negativamente a los precios de los contratos a largo plazo de energías renovables, los conocidos como PPAs, que se fijan en función de las expectativas de precios del mercado eléctrico, volviendo nuevamente a establecer un vínculo con el precio esperado del gas natural.
Cae la actividad industrial ante la imposibilidad de internalizar el precio eléctrico
La situación no nos hace ser optimistas. Mientras nuestra dependencia del gas natural continúe fijando la senda de precios del mercado eléctrico, no estaremos en condiciones de afrontar la estabilidad de precios necesaria, ni el nivel competitivo deseado para fortalecer nuestra industria. El resultado es la caída de la actividad industrial ante la imposibilidad de internalizar el precio eléctrico. No logramos ser competitivos y perdemos mercados difíciles de recuperar. Esta merma en la actividad a causa del impacto del coste energético ha sido señalada muy acertadamente en el informe Draghi.
A todo esto se suma un nuevo sobrecoste del mercado que me temo que ha venido para quedarse mucho tiempo. Se trata de los sobrecostes por los servicios de ajuste del sistema, por encima de los 12 €/MWh, que triplican el precio existente hasta hace apenas cinco años. La razón de este incremento responde a numerosos factores, aunque el principal puede que sea la entrada masiva de energías renovables no gestionables en el sistema eléctrico, que exigen la activación de la generación térmica ante la falta de disponibilidad del recurso renovable, mucho más cara. El problema para la industria electrointensiva es que estos sobrecostes en otros países se tratan como costes regulados, a precios conocidos y reducidos, lo que aumenta significativamente la brecha competitiva con nuestros competidores más directos.
Es cierto que los consumidores electrointensivos reciben compensaciones para mitigar la elevada carga fiscal existente en la factura eléctrica, pero no son equiparables a las que se aplican en otros países, lo que nos aleja aún más de la competitividad deseada. Sirvan como ejemplo las compensaciones por el impacto que tiene el precio de los derechos de CO2 en el mercado eléctrico, a las que los grandes electrointensivos pueden acogerse para evitar el impacto negativo sobre su competitividad, y que apenas superaron el pasado año el 35% de lo que hubiese correspondido. Desde Aege reiteramos la importancia de aplicar los importes correspondientes a estas ayudas. De lo contrario, nos situaremos permanentemente en una desventaja estructural en términos de competitividad que acabará lastrando nuestra actividad.
Y así, con esta situación, hemos dado la bienvenida al 2025, con unas expectativas opuestas a las del año pasado. Mientras en 2024 tuvimos unos precios de mercado mejores que los de años anteriores que se vieron deteriorados por la falta de medidas que nos equiparasen con nuestros competidores, las previsiones para este año son aún peores en lo referente a precios de mercado y mejores en relación a las compensaciones para los electrointensivos.
Para 2025 se espera un precio del mercado sensiblemente superior al que hemos tenido el pasado año. Concretamente, los mercados a futuro apuntan a un aumento de unos 12 €/MWh, lo que nos acercará de nuevo al escenario tan malo de precios que tuvimos en 2023. No podemos obviar que el contexto geopolítico está impactando negativamente en los precios del gas natural y esperemos que, a lo largo del año, esta situación vaya remitiendo y podamos acabar con unos precios mejores de lo esperado.
Objetivo: eliminar las cargas fiscales y parafiscales de la factura eléctrica
Aege valora positivamente las medidas aprobadas recientemente por el Gobierno. Antes de finalizar el año prorrogó la exención en el pago del 80% de los peajes, una medida necesaria ante la incertidumbre del mercado, comentada anteriormente, que nos permite equipararnos con los países de nuestro entorno, y también anunció el doble de presupuesto para compensaciones por CO2 indirecto, hasta los 600 millones de euros. Si es cierto que este presupuesto no alcanza la cuantía a la que dan derecho estas compensaciones, pero sí permitirá a la industria reducir la brecha competitiva con sus homólogos europeos.
Si es importante destacar que, a pesar del escenario de precios tan negativo que encaramos este año, si se eliminan las cargas fiscales y parafiscales existentes en la factura eléctrica de nuestra industria electrointensiva, a la que generalmente no se hace frente en otros países, estaremos en mejores condiciones para competir.
Nos consta que las administraciones entienden la importancia de apoyar la supervivencia de la industria, como pilar básico de nuestra economía, creadora de riqueza y de empleo estable y de calidad, y estamos convencidos que una industria fuerte y competitiva contribuirá de manera sostenible al crecimiento futuro. Empecemos el 2025 con optimismo.
"Mientras nuestra dependencia del gas natural continúe fijando la senda de precios del mercado eléctrico, no estaremos en condiciones de afrontar la estabilidad de precios necesaria, ni el nivel competitivo deseado para fortalecer nuestra industria"