Los países emergentes optan por las renovables para su suministro eléctrico
Londres, 14 jul (EFE).- Los mercados emergentes afrontan su creciente demanda de electricidad apostando por las energías renovables de bajo coste, un paso «clave» para la transición energética global, sin recurrir a la construcción de nuevas infraestructuras para combustibles fósiles, según un informe divulgado este miércoles.
El estudio, desarrollado por el «think tank» británico Carbon Tracker y el instituto indio Consejo de Energía, Medio Ambiente y Agua (CEEW), indica que la demanda de combustibles fósiles para la generación eléctrica ha alcanzado su pico en la mayoría de países desarrollados y se enfrenta a una caída del 20 % desde que tocó techo en 2007.
En este contexto, los mercados emergentes (los países que no pertenecen a la OCDE, además de Chile, Colombia, México y Costa Rica) confían cada vez más en energías renovables, como la eólica o la solar, para recortar costes y producir electricidad sin tener que construir grandes infraestructuras basadas en combustibles como el carbón, el petróleo o el gas.
Estas economías en desarrollo, con una cantidad de recursos renovables capaces de cubrir 140 veces su demanda actual de electricidad, verán como las energías verdes contribuyen a reducir la mortalidad por contaminación y a impulsar la ocupación, apunta el estudio.
«Necesitarán mano de obra para extraer la energía, así que, en lugar de pagar nóminas a oligarcas en el extranjero, podrán crear puestos de trabajo para la comunidad local», remarca a Efe Kingsmill Bond, investigador de Carbon Tracker y coautor del informe, titulado «Reach for the sun».
Según el experto, la caída de precios de las renovables en los últimos cinco años ha propiciado que, en un 90 % de los países del mundo, la opción más económica para producir electricidad pase por invertir en energías sostenibles.
Dado que los mercados emergentes representarán un 88 % del crecimiento en la demanda global de electricidad entre 2019 y 2040, su apuesta por las renovables los convertirá en una pieza esencial para la transición energética mundial.
Así lo prevé Bond, convencido del potencial de las energías verdes para cubrir totalmente el suministro de energía en economías en desarrollo: «Incluso en 2019, antes de la pandemia, las renovables ya estaban proporcionando todo el crecimiento de la demanda de energía en un 63 % de los mercados emergentes, excluyendo a China».
Aunque reconoce que hay ciertas reticencias a la transición energética, el experto estima que los intereses en torno a los sectores del carbón y del gas solo son «suficientemente poderosos» en un 15 % de los países emergentes (como Rusia, Indonesia o Nigeria), donde el giro hacia la sostenibilidad será un proceso más arduo.
El estudio alerta de que seguir apostando por los combustibles fósiles para generar energía comportará «enormes pérdidas», tal como sucedió en Europa a partir de 2007, con una contracción económica de 150.000 millones de dólares (unos 127.000 millones de euros).
Según Bond, esto demuestra que «los factores económicos han dejado de ser una barrera ante la transición energética para convertirse en un incentivo que favorece el cambio».