El futuro renovable de los océanos
La energía eólica marina ha pasado de ser una promesa experimental en los años 90 a un pilar de la transición energética en Europa. Según el último informe de la Comisión Europea sobre economía azul, en 2023, la UE alcanzó una capacidad acumulada de 17,8 GW, distribuidos en 11 Estados miembros, con una adición de 993 MW en el último año. Esta tecnología ya genera más de 3.300 millones de euros en Valor Añadido Bruto (VAB) y emplea directamente a 14.300 personas.
Alemania lidera el sector, concentrando el 76% de los empleos y el 62% del VAB. Sin embargo, la región enfrenta retos como retrasos en los permisos y problemas en la cadena de suministro, que han ralentizado el crecimiento desde 2021. A pesar de ello, las proyecciones a largo plazo son optimistas: se prevé que la capacidad de energía eólica marina en Europa alcance los 60 GW en 2030 y los 300 GW en 2050.
Eólica flotante: innovación para mares profundos
La energía eólica flotante, diseñada para aguas profundas, está emergiendo como una solución clave para países con limitaciones en el despliegue de turbinas de base fija. Actualmente, la UE cuenta con 29 MW de capacidad instalada en esta tecnología, y se espera un crecimiento acelerado hasta alcanzar 3 GW en 2030 y 11 GW para 2040. Aunque su coste nivelado de electricidad (LCOE) sigue siendo elevado, la innovación tecnológica promete reducirlo en los próximos años.
Energía oceánica y energía maremotriz
La energía oceánica, que abarca tecnologías como la mareomotriz, de olas y de gradientes térmicos y salinos, es un complemento estratégico a la energía eólica marina. Aunque todavía no es comercialmente viable, esta industria ha mostrado avances significativos en preparación tecnológica (TRL) y en la reducción de costes.
Por su parte, la tecnología mareomotriz lideró el inicio de las energías oceánicas con proyectos emblemáticos como la presa de La Rance (Francia). Sin embargo, su despliegue ha sido limitado debido a la falta de ubicaciones adecuadas y a preocupaciones ambientales. Nuevas tecnologías, como las turbinas de corrientes de marea y cometas submarinas, están ampliando las opciones para capturar energía de las mareas.
Energía de las olas y otros avances
Las tecnologías de energía de las olas, como columnas de agua oscilantes y absorbedores puntuales, se han instalado en países como España, Portugal y el Reino Unido, alcanzando un 50% de la producción mundial en 2023. Además, tecnologías emergentes como la conversión térmica oceánica (OTEC) y la energía de gradiente de salinidad muestran un potencial prometedor, aunque todavía en fases tempranas de desarrollo.
Tal y como indica la Comisión Europea, en 2023, la capacidad operativa emergente de energía oceánica en la UE llegó a 2,18 MW, con un aumento significativo frente a los 150 kW añadidos en 2022. A nivel global, la capacidad total de energía oceánica alcanzó 527 MW, consolidando a Europa como líder, con dos tercios de esta capacidad ubicados en sus cuencas marítimas.
Retos y oportunidades
El desarrollo de las energías marinas enfrenta desafíos económicos, tecnológicos y regulatorios. Según estimaciones de IRENA, el LCOE de estas tecnologías varía ampliamente: de 110 a 480 €/MWh para la energía mareomotriz y de 160 a 750 €/MWh para la energía de las olas. Sin embargo, la financiación pública y privada está creciendo. Durante el programa Horizonte 2020, se destinaron 185 millones de euros a proyectos de energía oceánica, con un aumento notable de inversiones privadas en los últimos años.
Además de su impacto energético, las energías marinas generan beneficios económicos y sociales. Se estima que este sector moviliza al menos 415 empleos de tiempo completo (FTE) en la UE, con roles que abarcan investigación, ingeniería y mantenimiento.
La UE ha establecido ambiciosos objetivos para las energías marinas: incrementar la capacidad oceánica de 1 GW en 2030 a 40 GW en 2050 y consolidar su liderazgo global en energía eólica marina. Si bien el camino está lleno de desafíos, las energías marinas son una pieza clave para lograr la neutralidad en carbono y garantizar un futuro energético sostenible para Europa y el mundo.
El potencial de las energías renovables del mar en España
Según hace saber la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), en su informe ‘2023 Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España’, el desarrollo de las tecnologías oceánicas más avanzadas en España ha sido notable, especialmente en el ámbito de las olas y las corrientes.
A lo largo de los años, se han logrado hitos significativos en términos de fiabilidad tecnológica, con un creciente número de proyectos y ensayos que acercan al país al objetivo de generar energía renovable a partir de recursos marinos. La hoja de ruta española para la energía eólica marina y las energías del mar establece metas claras: entre 1 y 3 GW de capacidad instalada en energía eólica marina, y entre 40 y 60 MW en energías del mar para 2030.
La evolución de estas tecnologías no solo tiene un impacto en el ámbito energético, sino que también está favoreciendo el desarrollo de un sólido tejido industrial y empresarial en España. El sector ha logrado superar desafíos logísticos, administrativos y ambientales, elementos esenciales para la implementación exitosa de parques comerciales de energía de olas y corrientes. Además, la reducción de costes en las tecnologías oceánicas ha atraído inversiones privadas, lo que será crucial para alcanzar las economías de escala necesarias para una comercialización exitosa.
Desafíos regulatorios y oportunidades
Según indica APPA, a pesar del gran avance, el sector sigue enfrentando importantes desafíos regulatorios. En 2023, el gobierno español aprobó los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, pero aún queda por definir un marco regulatorio que facilite el desarrollo y la instalación de estas tecnologías. La falta de apoyo institucional ha sido una de las principales barreras que ha limitado el aprovechamiento pleno del potencial de las energías del mar, aunque la reciente propuesta de Real Decreto para regular la producción de energía en instalaciones marinas podría allanar el camino para una mayor inversión y expansión en este campo.
Los datos de la industria reflejan que, en 2023, las energías oceánicas aportaron 17,89 millones de euros al Producto Interno Bruto (PIB) de España, lo que muestra un crecimiento moderado del 3,5% respecto al año anterior. Sin embargo, este sector todavía se encuentra en una fase de desarrollo, por lo que su contribución económica seguirá creciendo a medida que se afiance como una fuente significativa de energía renovable.
Una oportunidad para España
España se encuentra en una posición privilegiada para aprovechar el potencial de las energías del mar. Su geografía, con costas ricas en recursos marinos, especialmente en la cornisa cantábrica y Canarias, ofrece una ventaja competitiva clara. En particular, España es hogar de la primera planta comercial de energía de las olas en Europa continental, y varios dispositivos tecnológicos nacionales se encuentran en fase de demostración en centros de ensayos repartidos por todo el país. Estos avances posicionan a España como un referente en la investigación y desarrollo de tecnologías oceánicas, con la posibilidad de exportar su experiencia y dispositivos a mercados internacionales.
Generación de empleo y retos futuros
El sector de las energías del mar tiene un alto componente tecnológico, lo que se traduce en la creación de empleo altamente cualificado, especialmente en actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Como indica APPA en su último informe, en 2023, el sector empleó a 382 profesionales, un aumento del 4,9% respecto al año anterior. Sin embargo, aún se está lejos de aprovechar todo el potencial de empleo que el sector puede generar, debido a la falta de un marco de apoyo institucional claro.
Según la patronal, para que el sector de las energías renovables marinas despegue definitivamente, es necesario contar con un entorno regulatorio estable y favorable que permita la inversión y el desarrollo de tecnologías a gran escala. De cumplirse los objetivos planteados, se espera que las energías del mar no solo ayuden a España a cumplir con sus metas climáticas, sino que también generen empleo y fortalezcan la economía nacional.
Un futuro prometedor
Con una estrategia clara, una industria cada vez más competitiva y una ubicación geográfica privilegiada, España tiene ante sí una oportunidad histórica para liderar la transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible a través de las energías renovables marinas. El futuro del sector es prometedor, y si se logran superar los desafíos técnicos, logísticos y regulatorios, España podría convertirse en un referente global en la explotación de los recursos energéticos del mar.