El sector se organiza alrededor de la construcción industrializada
El Clúster de la Edificación ha dado cuenta de los trabajos, retos, barreras, oportunidades y avances que se están dando dentro de esta organización, en materia de industrialización de la construcción y, más en particular, de su grupo de componentes industrializados. Una radiografía certera, de la mano de los responsables de sus Verticales, del estado del sector que pasa por una organización, estandarización y generación de negocio.
El pasado 6 de febrero, en una mesa redonda/desayuno informativo, expertos en Construcción Industrializada de España, los coordinadores de cada uno de los seis Verticales, que forman parte de este Grupo de Trabajo, debatieron sobre los principales obstáculos y oportunidades de este subsector, donde han expuesto las claves del avance, presente y futuro de la construcción industrializada.
Avances basados en la organización
Más de 70 empresas, de las 100 que pertenecen al Clúster de la Edificación, participan en esta iniciativa que comienza a obtener sus frutos, gracias a la organización del sector.
La coordinadora del Grupo de Trabajo - Subsector de Componentes Objetivos, Begoña López (a su vez coordinadora del Vertical de Promotores y CEO de Componentes y Unidades Constructivas), expuso en primer lugar que la coyuntura nos lleva a acelerar la industrialización porque se necesita construir en menor plazo y a menor coste. Para esta labor, dentro del Clúster se vio que la innovación en poco tiempo resulta difícil desarrollarla, si se hace parcialmente y en grupos estancos. De ahí que se necesitara a todos porque “entre todos, debemos aprender a escucharnos”, señaló.
En el sector de la construcción aún dominan los procesos tradicionales, con muchos actores, cada uno con sus necesidades para avanzar rápidamente. Los que inician el proceso son las empresas promotoras (primer Vertical) a los que se suman otros 5 verticales, como por ejemplo el de las instalaciones que era el eterno olvidado de la industrialización. Entre estos verticales se interrelacionan en horizontal y vertical, al frente de cada uno existe un coordinador y a su vez un subcoordinador (que siempre es un arquitecto, dado que es el que asume la responsabilidad de un proyecto).
La fase cero del trabajo pasa por establecer un modelo de negocio para la industrialización, para luego pasar al diseño del proyecto en la que se intenta ver cómo puede entrar la industrialización. En este proceso, los integradores, las empresas constructoras son las que tienen que ejecutar, pero también intervienen la dirección facultativa, las aseguradoras, un Project Manager…
Los integradores tienen que verlo claro, señaló López, por lo que empiezan por conocer el estado del arte, en sistemas, instalaciones (un aspecto con mucho potencial). “No estábamos trabajando en conjunto”. La oferta va a ser muy competitiva y puso el ejemplo de los baños 3D, que ahora empieza a ser una realidad, un mercado competitivo para las promotoras por la reducción de costes en el que ya hay hasta 15 empresas de baños. “Estamos a mitad de camino y el 50% de las promociones ya está introduciendo en sus obras baños modulares. Empieza a haber oferta, pero tenemos que seguir aprendiendo para implementarlo en el sector, pero no se puede hacer unilateralmente. Hay que solventar retos y el Clúster es muy potente en ese sentido”, indicó.
“Industrialización es ingeniería, procesos, integración…es como hacer una lavadora. Se deben estandarizar las medidas, por ejemplo, de los baños (con tipologías), tener claros los paquetes, lo que hará aplicar ingeniería de procesos, organizar de otra forma en las fábricas. Este mismo aspecto es trasladable al caso de las ventanas, con herramientas digitales de proceso para ‘buscar el hueco perfecto’, seriados, de cara a que trabajar con certeza sea un objetivo”.
“La industrialización puede ser bella, se puede seriar lo que no se ve y sin perder la personalización. Es un concepto de diseño. En estos conceptos se puede avanzar, atacando la variable productividad”, indicó.
Begoña López también se refirió a cómo las administraciones comienzan a incluir en sus pliegos la construcción industrializada y puso el ejemplo de la Comunidad de Madrid con el Plan Vive, que funciona en forma de colaboración público-privada. “Ya hay otras iniciativas. Hay una demanda real de solución habitacional que cada año no se cubre, por lo que hay que generar oferta para que el mercado se regule; la industrialización debe ser un generador de negocio”, señaló.
“Para el arranque definitivo estamos trabajando, debemos ser críticos, se necesita más mentalización, menos miedo, hacer una apuesta, desarrollar más iniciativas, un cambio de normativa (LOE, que está obsoleta) o avanzar en el tema financiero. Hay que generar industria, que funciona de manera diferente a una constructora, lo que supone adelantar mucho dinero. Todo esto se ha de cambiar, como la Ley Hipotecaria. Los barcos se hacen y se pagan, no pedimos cosas raras. Y por favor, que se agilicen y favorezcan licencias municipales y se empiece a trabajar en grados de industrialización”, finalizó.
El principio de todo: el papel de los promotores
David Sierra, de Metrovacesa y responsable del Vertical de Promotores, señaló que para las empresas de promoción inmobiliaria el principal problema es la incertidumbre. “Nos piden certidumbres, números, valores mantenidos, rentabilidades... En ese sentido, el grado de incertidumbre que se requiere es muy pequeño y vale la pena trabajar de esta forma, juntando a profesionales de nivel, todos a una en este Grupo de Trabajo”, señaló.
Seis promotoras importantes están en el Clúster y se está en el proceso de compartir y contarse sus debilidades. “Debemos apoyarnos los unos a los otros; este es un mérito del Clúster. La construcción industrializada ya no es futuro, es presente y no hay marcha atrás. Tenemos la línea de ruta trazada; apoyarnos y colaborar entre todos”, indicó.
Por parte de las promotoras se está trabajando fundamentalmente en residencial (con promociones de 80 a 100 viviendas) así como en el modelo ‘Build to Rent’. La idea es llegar a todo con industrialización.
“No queremos cajas de zapatos para los clientes, que piden diseño, exclusividad, personalización… la industrialización no puede bloquear esto, es una premisa para los promotores”, apuntó.
Las cosas se aceleran por una necesidad y ahora los ‘living’ incorporan otras necesidades, de ahí el Build to Rent (BTR). La industrialización supone intervenir con menor coste operativo y el problema de los ‘living’ debe ser resuelto industrializando.
Para finalizar indicó que debe trabajarse en la calidad de la información, hacer una campaña de concienciación, mejorar la comunicación. “Todos tenemos que estar en esto y las administraciones deben fomentar la industrialización con beneficios”.
Integradores como coordinadores
Álvaro Pardo, coordinador del Vertical de Integradores, de la empresa PAE Passivhaus, señaló que el integrador es un agente intermedio, que pasa por un punto de conexión, que debe conocer la gestión, juntar piezas y mejorar procesos. La construcción industrializada supone apostar por la innovación y la sostenibilidad, reduciendo residuos y el impacto ambiental.
Hay muchos actores básicos en este subsector pero se necesita un coordinador, indicó.
Con economías de escala y un cambio de mentalidad, así como a través de la estandarización, se puede avanzar y desarrollar la industria para que se reduzcan los costes en un proyecto.
Pardo anunció que en el seno del Grupo de Trabajo del Clúster van a hacer un estudio comparativo a partir de un caso real de edificación, en el que se estudiarán plazos, compararán procesos y costes y ver cómo transformar con industrialización.
Por último, señaló, el necesario esfuerzo que es aún preciso hacer en materia de comunicación sobre industrialización; no se trata solo de comunicar, sino de mejorar en mano de obra, de que el sector permita la apertura a nuevos perfiles más cualificados e incorporar el papel de la mujer.
Estructuras y sistemas
Elena Vallino, de la empresa Ingennus y coordinadora del Vertical Estructuras del grupo de Componentes Industrializados, indicó que el miedo es aún cómo romper la inercia de la construcción tradicional; hasta hace poco este era el principal problema, pero sus argumentos hacen que se rompa fácilmente.
En el tema de estructuras, Vallino apuntó que se están creando sinergias, líneas de investigación mixta, que, en función de la tipología del edificio, pueden llegar a suponer el 15-25% del monto de la obra, por lo que las empresas que cuentan con sistemas están dispuestas a colaborar, para ir a soluciones híbridas y las más ventajosas en general.
La construcción industrializada aporta ventajas, como la reducción de tiempos del 50% en materia de estructuras y solaparse con otros componentes, si bien, señaló, lo más complicado es el bajo rasante. El control en fábrica es mucho mayor y afecta a la postventa y a la gestión de residuos (incluso ya con sistemas de demolición), si bien todo esto requiere planificación.
Por último, expuso que las administraciones deberían ser más flexibles, establecer una normativa genérica y aplicar más sencillez en los trámites.
Papel protagonista de las envolventes
La coordinadora del Vertical de Envolventes, Cristina Criado, de Ruiz Larrea arquitectura, indicó que están viendo en esta Vertical cómo abordar desde el principio los proyectos y sacar partido a las envolventes.
Un primer trabajo que se ha realizado es conocer, en primer lugar, las soluciones existentes, el grado de desarrollo; se vio primero que eran soluciones parciales cuando se debe ir a elementos completos. Criado explicó que queda mucho progreso por desarrollar, pero hay casos de éxito.
Asimismo, destacó el cambio de la manera de proyectar, que supone una modulación e integraciones con otras estructuras. Así, es preciso superar reticencias para que sea una industria competitiva, conocer los beneficios cuantificados (ejecución, medios auxiliares y otros cualitativos como el control o la calidad). Las envolventes permiten variabilidad y los acabados cada vez son mejores.
Finalizó indicando que estamos ante un cambio de paradigma en el que se precisa ‘ir todos a una’ y, entre todos, dar ese impulso. El cambio en la edificación debe ser global.
El gran olvidado: las instalaciones
David Gutiérrez, coordinador del Vertical de Instalaciones, responsable de proyectos de la ingeniería Valladares, hizo incidencia en el tema de la trazabilidad, como en las obras el principal problema es la incertidumbre, en que se pierde el control desde el origen.
Hasta ahora las instalaciones técnicas se han olvidado y solo se han dado ciertas pinceladas en industrialización. “Estamos muy en precario en instalaciones; falta mano de obra especializada, hay que incorporar empresas instaladoras a la construcción industrializada. Es una necesidad y este grupo está siendo un avance dado que está viendo cómo se puede industrializar cualquier tipo de instalación (como por ejemplo una centralización de contadores, tabiques técnicos, distribución hidráulica, suelos…) con un sistema de conexión ‘plug and play’”.
Para Gutiérrez se está preparado para dar el salto y actuar como en el ejemplo de la lavadora para los patinillos, teniendo en cuenta la modulación, diferentes versiones, según el uso. “Estamos preparados porque hay muchas interferencias en obra en las obras tradicionales; con la industrialización de las instalaciones vamos a ahorrar en ejecución y esto requiere mejor organización”.
Desde su punto de vista, todos se deben involucrar y a través de este grupo informar que la industrialización supone certidumbre, mejoras, un producto controlado, que en la construcción es todo así como una mayor optimización.
Avances en interiores
El último en intervenir fue Julián Domínguez, quien coordina el Vertical de Interiores, CEO de CIP Arquitectos, expuso en primer lugar, y sobre este aspecto, que había problema como la tabiquería (en residencial) y a la hora de trabajar se está rompiendo el desconocimiento, se está superando; en cocinas se está estudiando si es rentable industrializarla del todo.
Al usuario de viviendas se le traslada las ventajas, debe ver calidad, tecnología añadida sin más coste, para lo que se necesita coger para la edificación el modelo de la evolución del sector de la automoción, hacer con la casa algo parecido a lo que se está aportando en un coche, que cada vez viene más equipado. Al usuario habrá que decirle cuánto consume su casa por metro cuadrado o qué recupera agua o componentes además de más confort. “Hay que aprender de otros sectores y esto se debe reflejar con más intensidad en las memorias de calidades”.
Uno de los aspectos que más se ha avanzado en interiores es en los baños modulares. Hasta hace poco, ha habido estancamiento porque no estaban incorporados a nivel residencial. Ahora se ha avanzado en estandarizar…se ha mejorado en materiales, en acabados, se está yendo a paneles de gran formato (que son fáciles de mantener-desmontar), al diseño de sanitarios para su incorporación al conjunto y cómo se ha ido a sistemas con un kit de sustitución (con la filosofía del automóvil), con una conexión fácil.
Para Julián Domínguez la clave es la estandarización y la industrialización debe venir en los diseños. El gran desarrollo es la sistematización de procesos de diseño y con los integradores, ejecutarlo.
Este proceso de industrialización debe venir de la mano de la digitalización, en comunicar al propio sector y en apostar por la inversión en industrialización.
El Clúster de la Edificación promueve la innovación y el desarrollo, insiste en que el futuro del sector tiene que pasar, inevitablemente, por la industrialización de procesos y sistemas para conseguir viviendas cada vez más sostenibles, durante su producción y vida útil; más saludables para sus ocupantes, con mayor calidad, mejores prestaciones y más asequibles, atendiendo así los nuevos requerimientos del cliente final.