Incrementar el valor y un reparto equitativo, principales objetivos del sector vitivinícola
Incrementar el valor y la rentabilidad del sector vitivinícola español y lograr un reparto equitativo a lo largo de la cadena son dos de los principales objetivos del sector vitivinícola nacional de cara a los próximos cinco años. Los objetivos, marcados en la ‘Estrategia del Sector Vitivinícola Español 2022-2027’ de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), pretenden posicionar al país como un referente vitivinícola de valor nacional e internacional.
El documento, elaborado por KPMG es, según destaca Ángel Villafranca, presidente de OIVE, “el resultado de un exhaustivo proceso de investigación y análisis, que ha contado con la participación y consenso de todos los agentes del sector”.
Con la elaboración de este plan, se definen cinco ejes principales centrados en incrementar el valor del conjunto del sector, que contemplan 22 iniciativas estratégicas con 101 acciones asociadas que se sustentan sobre las cualidades únicas y diferenciadoras del vino de España: calidad, diversidad, historia, tradición, sostenibilidad y modernidad.
Ejes de la Estrategia del Sector Vitivinícola Español
Durante el acto de presentación el 20 de julio, en el que estuvieron presentes las principales organizaciones del sector –Federación Española del Vino, Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA) y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) – así como Carlos Seara, director de Agrobank, y Enrique Porta, socio responsable de Consumo y Distribución de KPMG en España, se detallaron los ejes sobre los que gira este ambicioso plan: reforzar el posicionamiento y la imagen, con el objetivo de incrementar su valor a nivel internacional e impulsar el consumo interno; buscar el equilibrio entre oferta y demanda, el reparto equitativo del valor y la rentabilidad a lo largo de la cadena, junto a la mejora de la competitividad del sector; liderar en sostenibilidad; valorizar el vino, y su consumo responsable, como parte de un estilo de vida saludable; y fomentar el enoturismo.
Según Enrique Porta, “el desarrollo de los ejes estratégicos definidos permitirá posicionar a España como un referente vitivinícola mundial e impulsar una espiral virtuosa de generación de valor en todo el sector”.
Para el desarrollo de estos ejes estratégicos, según abordaron las organizaciones que participaron en la mesa redonda, será importante el papel de la Interprofesional del Vino de España como herramienta al servicio del sector y lograr que todos los agentes de la cadena estén alineados.
De la importancia de esta Estrategia, también habló el ministro de Agricultura, Luis Planas, con el que “se han identificado las necesidades de futuro, mejoras a realizar y objetivos que confío se cumplirán con el apoyo de este ministerio”.
De hecho, Planas destacó el apoyo de su ministerio y su colaboración “desde el principio de este proyecto porque estamos en un contexto volátil e incierto y es en esos momentos cuando hay que tener muy claro el rumbo a tomar y que la Interprofesional del Vino de España coja el toro por los cuernos y lleve adelante esa tarea es absolutamente fundamental”.
Recuperar cuota de valor
La ‘Estrategia del Sector Vitivinícola 2022-2027’ pretende recuperar cuota de valor en los mercados internacionales. El objetivo es alcanzar un 10,2% de cuota internacional, frente al 8,3% actual, lo que supondría aumentar el valor de las exportaciones de vino generando 1.200 millones de euros adicionales de valor hasta alcanzar los 4.300 millones de euros anuales.
De igual forma, también se busca un impulso en el consumo del mercado nacional en un 3% de manera anual. Esto supondría pasar de los 2.376 millones de euros de ventas en 2021 a los 3.751 en 2027.
Las acciones definidas en este plan también buscan la modernización y revalorización del sector del vino en torno a la sostenibilidad, con el objetivo de que el 26% del viñedo nacional sea ecológico al cierre de 2027 y de alcanzar cero emisiones netas (Net Zero) en 2035. Además, el crecimiento del enoturismo y la estabilización de la superficie productiva en torno a las 950.000 Ha también permitirá el refuerzo económico de territorios en riesgo de despoblamiento.