"El papel del agricultor evolucionará hacia la toma de decisiones sobre qué cultivo es mejor sembrar en campaña y menos el de ocuparse de las tareas diarias necesarias para su producción"
Entrevista a Konstantin Kretschun, director de la División de Soluciones Agrícolas de BASF en España
Konstantin Kretschun es el nuevo director de la División de Soluciones Agrícolas de BASF en España desde enero de 2021. Tras varios años trabajando para la multinacional alemana en diversas zonas del mundo, Kretschun sustituye a Silvia Cifré que seguirá en la compañía con otro rol desde Colonia. El objetivo del nuevo director de BASF Agro en España es seguir apoyando una agricultura sostenible, con el foco puesto en agricultores y distribuidores.
¿Qué importancia tiene el mercado español para BASF Agro y cómo ha evolucionado su peso en los últimos años en relación al resto de países de la Unión Europea?
España ha sido y sigue siendo un mercado clave para BASF en general, pero en particular para BASF Agro. España tiene fuertes raíces en la agricultura y este sector es actualmente un pilar importante de la economía del país. Por tanto, continuaremos invirtiendo en la agricultura española. Por ejemplo, una de las dos estaciones de investigación agrícola que tiene BASF en todo el mundo está en España, concretamente en Utrera, Sevilla. Las buenas condiciones climáticas, así como la proximidad con los agricultores españoles y sus prácticas agrícolas, aportan una valiosa contribución a nuestras actividades de investigación para España y para otros países del mundo.
En los últimos años, BASF Agro ha experimentado un fuerte crecimiento en España, lo que confirma que nuestra estrategia y nuestros productos innovadores responden perfectamente a las necesidades del mercado. Y quiero contribuir a que esta exitosa tendencia continúe.
¿Qué subsectores de la agricultura que se practica en España le parecen más dinámicos y con mayor potencial actualmente?
Esa es la riqueza de España, que es como un ramo de flores: diversidad de condiciones climáticas -en particular entre el Sur y el Norte-, diversidad de cultivos y diversidad de tecnología agrícola. En este momento se observan diferentes dinámicas en el mercado, pero se perciben con menos intensidad porque el año pasado fue un año de récord.
El 2020 ha sido el año más cálido en España desde 1961 y ha sido calificado como el más cálido en Europa también. Además, después de un 2019 bastante seco, en la primavera de 2020 experimentamos un nivel de precipitaciones récord: ¡no dejó de llover! Por lo tanto, la comparación con respecto al año pasado de momento parece menos positiva, pero creo que los sectores principales de la agricultura española siguen ofreciendo un gran potencial en 2021: frutales y hortícolas, viña, además de los cereales (incluido el maíz). Además, también vemos una evolución positiva en el arroz, en particular en el sur.
¿Cuáles son los principales objetivos que se ha marcado en esta nueva etapa y en qué plazos le gustaría alcanzarlos?
El equipo español tiene mucha experiencia. Este aspecto, junto con la estrategia que lo ha guiado en los últimos años, ha llevado a nuestro negocio a ser muy exitoso. Los agricultores confían en nosotros y valoran nuestros productos y nuestros servicios. Mi objetivo es seguir por este camino y mantener al agricultor y a su negocio en el centro de nuestra estrategia. Queremos ayudarle a maximizar sus cosechas, mitigar los riesgos relacionados con el clima y la presión de las enfermedades y ayudarles a cumplir con los requisitos de la sociedad. Lo hacemos a través de nuestras innovaciones sostenibles y una oferta completa que va desde las semillas a los productos para la protección de cultivos y los servicios digitales. Y esto es BASF: una empresa comprometida en innovar continuamente para ayudar a los agricultores a ser más sostenibles, ambiental y económicamente.
Este nuevo reto en España me apasiona y he de confesar que estoy muy feliz de estar aquí.
“La pulverización inteligente muestra una reducción del volumen de herbicidas de hasta un 70% en la etapa experimental, dependiendo de las condiciones locales específicas”. Foto: Copyright Bosch.
Dadas las restricciones al uso de fitosanitarios que se van a imponer en los próximos años por la aplicación del Pacto Verde en Europa, ¿cómo se está adaptando la industria agroquímica a este nuevo modelo de producción de materias primas y alimentos y qué papel van a desempeñar las soluciones biológicas?
Creemos firmemente en que el agricultor necesita una amplia gama de herramientas para poder elegir según sus necesidades, que pueden variar cada campaña y según país y región. Los productos biológicos pueden contribuir a la protección de los cultivos, por ello, y para ayudar al agricultor a satisfacer las exigencias de sus clientes, en BASF desarrollamos programas de aplicación que combinan diferentes perfiles de productos fitosanitarios (tanto de síntesis química como biológico) con el fin de dar al cultivo la protección que necesita.
También estamos convencidos de que la agricultura de precisión y otras herramientas digitales ayudan al agricultor a hacer un uso más eficiente de los fitosanitarios, que tiene como consecuencia una reducción “natural” del consumo de fitosanitarios. Para poder contribuir a hacer disponible este tipo de tecnologías a los agricultores, estamos desarrollando herramientas digitales que facilitan al agricultor la toma de decisiones respecto al tratamiento, como por ejemplo Agrigenio Vite o Xarvio. El año pasado firmamos una colaboración con Bosch en el mismo sentido.
¿Qué avances puede deparar la Joint Venture entre BASF Digital Farming y Bosch y qué tipo de desarrollos tecnológicos podremos observar en los próximos años?
La Joint Venture entre BASF y Bosch, anunciada en noviembre de 2020 y pendiente de la aprobación por parte de las autoridades de competencia, surge después de años de intensa colaboración tecnológica entre ambas empresas en el ámbito de la agricultura de precisión. El objetivo de la Joint Venture es ofrecer una solución integral que, uniendo hardware y software, optimiza la aplicación de fitosanitarios, semillas y fertilizantes. Ofrece a los agricultores una herramienta que les permite aumentar la eficiencia y sostenibilidad de su campo (aplicar menos inputs para más output).
Los dos primeros productos que se lanzarán serán una versión del sistema Intelligent Planting Solution (IPS), con inteligencia digital mejorada para prescripciones de siembra y fertilizantes, y Smart Spraying. La solución Smart Spraying combina la tecnología y el software del sensor de cámara de Bosch con la plataforma de optimización de cultivos Xarvio de BASF. Ambos productos se han probado exhaustivamente en condiciones reales de cultivo.
Estas prácticas innovadoras de agricultura de precisión permiten la eficiencia de los recursos en beneficio de los agricultores y el medioambiente. Dependiendo de las condiciones locales, esto puede conducir a una menor necesidad de productos fitosanitarios en aplicaciones específicas. La pulverización inteligente muestra una reducción del volumen de herbicidas de hasta un 70% en la etapa experimental, dependiendo de las condiciones locales específicas. Se espera que la solución se lance con un número limitado de máquinas en 2021.
En su opinión, ¿el negocio del agro en Europa se va a focalizar aún más en las semillas y en las herramientas digitales? ¿Prevé una mayor concentración de las empresas que participan en este mercado durante los próximos años?
Desde el punto de vista del agricultor, las semillas siempre han tenido mucha importancia y creo que seguirá siendo así. Teniendo en cuenta la gran inversión de toda la industria en I+D para semillas y traits (rasgos genéticos), creo que en los próximos años el interés será aún mayor. Sin embargo, no considero que la protección de los cultivos pierda importancia en su conjunto, sino que la combinación entre semillas mejoradas y más resistentes y una protección de los cultivos más sostenible -basada en productos químicos y biológicos- será la clave para el sector. Y esto es claramente lo que más está marcando la agricultura.
El cambio más importante -y en este sentido creo que el mercado y sus actores seguirán evolucionando- es la digitalización. Y cuando digo digitalización me refiero a los DSSs (softwares de soporte para la toma de decisiones agronómicas) y de cómo se conectan y guían las máquinas (tractores, drones, etc.) para que la aplicación sea extremadamente precisa. Esperamos que a lo largo de esta década este mercado alcance cifras multimillonarias. El nuevo enfoque digital ya es una realidad en nuestra industria y cobrará todavía más importancia en el futuro. En la actualidad ya hay agricultores muy tecnologizados que prueban diferentes sistemas para aumentar la eficiencia en la gestión de su producción. Para mí, ellos son los pioneros y por eso los incluimos también en el desarrollo de nuestra plataforma digital xarvio.
Para el futuro de la agricultura creo que es necesario abordar plenamente la nueva realidad de los agricultores y ofrecerles una oferta completa a lo largo de toda la campaña, partiendo desde las semillas y traits, hasta el tratamiento de las semillas, los diferentes productos para la protección de los cultivos, así como los productos digitales. Todo esto con un objetivo: que puedan ser eficientes y cumplir con las normativas vigentes.
"El mundo es cada vez más complejo y disponemos de más información sobre cómo y en qué condiciones crecen mejor los cultivos. Y es aquí donde, en el futuro, resultará clave la toma de decisiones basada en datos".
“No considero que la protección de los cultivos pierda importancia en su conjunto, sino que la combinación entre semillas mejoradas y más resistentes y una protección de los cultivos más sostenible -basada en productos químicos y biológicos- será la clave para el sector”
¿Qué nivel de implantación cree que puede alcanzar la plataforma digital xarvio en España y cómo se puede acceder a ella? ¿Está previsto algún tipo de acuerdo con empresas locales para facilitar el acceso a esta tecnología?
¿Qué rol le corresponde jugar al agricultor en el proceso de digitalización del sector? ¿Su protagonismo e independencia en la toma de decisiones y en el manejo de la explotación irán reduciéndose poco a poco en favor de la tecnología y los datos estadísticos?
Esta pregunta es muy interesante. Voy a poner el ejemplo de otro sector industrial: el automovilístico. Todo el mundo habla de los coches de conducción autónoma, pero salvo contados ejemplos a nivel global, todavía no es un fenómeno generalizado. Sin embargo, en los últimos años todos hemos sido testigos de una mayor asistencia tecnológica en la conducción. Primero fue una sencilla luz parpadeante en el salpicadero del automóvil para indicar que estás conduciendo demasiado cerca del vehículo precedente. Después fueron luces intermitentes a izquierda y derecha para mantenerte en el carril. Ahora, el automóvil dirige el volante para asegurarse de que no te sales del carril y de que no conduces demasiado cerca del vehículo precedente. Y he de confesar que yo mismo me terminé acostumbrando después de la primera sensación vertiginosa de que una máquina asuma el control. ¿Por qué? Porque percibes de inmediato un beneficio directo. Y creo que dentro de unos años los coches o autobuses autopilotados se verán de forma más generalizada.
Ahora vamos a extrapolar este ejemplo a la agricultura. Antes, el agricultor tomaba las decisiones basándose en su experiencia y conocimientos, porque la agricultura sigue siendo un negocio muy familiar que pasa de generación en generación. Hoy en día, los agricultores se basan en las previsiones meteorológicas para programar las labores de campo, en los datos de los ensayos de una determinada variedad de semilla o de un fungicida de larga persistencia, y los contrastan con su propia experiencia y sus conocimientos. Conocemos muchos ejemplos de dos o tres generaciones de agricultores que debaten en la mesa si una recomendación estadística puede ser realmente cierta a tenor de su propia experiencia en sus campos y cultivos. Sin embargo, el mundo es cada vez más complejo y disponemos de más información sobre cómo y en qué condiciones crecen mejor los cultivos. Y es aquí donde, en el futuro, resultará clave la toma de decisiones basada en datos.
No creo en absoluto que los agricultores vayan a quedarse obsoletos. Más bien creo que el papel del agricultor seguirá evolucionando. Pasarán a comprobar y gestionar las recomendaciones de un motor de decisiones agronómicas que organizará las tareas diarias basándose en datos hiperlocales que describen cada centímetro de sus campos en combinación con datos remotos sobre el clima, la aparición de plagas y también el rendimiento calculado en función de los precios estimados de los productos básicos y la demanda de los consumidores. Su rol será más bien el de tomar decisiones sobre qué cultivo es mejor sembrar en campaña y menos el de ocuparse de las tareas diarias necesarias para la producción del cultivo. Y se podría decir que el encanto de trabajar en el campo a primera hora de la mañana se perderá.
Pero debo confesar que esto todavía está lejos; solo puedo reiterar que el mundo se ha vuelto más complejo y que el trabajo más valioso de la tierra ha crecido todavía más.
Para concluir, ¿qué experiencia le ha deparado trabajar en lugares y mercados tan dispares entre sí como pueden ser Rusia, EE UU, Hong Kong o Alemania y qué espera que le aporte su recién estrenada etapa en España?
A veces reflexiono sobre los últimos años y me doy cuenta de que mi trayectoria en BASF ha sido realmente increíble. Una época muy intensa y exigente, pero también muy gratificante. He conocido a mucha gente estupenda -compañeros, clientes y socios- y he aprendido mucho de ellos y con ellos. Cada trabajo tiene sus tareas y entraña sus propios desafíos y tienes que aceptarlo. Hay que dedicarse de lleno al trabajo y a las personas implicadas y mostrarse curioso, hacer preguntas. Luego, con el tiempo, vas aprendiendo y mejorando tus conocimientos, aptitudes y la repercusión de tu trabajo en la empresa es cada vez mayor. Y conservas y aprovechas todo lo que has aprendido y las relaciones que has entablado en tus etapas anteriores. Eso es lo bonito del asunto.
En general, considero que BASF es una excelente empresa que ofrece muchas posibilidades de desarrollo profesional y he tenido el privilegio de ser seleccionado para puestos interesantes y apasionantes en todo el mundo.
Y ahora formo parte del equipo español, un grupo de personas con mucha experiencia, mucha pasión por la agricultura, una sólida estrategia para crecer en el futuro y una empresa consolidada que cuenta con los medios para superar con éxito una crisis mundial como la actual provocada por el coronavirus. Estoy muy orgulloso de unirme a este equipo y de dirigir la División de Soluciones Agrícolas. Mi objetivo personal es consolidar el crecimiento de BASF en España y aumentar nuestra contribución a la agricultura sostenible y a la demanda de alimentos.