Entrevista a Alberto Saldón, global innovation manager and corporate communications Bodegas Ramón Bilbao
Mar de Frades ha sido reconocida con el premio al packaging en los International Wine Challenge 2018. El nuevo diseño de la gama completa de Mar de Frades se ha desarrollado en un nuevo molde para la botella que transmite la identidad atlántica mediante su color azul mar y diferentes piezas de decoración que la hacen única. La fabricación de las botellas, así como las etiquetas, que combina materiales y mantienen la tinta termocrómica que anuncia con un barco la temperatura adecuada de consumo del vino, han supuesto un reto por su complejidad técnica. Para conocer más sobre la premiada gama y la importancia que da Mar de Frades al packaging, hablamos con Alberto Saldón, máximo responsable de innovación de Bodegas Ramón Bilbao.
Para comenzar, ¿puede darnos unas pinceladas de la bodega Mar de Frades?
Mar de Frades nació en 1987, y su historia es paralela a la de la propia D.O. Rias Baixas. Una bodega pionera en la zona que representa la más arraigada tradición viticultora del valle del Salnés, capital histórica del Albariño. Es aquí donde la leyenda de esta variedad comenzó, y donde se producen los vinos blancos más sofisticados y sugerentes de España.
Mar de Frades, término gallego que significa “Mar de Frailes”, es también el nombre que recibe un lugar frente a la Ría de Arosa, en la desembocadura del río Umia, donde los antiguos peregrinos tomaban tierra para proseguir su camino hacia Santiago de Compostela.
Alberto Saldón, global innovation manager and corporate communications Bodegas Ramón Bilbao.
Recientemente Mar de Frades ha sido reconocida con el premio al packaging en los International Wine Challenge 2018. ¿Qué importancia tiene el envase para la bodega?
En Mar de Frades la unión de la marca con la presentación del producto es indisoluble: Una botella alta de tipo Rhin y personalizada con un distintivo color azul es nuestra clara seña de identidad. Mar de Frades, es nuestro espíritu atlántico. Galicia en estado puro pero con la sofisticación y elegancia que otorga el valle del Salnés, todo eso debe estar representado en el packaging.
Las botellas de Mar de Frades se reconocen por su particular color azul. También en su versión magnum.
Han trabajado con la diseñadora Ana Locking: una edición limitada de treinta mil botellas con la famosa ola japonesa de Kanagawa como imagen. ¿Qué implica desde el punto de vista de producción, una edición limitada o el nuevo diseño recién galardonado?
Un nuevo diseño siempre es un reto a nivel productivo. Nuevos materiales, nuevas adaptaciones para la línea de producción, nuevos retos en definitiva… Por suerte tenemos un equipo excepcional en producción y operaciones. Un equipo comprometido, sensible con las necesidades de la marca y siempre dispuesto a ayudarnos en las innovaciones que aportamos desde marketing y que ellos siempre mejoran. La nueva botella, desde la creación del molde hasta la definición definitiva de los materiales ha sido un trabajo espectacular por parte del equipo de producción.
En la etiqueta de Ana Locking se ha tenido muy en cuenta intentar conseguir esa mezcla de texturas tan característica del trabajo de la diseñadora incorporando para ello dos stamping superpuestos de modo que al acariciar la botella, el tacto sea una seña de identidad, este efecto singular hace que se unan los dos sentidos que caracterizan cada una de las disciplinas: el tacto en el trabajo de Ana Locking y el gusto con el sabor del albariño de Mar de Frades para esta colaboración tan especial en su edición limitada.
La imagen de los estuches también es muy importante.
¿Qué trata de transmitir el diseño de la ola “atlántica”?
La Ola de Mar de Frades recoge toda la fuerza del mar Atlántico y nos hace vivir su carácter único, diferente, valiente, sofisticado, atrevido y vanguardista. La bodega está ubicada frente a la Ría y su influencia en todo nuestro proyecto es muy importante.
Describa el resultado final, el producto premiado. ¿Qué hace la botella tan diferente desde el punto de vista técnico? ¿Y para el consumidor?
El nuevo diseño de la gama completa de Mar de Frades recoge toda la fuerza del mar Atlántico y nos hace vivir su carácter único, diferente, valiente, sofisticado, atrevido y vanguardista. Se ha desarrollado un nuevo molde para la botella que transmite la identidad atlántica mediante su color azul mar y diferentes piezas de decoración que la hacen única. Además la etiqueta está compuesta por dos tipos de papeles que presentan el vino de una manera compleja e innovadora, combinando materiales y manteniendo la tinta termocrómica que anuncia con un barco la temperatura adecuada de consumo del vino.
Estos dos elementos diferenciadores componen el bagaje de la marca y lo asocian con una imagen vanguardista, innovadora, afín a los avances tecnológicos además de dar una cara atractiva y cercana al consumidor.
Nueva edición limitada con el diseño de Ana Locking.
¿Responde este nuevo packaging a nueva identidad corporativa?
El trabajo de packaging es la consecución de un proyecto de mucha más profundidad que comprende también una nueva identidad corporativa, su arquitectura y la plataforma de marca. La alineación de todos estos conceptos es clave para la comunicación eficiente de la marca.
¿Se venderá en otros países?
“Mar de Frades Albariño Edición Limitada by Ana Locking” llega al mercado el 1 de noviembre con una tirada de 30.000 botellas que se comercializarán en España y otros mercados como China, México, Suiza o Reino Unido.
Tampoco olvidan la importancia de la imagen en los estuches, en la presentación del vino. ¿Es así?
Por supuesto, entendemos el packaging como un proyecto global. Engloba los estuches, las cajas, el reembalaje y todos las materias auxiliares que rodean al producto.
“Mar de Frades Albariño Edición Limitada by Ana Locking” es una edición limitada de 30.000 botellas.
En general, ¿cree que el etiquetado supone una diferencia para las marcas de finos, en general? ¿Hasta qué punto influye la imagen de la etiqueta en la venta de un vino?
La etiqueta, el packaging en general, es nuestro principal punto de contacto con el consumidor en su decisión de compra. En un mercado tan atomizado como el vitivinícola es una herramienta muy importante junto con el conocimiento de la marca.
En el equipo de marketing trabajamos con el consumidor en el centro de todas nuestras decisiones, debemos hacer atractiva la marca mediante packagings capaces de trasladar la esencia del producto. La etiqueta es nuestro principal canal para trasladar un mensaje único, para ello el diseño, los materiales y los acabados son nuestros grandes aliados.
Logotipo de Mar de Frades.
Su botella destaca en las estanterías. El consumidor relaciona la botella azul con su albariño. ¿Ha costado que esto sea así? ¿Cómo se crea una marca icónica?
El equipo técnico de Mar de Frades, dirigido por Paula Fandiño como enóloga y gerente de la bodega y por Rodolfo Bastida como director general y director técnico de las bodegas, es nuestro mayor aliado a la hora de explorar nuevas vías para nuestros vinos. Nuevos formatos que nos permitan acercarnos a los nuevos momentos de consumo de nuestras marcas. Nuestra máxima es que cualquier nuevo proyecto o idea debe aportar un beneficio al consumidor y un valor al vino, esa es la ecuación para asumir nuevos retos y crear tendencias consistentes en packaging.
Por otro lado invertimos y trabajamos la construcción de marca y en tener un posicionamiento claro en la mente del consumidor. No es un ejercicio cortoplacista, más bien al contrario, hay que ser consistente, paciente y tenaz para alcanzar los objetivos marcados.
Convertirse en el vino blanco más deseado de España es cuestión también de pequeños detalles. Unos detalles que nacen del viñedo y de la bodega, donde la labor enológica supone un factor diferencial. Porque elaborar Mar de Frades esconde una manera de hacer las cosas distinta al resto.
