Entrevista a Juan Luis Elorriaga, presidente de la AER-ATP

Al contrario de lo que muchos piensan, “la robótica está muy lejos de reemplazar a los trabajadores”. Así lo afirma en esta entrevista Juan Luis Elorriaga, presidente de la Asociación Española de Robótica y Automatización Tecnologías de la Producción (AER-ATP). El experto, que desgrana los datos del último informe mundial del sector (*), también asegura que la robótica colaborativa y los cobots son una necesidad real para mejorar la competitividad de las pymes y recuerda que los países con más robots gozan de una tasa de paro reducida.

Correcto. De hecho, los datos publicados referentes a España son los que facilitamos desde la AER-ATP, siempre atendiendo a un ligero margen de error. Las últimas cifras disponibles relativas a robótica industrial son las correspondientes al ejercicio 2015.

La previsión de crecimiento mundial del parque de robots en el periodo 2016-2019 es espectacular, principalmente en países asiáticos, y se espera llegar a las 414.000 unidades de entregas en 2019, cuatro veces más que antes de la crisis de 2007. China, que lidera la instalación mundial de robots desde 2013, integrará el 40% de las unidades previstas en 2019, mientras que Europa y Estados Unidos mantienen un crecimiento ralentizado. Durante 2015, el país asiático ha integrado 68.566 robots de los 253.748 entregados en el mundo, cifra que supera a Europa (50.073) y a Estados Unidos (27.704). Además, tiene un plan estratégico en esta década denominado ‘China 2025’ para integrar masivamente estas tecnologías en todos sus tejidos productivos.

Los once fabricantes líderes a escala mundial con plantas en diversos países son los siguientes: ABB, Yaskawa, Kuka, Fanuc, Kawasaki, Epson, Stäubli, Nachi, Comau, Omron/Adept y Universal Robots.

En el sector automoción, España figura en la séptima posición mundial y, según Anfac, es el segundo fabricante de automóviles en Europa y noveno del mundo, lo cual avala el alto grado de productividad de las plantas existentes en este sector que iniciaron su inversión con estas tecnologías en los años ochenta y siguen vigentes en la actualidad. Hoy exportan el 83% de su producción, y sus cifras económicas son relevantes para el PIB industrial. En el resto de sectores, el líder mundial es Corea del Sur.

Sí, su cifra triplica la media de Europa y Estados Unidos, con un índice de paro del 3%. Le sigue Singapur, con un índice de desempleo del 1,9% y una renta per cápita que duplica la media española; y Japón, en tercer lugar, con un índice de paro del 3%. Todos ellos cuentan con una gran capacidad exportadora. España se encuentra en la decimoprimera posición, con un índice de paro del 18,6%.

YuMi, el nuevo robot colaborativo de ABB.

El liderazgo continúa en manos del sector de la automoción con cerca del 51% del total de robots incorporados en 2015. Se trata seguramente de unas cifras previsibles dadas las inversiones realizadas. Asimismo, los sectores de la alimentación y bebidas y del metal han experimentado un crecimiento en relación con el año anterior.

La integración de la robótica en el sector agroalimentario español ha tenido un crecimiento entre 2010 y 2015 del 3%. Se integraron 361 robots en dicho sector durante 2015, completando un parque de robots que alcanza las 3.182 unidades. Podemos decir que se están cumpliendo las previsiones.

Los últimos avances en la tecnología de robótica han permitido el nacimiento de una nueva era en la automatización industrial: la de los robots colaborativos (cobots). No cabe duda de que la robótica colaborativa ha venido para quedarse. Es una necesidad real para mejorar la competitividad de las pymes, que representan al 99,9% del tejido empresarial en España. Su impacto es tal, que por primera vez la IFR va a realizar un estudio en 2017 sobre su desarrollo e implantación.

En 2015, el número de robots de uso profesional vendidos en todo el mundo ascendió a las 41.060 unidades, lo que supuso un incremento del 25% respecto al año anterior. Por aplicaciones, el top 3 lo encabezaron los sistemas logísticos (19.000 unidades vendidas), seguido de los robots de defensa (11.207 unidades vendidas) y los robots de ordeño (5.665 unidades vendidas). Los robots médicos se situaron en la cuarta posición con un total de 1.324 unidades vendidas, y un incremento del 7% respecto al año anterior. La previsión para el período 2016-19 es de 333.200 unidades según datos de la IFR. Se estima que durante este periodo se vendan más de 175.000 sistemas de logística, alrededor de 74.800 robots de defensa y 8.150 robots médicos. Cabe destacar que el continente americano encabezó el ranking de distribución de robots de servicio de uso profesional (22.599 unidades), seguido por Europa (15.516 unidades) y Asia/Australia (2.945 unidades).

Se vendieron en 2015 cerca de 3,7 millones de unidades. De cara al periodo 2016-19 se estima la venta de 30,8 millones de unidades. Los fabricantes de robots de servicio esperan que en esos años se vendan cerca de 8.100 robots asistenciales/humanoides. En ese periodo también se prevé la comercialización de 8 millones de robot toys a razón de su precio económico. Finalmente, se introducirán unos 3 millones de robots educativos y de investigación.

Nada más lejos de la realidad. La transformación de las relaciones laborales derivada de la interacción entre robots y personas es un hecho latente en los entornos productivos. Los robots colaborativos son aptos para trabajar con personas. Lejos de reemplazar trabajadores humanos, los robots mejoran su productividad, liberándoles de trabajos peligrosos, sucios o ruidosos y permitiéndoles centrarse en trabajos más complejos o finalizar la tarea en colaboración con el robot en un espacio compartido. Como ya he dicho antes, los países asiáticos que lideran la integración de procesos automatizados, tienen un índice de paro que ronda entre el 1,9 y el 3%.

Exacto. Entonces, ¿cómo va a ser la robótica y la automatización una amenaza para los puestos de trabajo? Los chinos lo tienen claro: en contra de estas previsiones apocalípticas que “provocaría” la automatización, ellos consideran que el “déficit quedaría mitigado” por la necesidad de profesionales cualificados. Los cambios hacen mover a la sociedad y ella sola se reconfigura.

Son ligeros, flexibles, fáciles de instalar y están diseñados especialmente para interactuar con humanos en un espacio de trabajo compartido sin necesidad de instalar vallas de seguridad. Su reducido tamaño, su flexibilidad y su precio asequible les diferencian y los hacen idóneos para las pequeñas y medianas empresas —aunque también son útiles para las grandes empresas—, permitiéndoles optimizar su productividad. Las empresas fabricantes en Europa necesitan automatizar su producción para permanecer competitivas frente al auge de los países en vías de desarrollo, que ofrecen mano de obra barata. Además, deben lograr retener sus procesos de producción cerca del resto de sus operaciones centrales. El valor añadido que aportan les introduce en sectores y procesos antes inalcanzables.

El problema que conllevan los robots es la falta de sentido común, por ello robótica e inteligencia artificial aún tienen un largo camino por recorrer.

Las cosas están cambiando. Surgen muchos conceptos, pero la idea principal siempre es la misma: realizar una transformación a largo plazo de nuestra percepción mundial de la producción industrial a través de la digitalización de los procesos. Se debe reforzar la conexión entre el mundo digital y el real, y ello permitirá una producción más flexible, eficiente y con un alto grado de personalización. El rápido avance de la robótica cambiará de forma permanente el mundo. Como elemento clave de esta Industria 4.0, proporciona respuestas con métodos de producción avanzados.

La robótica móvil, que permitirá la libertad de movimiento en todos los órdenes de magnitud y la creación de unidades móviles inteligentes que encuentren sus destinos de forma autónoma. Es el siguiente paso hacia la flexibilización de la producción industrial.

Adaptarse a las nuevas realidades industriales

La Asociación Española de Robótica y Automatización Tecnologías de la Producción (AER-ATP) es una entidad sin ánimo de lucro que se constituyó en 1985 con el objetivo de dinamizar y promover el sector en nuestro país. “Y no nos ha ido nada mal, ya llevamos casi 32 años desarrollando esta labor”, añade Elorriaga.

Como asociación, la AER-ATP alza la voz de sus asociados —suministradores de robots industriales, ingenierías integradoras, suministradores de productos especiales, centros tecnológicos, formativos, universidades…— para representarles ante la sociedad. Cabe destacar que la visión artificial y la fabricación aditiva se están integrando cada vez más en estos procesos de una forma complementaria. No hay que olvidar el auge de la robótica de servicio, y que en la medida de lo posible la asociación intenta darle una mayor visibilidad. También divulga las últimas tendencias del sector, fomenta la innovación tecnológica para la mejora de la competitividad, tiene participación internacional a través de la International Federation of Robotics (IFR), coordina la secretaría técnica del CTN 116 ‘Sistemas Industriales Automatizados’ de Aenor (ahora UNE), y elabora la estadística del parque de robots en España, entre otras funciones.

“Ahora que empezamos un nuevo año y en plena 4ª Revolución Industrial, las asociaciones también deben reflexionar acerca de sus actuaciones; lo que antes valía ahora ya no. En ese sentido, queremos dar paso a una nueva etapa, que se adapte a las nuevas realidades industriales con el objetivo de renovar ilusiones y motivaciones, bajo dos premisas básicas: La reindustrialización en España y la generación de empleo mediante formación cualificada. Todo ello como valor estratégico para la economía”, explica Juan Luis Elorriaga.