IoT al rescate: cómo los datos pueden ser nuestros aliados en la lucha contra desastres naturales
Jesús Estrada, Chief of Revenue Office (CRO) Libelium
14/11/2024En esta era ‘ultratecnificada’, las soluciones tecnológicas son herramientas fundamentales para cuidar de las personas, proteger comunidades y reconstruir el futuro. En Libelium, creemos que los datos son mucho más que cifras en una pantalla; son una guía para entender el entorno y una oportunidad de reaccionar de manera eficaz ante las crisis climáticas. Desde el Internet de las Cosas (IoT) hasta la inteligencia artificial y los gemelos digitales, exploraremos cómo estas tecnologías nos ayudan a anticiparnos, gestionar y sanar después de un desastre.
Anticipación: cuando los datos hablan, debemos escuchar
La prevención es nuestro primer frente de batalla. A través de redes de sensores IoT, obtenemos datos de todo tipo: niveles de agua en los ríos, humedad del suelo, temperatura, calidad del aire, y otros factores críticos que pueden indicar el riesgo de fenómenos como inundaciones, incendios o tormentas extremas. Al procesar esta información en tiempo real, los modelos predictivos pueden emitir alertas tempranas que ayudan a tomar decisiones y salvar vidas.
Sin embargo, la predicción de desastres naturales sigue siendo un reto. La inteligencia artificial, aunque potente, todavía enfrenta limitaciones para prever con exactitud cuándo y cómo ocurrirá un evento. Esto se debe en gran parte a la naturaleza compleja del clima, así como a la cantidad y calidad de los datos.
A través de redes de sensores IoT, “obtenemos datos de todo tipo: niveles de agua en los ríos, humedad del suelo, temperatura, calidad del aire, y otros factores críticos que pueden indicar el riesgo de fenómenos como inundaciones, incendios o tormentas extremas”, detalla Estrada.
Durante el desastre: proteger y comunicar, clave para salvar vidas
Cuando un desastre ocurre, la tecnología se convierte en una herramienta esencial para proteger a la ciudadanía y gestionar la emergencia de forma ágil. En situaciones críticas, cada segundo cuenta, y contar con redes de sensores desplegadas permite monitorizar la afluencia de personas en espacios seguros o incluso el estado de rutas y accesos.
En Libelium tenemos tecnología desplegada en áreas turísticas monitorizando la afluencia de personas que permite una gestión más inteligente y segura de los flujos de personas. Esto permite a los ayuntamientos ofrecer una experiencia más gratificante y fluida a los turistas. Este tipo de tecnología puede usarse, por ejemplo, para las olas de solidaridad que siempre se dan en España cuando un desastre natural ocurre. Así se pueden establecer rutas para los voluntarios y para los equipos de rescate de manera más eficiente.
Otro aspecto importante durante los rescates es la salud de los profesionales. Un desastre natural se extiende como una mancha de aceite en diferentes capas afectando al medio ambiente. La calidad del aire y del agua suelen ser las primeras damnificadas. Los datos de monitorización de estos parámetros permiten identificar áreas donde la contaminación es más elevada, generando mapas detallados que las autoridades pueden usar para proteger al personal de rescate.
La tecnología también juega un papel crucial en la comunicación de emergencia. Con los datos recopilados, las autoridades pueden informar en tiempo real a la población sobre los riesgos, las áreas a evitar y los lugares seguros. A través de aplicaciones móviles y sistemas de alerta, es posible reducir la confusión, minimizar el pánico y orientar a la ciudadanía hacia decisiones seguras. Esta capacidad de responder y coordinar en el momento adecuado puede marcar la diferencia entre el caos y una gestión ordenada de la crisis.
“Cuando un desastre ocurre, la tecnología se convierte en una herramienta esencial para proteger a la ciudadanía y gestionar la emergencia de forma ágil”, remarca el Chief of Revenue Office (CRO) Libelium.
Recuperación: reconstruir desde los cimientos, pero con datos
La recuperación tras un desastre es una tarea monumental. No se trata solo de reconstruir edificios o infraestructuras, sino de hacerlo de una forma que nos haga más resilientes ante futuras amenazas.
En Libelium, estamos inmersos en el diseño de una herramienta para evaluar daños en infraestructuras, calcular los costos de reconstrucción y medir las emisiones de CO2 asociadas. Gracias a datos satelitales y fuentes europeas de información sobre edificaciones, esta herramienta ayuda a planificar la reconstrucción de manera precisa y sostenible.
Para mitigar el impacto de los desastres naturales, es importante entender sus causas y gestionarlas desde la raíz. Fenómenos como el aumento de la temperatura del mar, la contaminación atmosférica y la planificación urbana no sostenible contribuyen a que estos eventos sean más intensos y dañinos. Por eso, en Libelium promovemos la monitorización continua de la calidad del aire, del agua, y otros parámetros ambientales que permiten desarrollar políticas basadas en datos, lo que en Libelium llamamos ‘datocracia’.
Después de cada desastre, los datos obtenidos también se convierten en valiosas lecciones que nos ayudan a mejorar los modelos predictivos. Cada evento es una oportunidad para ajustar y perfeccionar nuestras herramientas, aprendiendo de cada experiencia para estar mejor preparados en el futuro.
Hacia una gestión informada del espacio europeo
La tecnología ya está aquí, y no necesitamos inventar nada nuevo para enfrentar estos desafíos; más bien, debemos aprender a usar mejor los datos que ya tenemos.
Uno de los retos que plantea España como país europeo es el de la acceso y gobernanza de los datos. Aquí nacen los espacios de datos: un ecosistema de herramientas donde empresas, instituciones y ciudades puedan compartir sus datos para una innovación acelerada que nos permita hacer frente a otras economías más competitivas como la estadounidense o la china. No es que no haya datos suficientes, es que no tenemos acceso a los mismos. Este acceso federado a datos dentro de un marco de compartición común facilita la cooperación y permite que las soluciones como las surgidas para la prevención de desastres naturales sean cada vez más precisas y útiles.
Solo con datos y conocimiento podemos tomar decisiones informadas que beneficien tanto a las personas como al medio ambiente.