AESVi reclama un nuevo modelo de prevención de accidentes de tráfico
En 2022 se produjeron 1.042 siniestros mortales en las carreteras españolas, con 1.145 fallecidos, 44 más que en el año 2019 (tomado como referencia por la pandemia de Covid-19), lo que supone un incremento del 4%. Asimismo, en el año 2021 11 menores perdieron la vida en accidentes de tráfico. Desde la Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVi), ponen el foco en estos datos y piden plantear una estrategia para la mejora de la seguridad vial basada en paradigmas de éxito que vayan más allá de las sanciones. Joan José Alba, investigador, profesor de la Universidad de Zaragoza y vicepresidente de AESVi, explica que “las cifras de siniestralidad demuestran que la estrategia actual -basada en la sanción y en la ralentización de la movilidad- no funciona y carece de sentido resistirse a implementar un nuevo modelo de prevención de accidentes de tráfico análogo al que con grandes tasas de éxito se emplea en la aeronáutica, el transporte marítimo y el ferrocarril, cuyos ejes principales son la investigación técnica de los accidentes, la emisión de recomendaciones y la capacitación”.
Conocer las causas técnicas de los accidentes, desde un punto de vista puramente técnico y prescindiendo de la búsqueda de culpables a los que sancionar, es lo que ha permitido alcanzar tan altas cotas de seguridad en los tres modos de transporte citados. “En el caso del transporte por carretera, la investigación técnica de los accidentes de tráfico permitiría generar recomendaciones que irían destinadas a los fabricantes de vehículos, a las administraciones titulares de las infraestructuras viarias y, por supuesto, a la Dirección General de Tráfico como órgano con las máximas competencias en normativa y en materia de formación de conductores”, insiste Alba. Y es que este planteamiento, en realidad, hace gran énfasis en la relación entre accidentes y factor humano, pero siempre pensando que el auténtico problema puede estar más vinculado a la ‘aptitud’ que a la ‘actitud’. Por ello, el segundo pilar del modelo de prevención de accidentes de tráfico propuesto por AESVi debe ser la capacitación técnica específica del conjunto de la sociedad. La formación de los conductores debe mejorar y empezar a adiestrarlos en la identificación y gestión de riesgos. Es bien sabido que una buena capacitación técnica mejora ostensiblemente el grado de cumplimiento de las normas. “El mejor aprendizaje para los pequeños llegará de unos padres bien formados”, afirma Juan José Alba.
En esta línea, es imprescindible también la formación técnica específica de los profesionales que deben asesorar a las familias sobre el sistema de retención infantil más adecuado para sus hijos e hijas. Y es igualmente importante la formación de los agentes de tráfico con capacidad sancionadora. Desde AESVi se sugiere también la revisión de la normativa que regula la formación vial al alumnado de educación infantil, primaria y secundaria, ya que un enfoque de actividad lúdica no ayuda a entender a los menores que la formación que van a recibir no es menos importante que las matemáticas o la física. AESVi trabaja ya con un modelo que se vale del conocimiento técnico como mejor herramienta para poner en marcha medidas concretas y eficaces que ayuden a reducir el número de víctimas infantiles causadas por los accidentes de tráfico.