El almendro, cultivo objeto para grandes compañías e inversores

Con un aumento de la superficie cultivada del 26% y de la producción en un 50% desde el 2010, el almendro ha cautivado en la última década a productores en toda la Península. Los nuevos modelos de producción, similares a los de la olivicultura, están despertando el interés de grupos de inversores que ven en el almendro una inversión de futuro. El consultor estratégico Juan Vilar analiza en esta entrevista el presente y futuro de un cultivo cuya demanda seguirá al alza y que necesita un mercado maduro para seguir desarrollándose.

Hemos de tener en cuenta varios factores, en primer término la olivicultura moderna tiene ciertas similitudes con la almendricultura moderna, se trata de cultivos de manejo no excesivamente complicado, y con unos rendimientos económicos muy razonables, la mayor diferencia radica en el momento cíclico en que se encuentran ambas actividades por su evolución, el olivar es un cultivo cuyo ciclo se acerca a un rango de madurez elevada, mientras que el almendro se encuentra en pleno momento de ebullición, y por lo tanto este último está desplazando al olivar en cierta medida como plantación permanente, en el caso del almendro se ha pasado de plantar por ejercicio de 20 o 30 mil hectáreas, a unas 60 mil, mientras que del olivar se han pasado de 150 mil a unas 80 mil, además del abandono, permanente y no, de olivares tradicionales por falta de competitividad. Por tanto, sí que es uno de los cultivos objeto para grandes compañías e inversores.

Al margen del distinto momento en que se encuentran cíclicamente cada una de las dos actividades, de almendro a nivel internacional hay 1,9 millones de hectáreas, mientras que de olivar existen 11,6. Pero son dos los puntos fundamentales que hacen que se produzca un desplazamiento desde un sector a otro, el primero que la almendra no tiene producto sustitutivo real, como sucede con el olivo, y la segunda que la almendricultura internacional está gestionada y regida por Estados Unidos, y más concretamente por el estado de California, quien ejerce un liderazgo de mayor rigor, calidad y orden que el ejercido desde España en el sector oleícola internacional, ello le da a la almendricultura una dimensión superior en cuanto a rentabilidad, fomento de la demanda, competitividad, estabilidad, etc.

Las empresas especializadas en el diseño, gestión, manejo y plantación de fincas modernas de olivar se han visto motivadas a diversificar en su actividad, y esto se hace de varias formas, o añadiendo dentro de la cadena de valor nuevas actividades, como la gestión de olivares, recolección de los mismos, e incluso molturación del fruto; ampliando el ámbito geográfico plantando no solo en La Península Ibérica, sino en el resto de 64 países productores de aceite de oliva, o por último; diversificando con otros cultivos leñosos como es el caso del almendro, la especialización de estas empresas ha coincidido con la demanda por la maduración de un mercado por parte de los inversores, habiendo creado un clima perfecto para que estos, los inversores, también diversificarán y apostarán por añadir un producto adicional a su core business, habiendo un alto número de olivicultores modernos, que del mismo modo también son almendricultores modernos.

España es el país con mayor rango de superficie destinada a almendro, seguido por Estados Unidos, Túnez y Marruecos. No obstante mientras que las explotaciones de almendro de California, aun cuando en constante renovación, son relativamente modernas, al igual como sucede en Portugal, o Australia, caso similar al olivar, la mayor parte de las casi 700 mil hectáreas de almendro español son tradicionales, y por ende poco competitivas.

Por orden en la actualidad las comunidades con mayor liderazgo en el ámbito de la almendra son Andalucía (Granada, Almería y Málaga las provincias que acaparan el 95% de la superficie del almendro en Andalucía. En Córdoba, Huelva y Sevilla se están realizando nuevas plantaciones, principalmente en régimen de regadío y plantaciones modernas), Castilla La Mancha, Murcia, Valencia y Aragón. En cuanto a las variantes de cultivo, en secano se gestiona el 17 por ciento, mientras que en riego se hace el 83%. Casi toda España es apta para este tipo de cultivo, pero requiere altas cotas de agua, superficies de tamaño adecuado, y una tecnología que se está adecuando de forma gradual a la evolución que el cultivo está experimentando, no es un cultivo especialmente delicado, salvo el riesgo de heladas para la floración.

En el ámbito internacional, Estados Unidos, concretamente California es el mayor productor del mundo de almendra. Produce de media, 923.385 toneladas, lo que supone un 79% del total de producción. Seguido con mucha diferencia por Australia y España, con una producción que supone el 7% y el 5% respectivamente del total.

El consumo de almendra en España registrado para el periodo 2017, fue de 11,14 millones de kilos. De los cuales, 5,46 millones de kilos corresponde al consumo de almendra con cáscara y 5,68 millones de kilos a almendra sin cáscara. Esto supone un consumo per cápita de 0,25 kilos/persona y año y en sus variantes de 0,12 con cáscara y 0,13 sin cáscara. Aportando un total de gasto de 139,47 millones de euros, con una media de 3,13 euros por persona.

En cuanto a la comercialización, los principales importadores, son La Unión Europea, en torno a la 37% de las importaciones, seguido de India, China y Emiratos Árabes con una tasa de importación del 10% cada una, Japón (6%) y Canadá (5,6%). Corea, Japón, Emiratos Árabes y China tiene una tendencia al aumento, lo que garantiza en cierta medida el futuro. En el comercio exterior, las relaciones internaciones entre los principales países exportadores e importadores son clave para el resto de los países, de este modo, los asuntos de comercio exterior entre Estados Unidos y América, podrían favorecer el mercado de países como España. Cuanto mayor demanda tenga el país americano, superiores serán las oportunidades para España, principal importador de almendra del mundo.

En cuanto a que se revierta la situación, por supuesto que sucederá, se prevé que para 2025 la superficie de almendro plantado haya crecido un 16%, es decir del orden de 310 mil hectáreas, todas ellas de explotaciones modernas, por lo tanto California ante un posible desequilibrio entre oferta y demanda, así como Australia, se verían obligados a canibalizar mercados que actualmente son naturales de España, esto haría que descendieran los precios, se pondría en peligro el almendro tradicional, y por ende se vería afectado el sector en España. No obstante el Almond Board of California, que integra de forma vertical todo el sector, hace una labor de promoción y gestión del mercado especialmente adecuada, aunque por el cariz que está experimentando el sector en cuanto a incremento de superficie y producción debería de ser apoyado por entidades similares, tanto en España, como en Australia, cuanto menos, ello contribuiría a seguir adecuando de forma gradual la demanda, a la oferta impuesta por la evolución de superficie.

La superficie desde 2010 ha crecido un 26%, la producción creció casi un 50% para el mismo periodo, mientras que el consumo ha experimentado un incremento de algo más del 70 por ciento, por tanto la evolución en los últimos 10 años ha sido especialmente positiva en todas las magnitudes, no obstante, la manifestación que se ha tenido durante el mismo periodo sobre los precios no ha sido tan satisfactoria, es decir, se ha movido por tendencias tanto alcistas, como bajistas, pero que han oscilado entre los 4 y los 8 euros en origen y de pepita. No obstante existe una razón que garantiza rentas netas positivas durante los, al menos 5 siguientes años, y ello es la renovación del sector en California, circunstancia esta que contribuye, conjuntamente con el incremento del consumo, a absorber toda la producción procedente de las nuevas explotaciones modernas.

No obstante en un periodo que podría ser de 8 -10 años, si se sigue la actual tendencia de plantación y transformación podría madurar el mercado, como actualmente sucede para el caso de la olivicultura.

El olivo cuyo mercado se encuentra en momento de madurez, como hemos dicho antes, sufrirá un equilibrio sobrevenido y natural que podría durar unos 5 años, su hueco está siendo cubierto, en todo caso por cultivos leñosos modernos como son el almendro, el nogal, el pistacho, los frutos rojos, etc. en todo caso el más parecido al modo de gestión con el olivo es el almendro, por su manejo, aptitud, modo de cultivo, recolección, etc. pero la característica fundamental, es que en un mercado como el actual, siendo eficiente en origen queda la renta garantizada para ambos cultivos. Por lo tanto; tanto el olivar moderno, como la almendricultura moderna son rentables per se, dependiendo exclusivamente de ellos, al margen de las oscilaciones de precios que existan en la cadena de valor, es decir, el mercado incide en el rango de renta neta, pero en ningún caso es probable que ningún otro elemento de la cadena de valor pudiera neutralizar sus beneficios, o dicho de otro modo, en ambos casos la rentabilidad de las explotaciones viene dada por ellos mismos, basado en sus rangos de eficiencia y eficacia, circunstancia ésta que resulta vital en cualquier explotación económica.