Entrevista a Salvador Coll Huerta, de Motor Técnic Masnou
Cuando paseamos por el Port del Masnou encontramos empresas náuticas, servicios, embarcaciones a la venta y de ocasión, una escuela náutica, una tienda de accesorios náuticos, etc…pero cuando hablamos con algunos de ellos para que nos cuenten su día a día, nos sorprende encontrarnos con Salvador Coll de Motor Tecnic. Cultivado en su oficio y en concreto en la reparación de motores nos ofrece la oportunidad de hablar de su trayectoria profesional, con las anécdotas y dificultades que ha vivido, siempre contando al frente de su negocio con el apoyo incondicional de su mujer Antonia Parra Carmona e hijos.
Según su experiencia profesional ¿cuál es su visión respecto a la náutica actual y las prestaciones de los nuevos motores diésel, eléctricos y gasolina?
En cuanto a los motores eléctricos hay que prepararse para manejar el ordenador y entrar en ellos. Es un poco complejo si estás acostumbrado a trabajar más a la antigua usanza con los otros motores. En cambio, los motores diésel si están controlados y el debido mantenimiento no tienen porqué contaminar ttanto, aunque si no están al día pueden hacerlo.
¿Cuándo empieza su trayectoria profesional relacionada con la naútica?
Mi trayectoria profesional ha sido dura. A los 8 años me escapaba para ver los barcos de pescadores y cogía un pequeño barco de madera. Después como no me gustaba mucho estudiar, mi padre me llevó a un taller de herreros que reparaba también coches en Alella y así empecé reparando bicicletas, motocultores y tractores cuando tenía 11 años. A los 13 me fui al Servicio Oficial Seat del Masnou a trabajar. Ya tenía contacto con el mar porque tenía un amigo que su padre tenía un barco y ya salía. Después trabajé limpiando barcos, los fondos y, como ya trabajaba de aprendiz de mecánico en automoción, a través de un amigo que era el jefe y su novia empecé a trabajar en Sport Mar, en la primera náutica de Premià, limpiando fondos, realizando el mantenimiento y como mecánico de los fuerabordas. Después trabajé en Barcelona en Talleres Nautic. A los 18 estuve navegando en un yate recorriendo las islas y fue toda una experiencia. Después estuve en Talleres Jacobo, y finalmente en el año 1974 me puse por mi cuenta. Sin duda, he luchado toda mi vida pero gracias a mi mujer he seguido adelante. Primero hacía los trabajos por mi cuenta y entonces empecé a trabajar con marcas como Mariner, una de las primeras, después con Yanmar colaborando con una empresa del País Vasco como importador en Catalunya para vender los motores Yanmar. Después la marca se traspasó a otro distribuidor y empecé con otras marcas como Nanni Diesel, Steyr Motors Marine Diesel, Man y Craftsman Marine. También, en el año 92 estuve trabajando en las Olimpiadas como servicio mecánico de Evinrude.
Agradezco mucho la formación que tuve a través de Solé Diesel con quien estuve un año y al Sr. Enric Solé padre que me enseñó mientras empecé con mi negocio con los motores. He viajado en grandes barcos de cruceros reparándolos, algunos de 300 metros. Por mencionar algunos de los más significativos, destacaría el Empress, Europa 2, Aida Diva, y también en el barco gemelo del famoso Concordia que se hundió en Italia. Cuando hay problemas de motor de la marca Steyr, me encargo de su reparación como distribuidor oficial, igual que para las otras marcas que represento.
¿Qué es lo más fácil y lo más difícil que ha encontrado en su trabajo?
Lo más fácil es llegar al barco y ver que no se pone en marcha porque estaba accionado el mecanismo del hombre al agua. En otras ocasiones he sido concienzudo en mi trabajo hasta encontrar la avería. Me encontré un motor John Derek que tuve que reparar en el barco Mirabela. Era un motor muy grande y coloqué vigas dentro del barco y finalmente lo conseguí montar solo. Cuando he trabajado en los grandes barcos de crucero, algunos de mis clientes se han sorprendido al ver que con cuatro herramientas he conseguido desmontar, encontrar la avería y montarlo de nuevo.
¿Cómo organiza su jornada laboral diaria?
Normalmente tengo citas programadas pero la mayoría se organiza sobre la marcha. Puedo tener dos citas o según donde tenga que ir ya sea Premià o Empuriabrava lo organizo según pueda.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? ¿Qué es lo que más repara?
Disfruto trabajando de mecánica. Me gusta trastear la mecánica si no no sabría lo que sé. Reconstruyo motores que están en mal estado o averiados, reparo bombas de agua, soportes de motor y reductores.
¿Cuáles son los consejos para alargar la vida útil del motor?
Hacer sus revisiones en sus horas reglamentarias y el mantenimiento de conservación del motor. Cada 6 meses sería lo ideal.
¿Intrusismo en esta profesión?
Actualmente ya no hay mecánicos sino “cambia piezas”. La mayoría de las veces mi profesión está reconocida pero otras veces no es valorada como antes. Antiguamente un mecánico de barcos era “semi-dios” pero ahora con internet hay mucha desconfianza e intrusismo de mecánicos que parece que sepan el oficio pero que en realidad no tienen la formación. Recuerdo que cuando trabajé en Furia cuando existía montando motores, y cuando me contrataron como jefe de control de calidad y servicios de garantías en 2005-2006 en Starfisher, mi profesión estaba muy reconocida.
¿Puede relatar alguna anécdota?
Una de las personas famosas que conocí era Carmen Russo que tenía un gran barco Sessa de 13 metros que llegó a este puerto con una avería en el generador del motor. Fue muy gracioso porque tenía interés en aprender cómo reparaba el motor. Otros personajes que he conocido a través de mi trabajo han sido Bertín Osborne, jugadores de balonmano o baloncesto como Ricky Rubio. También me he ocupado de algunos barcos de la realeza, reparado y haciendo el mantenimiento de barcos, como el del Rey emérito Juan Carlos I. También una de las gestas que recuerdo en mi trabajo , porque nadie se atrevió a hacerlo, fue subirme en los dos palos del yate Giralda del Conde de Barcelona, el padre del rey emérito actual para colocar unos cables.