Un adaptador plástico de bajo coste permite dotar de visión a los laringoscopios convencionales
Aimplas, Instituto Tecnológico del Plástico, ha participado en el desarrollo de un innovador vídeolaringoscopio de bajo coste que hará posible la generalización de esta tecnología y su implantación en todos los quirófanos en los que todavía no estaba por la barrera del precio.
Al año se realizan cuatro millones de anestesias generales en España (una de cada diez personas), los anestesiólogos se enfrentan a diario con multitud de asistencias que exigen la realización de una intubación orotraqueal, que consiste en pasar un tubo de plástico entre las cuerdas vocales para asegurar la oxigenación y ventilación de los pacientes. Para llevar a cabo esta técnica se emplea un laringoscopio convencional para realizar una laringoscopia directa que permita ver las cuerdas vocales del paciente y así dirigir el tubo al lugar correcto. Esta maniobra puede fracasar con diferente grado de frecuencia.
Según las características físicas del paciente, la maniobra se complica al no verse las cuerdas vocales, lo que genera un margen de error superior al 20% en algunos casos. Se trata de una situación imprevista que solo es posible evidenciar en el momento de la intubación y cuya solución es la utilización de un conjunto de dispositivos específicos para el manejo de la vía aérea. Los vídeolaringoscopios son los más efectivos en estos casos, aunque poseen un precio muy elevado que limita su uso.
El doctor Lucas Rovira, médico anestesiólogo que actualmente ejerce su actividad profesional en el Hospital de Manises, ha ideado y dirigido el proyecto Cleverscope, en el que ha contado con la financiación del IIS La Fe y con la participación del departamento de Diseño e Inyección de Aimplas gracias al acuerdo Redit- ISS La Fe. La finalidad del proyecto es hacer posible la implantación de equipos avanzados que resuelvan estas intervenciones más complicadas, y el resultado ha sido protegido mediante modelo de utilidad compartido entre La Fe y Aimplas.
Vicente Ruedas, experto en diseño e inyección en Aimplas, añade: “En esta primera fase del desarrollo conceptual del producto ha sido de vital importancia la utilización de tecnologías de fabricación aditivas para poder evaluar el comportamiento en uso de la pieza de soporte”. El resultado ha sido la fabricación de un prototipo consistente en tres piezas que, acopladas a un laringoscopio convencional y a un smartphone o tablet con cámara, lo convierten en un videolaringoscopio de altas prestaciones.