Opinión: Vuelve la vuelta, por Jaume Ferrer
Septiembre ha sido, tradicionalmente, un buen mes para el sector. Es el mes que, tras las vacaciones, la gente vuelve a apostar por el deporte. Y sobre todo es el mes en el que vuelven los colegios y las actividades extraescolares, competiciones incluidas. Y la repercusión de toda esta reactivación del deporte en las ventas es, obviamente, destacable.
Esta dinámica se vio claramente condicionada, hace un año, por el COVID. Es cierto que la práctica se disparó considerablemente tras el encierro y deportes como el bike, el pádel, el home fi tness, el running o algunas modalidades outdoor vivieron, a, nivel de práctica, un 2020 pletórico, pero los deportes de equipo, que además de representar una parte muy importante de las ventas, son quienes, precisamente, dinamizan las ventas tras el verano, estuvieron parados hasta principios de este 2021. Y no ha sido hasta este septiembre que han recuperado su comportamiento habitual. Deportes como el fútbol o el baloncesto están consiguiendo recobrar parte del terreno perdido hace 12 meses ahora que entrenamientos y competiciones han recuperado la normalidad y, paralelamente, esos deportes que conocemos todos, y que tan importantes fueron en el postencierro, siguen manteniendo su excelente progresión. En práctica y en ventas. Así que, este último trimestre se antoja a priori como muy bueno para el sector.
La gente sigue con muchas ganas de hacer deporte, y eso ya es un gran logro. Los índices han crecido y esa nueva cultura deportiva que reclamamos desde hace años parece que va cogiendo forma. El COVID ha sido un buen aliado para estos índices y para el sector, que una vez más ha conseguido pescar en río revuelto. Índices disparados, modalidades con un crecimiento exponencial, muy buenas ventas… y ahora solo queda recuperar cierta normalidad en el plano más relacional, más B2B. Y si algo ha quedado claro en las primeras ferias de este nuevo curso es que hay muchas ganas de recuperar el cara a cara, las relaciones de tú a tú. Y conocer de cerca el producto. Y tocarlo. El éxito de Sea Otter no es casual. Ni lo será el de ferias que tienen muchos números de ser un éxito, como el Caravaning. Hay ganas de deporte y hay ganas de ferias.
Pero toda moneda tiene dos caras. Y sí, estamos en la que probablemente sea una de las mejores épocas del sector en la última década, con mucha más gente enganchada al deporte, con muchos deportes creciendo en practicantes y ventas y con un balance global del sector muy positivo, sobre todo ahora que los deportes que estaban “congelados” han vuelto a coger ritmo. Pero todavía no hemos dejado atrás algunas de las problemáticas que conllevó el COVID. O, mejor dicho, el parón mundial que provocó su expansión a principios de marzo. La rueda se frenó en seco y todavía hoy estamos lejos de recuperar el ritmo, al menos a nivel de producción, de enero de 2019.
Estamos en la que probablemente sea una de las mejores épocas del sector en la última década, con mucha más gente enganchada al deporte, con muchos deportes creciendo en practicantes y ventas y con un balance global del sector muy positivo... pero todavía no hemos dejado atrás algunas de las problemáticas que ha provocado la pandemia
El cierre de las fábricas hace 18 meses ha tenido unos efectos devastadores para una infi nidad de sectores. La rueda de la materia prima no ha cogido velocidad todavía y el efecto dominó afecta a todos los procesos de la cadena. No hay producto porque no hay con qué hacerlo. Y eso, insisto, pasa en todos los sectores. Desde la automoción (SEAT ha parado la producción porque no tiene chips) hasta la electrónica. Y evidentemente el sector no se salva. Las grandes multinacionales del sector, por ejemplo, llevan meses avisando que no podrán servir porque sus fábricas en Asia están paradas, y desde hace muchos meses, la fuerte demanda de bicicletas o palas de pádel no se puede cubrir poque nadie tiene stock.
Esta situación, que también tiene un gran componente político, supone un freno para los intereses de nuestro sector, porque no responder a la demanda implica perder oportunidades, y hay ciertos recelos a que esta demanda se mantenga el sufi ciente tiempo como para poder cubrirla. Además, tanto esta falta de producto como el fuerte aumento en el coste de cierta materia prima y de los envíos se está traduciendo en un incremento del precio medio y una reducción importante de los márgenes. Y eso es algo que nunca ha jugado a favor de un sector importador por excelencia, como el nuestro.
Por ahora, cuando lanzamos la moneda siempre sale cara. Porque hay ganas de deporte y porque, a pesar de esa demanda no satisfecha, la gente sigue fi el a la práctica. Y a corto plazo no parece que vaya a cambiar esta tendencia. Si además a esto le añadimos que la moda deportiva también vive un muybuen momento, queda claro que el sector está más vivo que nunca. Y puede que incluso, en muchos aspectos, estemos mucho mejor que en enero de 2019… con muchas muchas más ganas de seguir creciendo y de aprovechar esta buena ola.
Eso sí… pese al buen momento que vivimos como sector, ¿se imaginan donde estaríamos si la oferta hubiera podido dar respuesta a la demanda?