Wilson y Nfl, el patrocinio más largo de la historia del deporte
Esta semana, como sucede desde hace ya 47 años, un partido de fútbol americano paralizó Estados Unidos y se coló en los televisores de todo el planeta. Gracias al partido en cuestión, se alcanza el tope de audiencia del año en Estados Unidos y el precio de los anuncios, por astronómico, se convierte también en noticia. Está claro que no es un partido cualquiera, es el partido: la final de la Super Bowl que se celebró este domingo en el Mercedes-Benz Superdome de Nueva Orleans, con victoria de los Baltimore Ravens ante los San Francisco 49ers (34-31). Hubo campeón inesperado en el palmarés de la competición y ninguna sorpresa en lo que hace referencia al más preciado valor de la final: el balón. Porque como en todas y cada una de las finales de la Super Bowl el balón no ha cambiado: ahí estaba acaparando las cámaras ‘El Duque’ de Wilson.
Bautizado en honor al que fuera propietario de los New York Giants, Wellintong Mara, Duque de Wellington, el balón de Wilson ha vivido todos y cada uno de los momentos de la Super Bowl desde 1967 y hasta el 2013. Más allá de esto, Wilson ha sido el balón official de la Nfl desde hace 70 años en lo que está considerado uno de los patrocinios más longevos en la historia del deporte.
En 1955 Wilson inauguró la factoría de fútbol en Ada (Ohio) para garantizar la máxima calidad en el proceso de elaboración del producto. A día de hoy, la marca líder en el mercado mundial mantiene su producción de balones en las mismas instalaciones y sin haber renunciado a todo el proceso artesanal y de fabricación manual. En la factoría, donde trabajan 120 empleados, se producen 4.000 balones al dia y 700.000 al año. Pequeñas grandes joyas que después reparten la gloria en el partido por excelencia.