In-dependencia, por Jaume Ferrer
Lo que tiene la manipulación es eso, que fruto de repetir la misma mentira cien veces, o acabas dudando de la verdad o te acabas creyendo la mentira. "Los comercios deportivos que no pertenecen a cadenas ni a grupos de compra representan en España el 30%", "La selección natural se está agudizando sobre las tiendas", "La concentración conllevará la mayor desaparición de tiendas de la historia", "Antes de diez años no habrá más del 5% de tiendas indepeendientes", "Hay que asociarse para seguir siendo competitivos"... Esto es sólo un pequeño ejemplo de la estrategia mediática de intoxicación permanente que están llevando a cabo las dos principales centrales de compra del sector a través de las declaraciones de sus principales dirigentes. Lo lógico sería que, sentencias tan tremendistas como las vertidas por el Director General de Intersport o el presidente de Base-Detallsport, que lo único que pretenden es transmitir que el comercio independiente está condenado a desaparecer, estuvieran avaladas por rigurosos estudios de mercado, pero mucho me temo, vistas las cifras que manejan, que son sólo opiniones. O mejor dicho, deseos para no seguir perdiendo cuota frente a la fuerte expansión de las cadenas deportivas. En España, por suerte para los proveedores, el 49,90% de los puntos de venta operan de forma totalmente independiente, un 17,48% pertenecen a cadenas, un 4,46% ya son de tiendas monomarca y el 27,16% restante son comercios adscritos a centrales de compra. Este último porcentaje, baja al 18% si se cogen sólo las tiendas que han incorporado la imagen corporativa del grupo al que pertenecen. Puestos a opinar, pero con la base de un estudio de tendencias -Escenarios de futuro del sector de artículos deportivos- que ha realizado Sport Panel, quiero indicar que el nuevo concepto de comercio deportivo se dirige hacia las denominadas "tiendas de target", todo lo contrario a la pretensión de uniformidad (pérdida de identidad propia) que pretenden la mayoría de las centrales de compra que, junto con su obstinada verticalización, perderán (como ya está ocurriendo en otros países y también aquí) a sus principales socios y/o a aquellos que quieren seguir tomando por ellos mismos las decisiones de su empresa y que no están dispuestos a convertirse en un franquiciado.