El peso de los clásicos
Una de las tendencias que estamos viendo en todos los sectores es el retorno a los clásicos: los productos, la estética y las marcas de toda la vida siempre están de moda, ya que transmiten valores que se han ganado a lo largo de varias décadas de trabajo y de éxito. Además, los consumidores ya las conocen, por lo que no es necesaria una fuerte inversión en marketing y en publicidad.
En los sectores dirigidos a la infancia, este retorno a los clásicos tiene una ventaja adicional: los padres, e incluso los abuelos, conocen estos personajes o juguetes, y los recuerdan de cuando ellos mismos eran niños. Y esto significa que los sentimientos que evocan son positivos, ya que traen a la memoria momentos de juego y de diversión.
Todo esto ayuda a explicar que en un momento difícil como el actual, juguetes y licencias como Playmobil, el fuerte de Comansi, las Tortugas Ninja y Star Wars, por citar algunos ejemplos, se mantengan con solidez o se recuperen confiando en lograr un impacto positivo. En cuanto a las marcas de puericultura, es cierto que no recordamos el biberón o el carrito que usábamos de bebés, pero también es verdad que todos los consumidores conocemos marcas que llevan años situadas en una posición de liderazgo y que, por tanto, suelen inspirar confianza en su calidad.
No se trata ni mucho menos de hacer siempre lo mismo. Por un lado, son conceptos que han funcionado porque son buenas ideas, pero también porque tienen detrás un trabajo de innovación y renovación constante, quizás más discreto que en otros productos, pero que es imprescindible para adaptar estos conceptos perennes a los gustos y tendencias de cada momento.