Los platos preparados a base de carne ganan adeptos
Existe una gran variedad de platos preparados basados en productos cárnicos. Ya sean carnes blancas (de pollo, pavo o conejo) o carnes rojas (cerdo o vacuno), la carne es una fuente clave de proteínas, vitaminas, grasas y minerales. Y es que en cualquier dieta equilibrada, este producto debe ser un alimento indispensable a incluir en la dieta. La pirámide nutricional de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) aconseja una ingesta de carnes blancas de varias veces a la semana, mientras que la toma de carnes rojas debe ser ocasional o moderada. Las proteínas se caracterizan por ser de alta calidad, además de que contienen los aminoácidos correspondientes y esenciales para el organismo del ser humano. Dichas proteínas ayudan a construir los músculos, así como sus tejidos de reparación. Asimismo, los productos cárnicos también contienen vitamina B12, la cual adquiere un protagonismo clave en la producción de células rojas de la sangre.

Haciendo hincapié en los minerales, los más relevantes son el hierro (al ser uno de los más abundantes), magnesio, calcio o fósforo, los cuales son imprescindibles para el buen rendimiento del organismo humano, e imprescindibles para evitar diversas enfermedades.
El consumidor tiene a su disposición una amplia variedad de platos preparados en esta categoría. Entre ellos, cabe destacar los nuggets o alitas de pollo, hamburguesas, albóndigas, carrilleras, etc. El constante esfuerzo innovador del sector y una estrategia orientada a I+D han permitido un gran crecimiento de la producción de platos preparados, fortaleciendo su liderazgo en el segmento de los productos commodities.
Nuevos productos, nuevos sabores, nuevos conceptos
Desde que el sector comenzara a ampliar su línea de productos con nuevas especialidades, la inversión en investigación y desarrollo ha aumentado progresivamente para hacer frente a las demandas de todo tipo de consumidores.
Cabe destacar la innovación en una nueva gama de productos adaptados a las necesidades de los consumidores de hoy, que abarca desde la sustitución de proteínas animales por vegetales (legumbres, cereales como quinoa, espelta o garbanzos), hasta la reducción de sal, azúcares y materias grasas, o incluso, la introducción de fibra, entre otras.
Asimismo, con el objetivo de buscar alimentos cada vez más saludables y equilibrados, el sector también mantiene una preocupación constante por la eliminación de aditivos o la elaboración de productos sin conservantes ni colorantes.
Además, esta innovación también se orienta a cubrir las necesidades de aquellas personas con patologías digestivas, entre las que destacan la enfermedad celíaca o la tolerancia a la lactosa, dos de las más frecuentes entre la población.
El abanico de soluciones que da respuesta a esta demanda es muy amplio e incluye medidas como la identificación de nuevas materias primas e ingredientes, innovadoras formulaciones y procesos de elaboración y estudios de preferencias. Todo ello da como resultado productos con nuevos sabores y conceptos, adaptados a los gustos de cualquier consumidor.