La sucesión, una cuestión legal y fiscal que hay que resolver
Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares
27/11/2020Pero más allá del aspecto emocional, del que ya hemos hablado en otras ocasiones, la sucesión también es una cuestión legal y fiscal que hay que resolver adecuadamente. Esta cuestión puede ser más o menos compleja en función de la dimensión de la empresa y del patrimonio familiar, pero muy probablemente la familia requerirá de la ayuda de un profesional para afrontarla.
La vertiente legal de la sucesión
En la práctica, la herramienta que más utilizan las empresas familiares para regular el proceso de relevo generacional y consensuar las normas que deben regir la relación familia-empresa-propiedad en el futuro es el Protocolo familiar. Alrededor del 80% de las familias se suele decantar por esta opción, mientras que otros instrumentos de menor calado, como los Pactos de familia o los Pactos sucesorios, se usan en bastante menor medida. Para que cumpla su función, un buen Protocolo familiar debería estar hecho a medida de la familia empresaria y de la empresa familiar, ser acordado por todos los familiares implicados e implicar un proceso de reflexión familiar para consensuar la visión compartida.
Por otro lado, existen una serie de documentos complementarios o de ejecución que son necesarios o simplemente convenientes para implementar y/o ejecutar los acuerdos alcanzados y reflejados en el Protocolo familiar. Entre estos encontramos los estatutos sociales, los pactos privados entre socios, los testamentos y las capitulaciones matrimoniales, que deben estar en consonancia con lo que la familia ha consensuado en el Protocolo familiar. El adecuado tratamiento jurídico de las cláusulas acordadas por los firmantes es una garantía para la continuidad de la empresa familiar y, muy probablemente, requerirá de la intervención de un consultor o jurista experto en la materia.
La vertiente fiscal de la sucesión
Es importante que, antes del relevo generacional, la familia prevea el posible impacto fiscal de sucesiones, donaciones y otras transmisiones patrimoniales. Existen ventajas fiscales para las familias empresarias, entre las que destacan las exenciones o bonificaciones en el Impuesto sobre el Patrimonio y las reducciones en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, pero para poder beneficiarse de las mismas se deben cumplir escrupulosamente los requisitos fijados legalmente, para poder así ser considerados efectivamente como una empresa familiar desde el punto de vista fiscal.
Al margen del ámbito legal y fiscal, existen determinados procesos y operaciones, como son las fusiones y las adquisiciones, la planificación tributaria, las reestructuraciones societarias y patrimoniales o la regulación de los órganos de gobierno, entre otros, que para llevarse a cabo precisan de la participación de un abogado de empresa familiar que comprenda las particularidades de estos negocios y que, además de una empresa y de un patrimonio, también está en juego la familia.
En conclusión, como ya os anticipaba al inicio del artículo, contar con un equipo de profesionales que proporcione un buen asesoramiento legal y una óptima planificación fiscal antes del relevo generacional es sinónimo de tranquilidad y de fuertes ahorros y es clave para el futuro de la empresa familiar.