WisdomTree publicó un informe sobre el papel clave de los combustibles renovables en la lucha contra el cambio climático
Cómo los combustibles renovables aceleran la descarbonización del transporte
Mobeen Tahir, director de Investigaciones Macroeconómicas y Análisis en WisdomTree
16/02/2023Los combustibles renovables por sí solos no harán frente al cambio climático, pero pueden contribuir a lograr avances significativos.
¿Qué son los combustibles renovables?
Los biocombustibles de hidrocarburos renovables (también llamados biocombustibles verdes o ‘drop-in’) se producen a partir de fuentes de biomasa mediante diversos procesos biológicos, térmicos y químicos. Son químicamente idénticos a la gasolina de petróleo, el gasóleo o el combustible para reactores, tal y como indican fuentes del Departamento de Energía de Estados Unidos.
¿Por qué generan tanto entusiasmo?
Los combustibles renovables, al igual que el diésel renovable y el combustible sostenible para aviones, pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80-90 % en comparación con los combustibles fósiles, tal y como señalaron desde la compañía petrolera Neste en enero de 2023. Y como su combustión es mucho más limpia, los filtros del motor permanecen limpios durante más tiempo, reduciendo así la necesidad de mantenimiento. Además, dado que se utiliza aceite de cocina usado, aceite vegetal, residuos de tratamiento y residuos de grasa animal, su producción reduce los residuos biológicos, con lo que las emisiones de los vertederos disminuyen.
Esto convierte a los combustibles renovables en un componente clave de la economía circular. Históricamente, el ser humano se ha basado principalmente en el modelo lineal a la hora de utilizar los recursos naturales. El modelo circular, en cambio, es mucho más eficiente y trata de reciclar todo lo posible (véase el gráfico 2).
Lo mejor de los combustibles renovables es la inmediatez con que pueden generar un impacto. La razón por la que se denominan ‘drop-in’ es que pueden sustituir a los combustibles fósiles en los motores de combustión interna sin apenas modificaciones. Así pues, si el suministro fuera lo suficientemente abundante, los medios de transporte que no pueden electrificarse fácilmente, como los camiones pesados, los barcos y los aviones, podrían pasarse a los combustibles renovables, lo que supondría una reducción significativa de la huella medioambiental. Según bp, “un vuelo de ida y vuelta entre Londres y San Francisco tiene una huella de carbono por billete en clase turista de casi 1 tonelada de CO2 equivalente. Con la previsión de que el sector de la aviación se duplique hasta superar los 8000 millones de pasajeros en 2050, es esencial que actuemos para reducir sus emisiones de carbono”.
El desafío
Los combustibles renovables o biocombustibles están en sus primeras etapas. Esto significa que el objetivo principal es lograr la competitividad en costes con los combustibles fósiles. Las estimaciones de costes varían, pero las cifras de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) proporcionan una idea aproximada. En mayo de 2022, la IATA declaró que el precio medio mundial del combustible de aviación es de unos 4,15 dólares por galón, frente al precio medio estadounidense de un galón de combustible de aviación sostenible, que es de unos 8,67 dólares.
Es decir, aproximadamente el doble del precio de la tecnología contaminante actual. No es un mal punto de partida en absoluto. Teniendo en cuenta lo rápido que ha bajado el coste del almacenamiento de energía en baterías en la última década, los combustibles renovables podrían llegar a ser competitivos muy pronto si se invierte lo suficiente y se consiguen economías de escala. La IATA también prevé que los combustibles renovables podrían representar el 2 % de todos los combustibles de aviación en 2025, lo que podría convertirse en un punto de inflexión en su competitividad.
Las empresas están tomando medidas
Las empresas que persiguen su propio objetivo neto cero ya han empezado a explorar los combustibles renovables para minimizar sus residuos. Darling Ingredients Inc, que produce su marca Diamond Green Diesel a partir de grasas animales recicladas, aceite de maíz no comestible y aceite de cocina usado, fue elegida por la cadena de comida rápida Chick-fil-A en marzo de 2022 para convertir su aceite de cocina usado en combustible limpio para el transporte.
Del mismo modo, McDonald's se asoció con Neste Corporation en 2020 para convertir su aceite vegetal usado en gasóleo renovable para los camiones que hacen las entregas a sus restaurantes. Según TortoiseEcofin, tanto Darling Ingredients como Neste tienen una huella de carbono neta negativa, ya que las emisiones producidas por estas empresas son inferiores a las que evitan gracias a sus combustibles renovables —basado en las emisiones de alcance 1 y 2. El alcance 1 cubre las emisiones directas de fuentes propias o controladas, mientras el alcance 2 cubre las emisiones indirectas procedentes de la generación de electricidad adquirida, vapor, calefacción y refrigeración consumidos por la empresa declarante—.
Una puntualización final
Los combustibles renovables por sí solos no harán frente al cambio climático. Ninguna solución puede hacerlo por sí sola. Pero pueden contribuir a lograr avances significativos. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) subraya lo crucial que es que el mundo reduzca a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero esta década para tener al menos una oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5oC. Esto significa que las soluciones de efecto inmediato desempeñan un papel importante. Los biocombustibles pueden reducir las emisiones de los residuos en los vertederos y proporcionar alternativas mucho más limpias a los combustibles fósiles para ayudar a acelerar los esfuerzos mundiales de descarbonización. No necesitan motores diferentes, solo financiación para ampliar su alcance.