Tras el esfuerzo, los frutos
Hay otras circunstancias que corroboran que el autogas está protagonizando un momento dulce, gracias al cual aquellas empresas que mayores esfuerzos han realizado en su difusión están recogiendo los frutos de lo que, durante demasiado tiempo, fue una travesía en el desierto.
De hecho, distintas compañías del sector de la venta y posventa nacional de vehículos han decidido invertir en un segmento que hace poco era tan solo un nicho. Muestra de este interés son los recientes acuerdos alcanzados por varias redes de posventa multimarca que, tras alcanzar acuerdos con Repsol (la compañía que más esfuerzos ha realizado para expandir el consumo de autogas), han iniciado la transformación de vehículos para convertirlos en bifuel.
Es el caso de Confortauto, 150 de cuyos talleres están homologados para realizar estas transformaciones en vehículos de gasolina. La red, impulsada por el fabricante coreano de neumáticos Hankook, presentó este acuerdo en mayo de este año. También First Stop, enseña de talleres que cuenta con el apoyo de Bridgestone, alcanzó un acuerdo similar, de nuevo con Repsol, a finales del aún reciente mes de septiembre. Ambas operaciones confirman que el autogas es, cada vez más, una opción contemplada por los ciudadanos para asegurarse una movilidad ágil y sin limitaciones, ya que su etiqueta ECO les permite circular incluso en los escenarios de contaminación más restrictivos.
Probablemente, de entre todos los factores que están propiciando este desarrollo, el más determinante está siendo la extensión de los puntos de repostaje. Si repasamos los datos de GasLicuado, en la actualidad están operativas en todo el territorio nacional 670 estaciones de servicio en las que se puede repostar autogas. Destacan los 116 puntos de Cataluña, los 110 de Andalucía y los 77 de la Comunidad de Madrid. De esos 670 puntos de repostaje, 403 pertenecen a la red de Repsol, el 60,1% del total.
La valentía de Ascauto
También hay empresas que están realizando una función que quizá no trasciende tanto a nivel mediático, pero logra resultados muy relevantes. Es el caso de Ascauto, concesionario del Grupo FCA (Fiat Chrysler Automobiles) en la Comunidad de Madrid, que comercializa las marcas Abarth, Alfa Romeo, Fiat, Fiat Professional y Jeep.
El concesionario, que cuenta con cuatro ubicaciones (dos en Fuenlabrada, una en Alcorcón y otra en Móstoles, todas localidades al sur de la ciudad de Madrid), está realizando una fuerte inversión en I+D+i para llevar a cabo transformaciones en un amplio abanico de modelos de sus respectivas gamas de productos, tanto en vehículos alimentados por gasolina como por gasóleo, tareas que lleva realizando desde hace seis años.
José Ramón Ascao, director de Posventa y jefe del Proyecto de GLP de Ascauto, y Enrique Fernández, responsable comercial de Flotas de la concesión, nos reciben en sus instalaciones de Móstoles, en las que la empresa ha centralizado las operaciones de transformación. Ascao nos explica que alrededor de 2013 “empezamos a informarnos sobre este proceso de modificación, pero entonces hicimos pocas transformaciones. Se trataba de clientes de nuestra Área de Posventa y de compromisos casi personales. Realmente, cuando empezamos a invertir de forma seria fue hace algo más de un año, cuando enfocamos esta actividad como una unidad de negocio independiente dentro de la actividad de la concesión”.
“Decidimos enfocarnos hacia los taxis y los VTC, ya que en los últimos tres años vendimos muchos coches bifuel a ambos gremios. Y puesto que Fiat se ha retirado de esta actividad, es decir, los vehículos de la marca ya no vienen desde Italia transformados a GLP, decidimos dar un paso adelante y pusimos en marcha un Departamento de I+D+i y una cadena de montaje de transformación”, relata Ascao con un entusiasmo contagioso.
Reaccionar ante las adversidades
Ante el abandono por parte de la casa italiana de un segmento en el que siempre había cosechado grandes resultados, la familia Ascao consideró que había un legado que debía ser cuidado y que, sobre todo, podía aportar rendimientos a la actividad del concesionario. “Vimos que teníamos que apostar muy fuerte por este segmento, ya que muchos profesionales del volante conocen las ventajas que aporta el GLP, por lo que hay una demanda muy interesante a la que debíamos dar respuesta”.
El director de Posventa y jefe del Proyecto de GLP de Ascauto remarca que en 2017 “entregamos cerca de 700 taxis bifuel, un número tan relevante que no podíamos abandonar esta actividad. Las ventas en 2018 y en lo que llevamos de 2019 han ido a la baja, ya que las aseguradoras y la marca se escudan en que se trata de una transformación posterior a la venta para así no cubrir determinadas incidencias, lo que retrae a algunos posibles compradores. Que la marca se haya retirado añade incertidumbre a los posibles interesados”, admite.
Pero Ascao y el equipo de Ascauto no se han rendido ante esas dificultades y han trabajado en distintos niveles para seguir ofreciendo sus transformaciones con las mayores garantías. “Lo que hemos hecho es -a través de aseguradoras y corredores de seguros- establecer un convenio que permite cubrir aquellas incidencias que el fabricante no quiere atender, que en este caso es la instalación relacionada con el sistema de autogas”.
Ascauto, como el resto de concesionarios del Grupo FCA, contó durante años con el apoyo del grupo automovilístico italiano, una situación que en la actualidad disfrutan en el mercado español marcas como Dacia, Subaru y SsangYong. En el caso de las dos últimas, “están enviando a transformar los vehículos antes de ser matriculados, por lo que el importador hace frente a las garantías, lo que les está ayudando a la hora de vender unidades de este tipo”.
Pero, tal y como recoge el refranero, no hay mal que por bien no venga, y la ‘orfandad’ provocada por el Grupo Fiat en sus concesionarios ha obligado a Ascauto a formar a sus operarios, a investigar, a afinar la tecnología existente. “Nos hemos convertido en una referencia nacional en el mundo de la transformación de vehículos de gasolina a bifuel. Hemos hecho tantas transformaciones y hemos realizado tantas pruebas, que hemos adquirido un conocimiento y un saber hacer impensable hace unos años para un concesionario”. Ese proceso ha dado como resultado que en la actualidad en la cadena de transformación de Móstoles se puedan realizar 120 modificaciones mensuales.
Fiat Tipo, el superventas
De entre los vehículos que se transforman en las instalaciones de Ascauto, el Fiat Tipo, en su versión Station Wagon (SW), es el rey. “Es nuestro vehículo estrella, el superventas entre taxistas y VTCs. Por tanto, su transformación está muy estandarizada, trabajamos en una verdadera cadena de montaje”.
La estandarización a la hora de transformar el Tipo ha alcanzado un nivel muy alto, hasta el punto de que convertir en bifuel uno de estos turismos lleva tan solo seis horas. “No es lo mismo transformar un Fiat 500 X, por citar un ejemplo, que tiene un motor tricilíndrico de inyección directa. Y tampoco es lo mismo transformar un motor atmosférico que uno sobrealimentado. Tampoco los huecos en el vano motor son iguales… Hay factores que condicionan el tiempo que lleva una transformación”, matiza Ascao.
Ese saber hacer (know how, en inglés) se ha perfeccionado gracias a las pruebas a las que han sido sometidas, en condiciones reales de uso, diversas unidades matriculadas de diferentes motores. “Lo que hacemos es matricular varios modelos y someterlos a pruebas de todo tipo, modificando parámetros para conocer la respuesta de los motores. Hemos desarrollado un software que nos permite calibrar la alimentación con GLP de forma muy concienzuda. Hasta que no hemos comprobado a fondo el funcionamiento de las transformaciones, no las hemos dado por buenas”, asevera.
Esa labor de investigación se traslada a los desplazamientos de varios empleados de Ascauto, que “utilizamos unidades de modelos que estamos empezando a transformar. En mi caso, estoy conduciendo un Fiat 500 X con un motor tricilíndrico de gasolina e inyección directa. Además de conducirlo con normalidad, a estos coches los sometemos a condiciones de uso extremas, como fuertes aceleración desde bajas vueltas, incrementamos la presión de soplado del turbo… etcétera. El objetivo es ofrecer un vehículo en perfectas condiciones, que funcione de forma homogénea en todas las circunstancias, sin dar tirones, sin vacíos en su entrega de potencia y sin que se note, bajo ninguna circunstancia, si está funcionando con gasolina o con autogas”.
Trajes a medida
José Ramón Ascao destaca las ventajas que aporta al concesionario ser el responsable de cada modificación. “Que nosotros seamos los encargados de realizar toda la transformación nos permite hacer trajes a medida según el motor que monte cada vehículo. Hay modelos cuya transformación, como he señalado antes, está muy estandarizada, como el Tipo que usan taxistas y VTCs, pero otros requieren de un trabajo más personalizado”.
Además, la transformación “es distinta en un Tipo para uso particular a la que realizamos en uno de uso profesional, porque la utilización que recibe en el segundo caso es diferente. Por ejemplo, un taxista en verano utiliza el aire acondicionado cuando el coche está en una parada, por lo que el motor está al ralentí durante bastante tiempo. Ese tipo de detalles los tenemos en cuenta cuando transformamos un motor. Y todo eso redunda en la calidad y estabilidad del rendimiento”.
El tiempo y dinero invertidos en esta área de negocio ha merecido la pena, afirma Ascao, “ya que nos está permitiendo incrementar la rentabilidad de la concesión. Es una actividad a la que hemos destinado muchos recursos, pero está generando un retorno mayor a la inversión realizada, así que estamos muy contentos”.
De cara al futuro, Ascao considera que la movilidad continuará siendo una necesidad de la población, sean profesionales o particulares. Y el uso del GLP “crecerá para reducir las emisiones de los motores de combustión interna, bien sean diésel o de gasolina. Es cierto que la movilidad eléctrica crecerá, pero creo que viviremos años de convivencia de motores tradicionales y eléctricos”, y en ese escenario el autogas aportará sus ventajas económicas, medioambientales y, tal y como demuestra el ejemplo de Ascauto, también sociales, generando empleo tanto directo como indirecto e incrementado el tejido industrial.