Las importaciones desleales coparon el 89% del mercado en el último trimestre de 2011
Appa pide al nuevo Gobierno que apruebe sin más demora la Orden del biodiésel
Revista Estaciones de servicio21/03/2012
EESS Digital.- La industria española de biodiésel ha entrado en una fase definitivamente terminal, que acabará con su práctica desaparición salvo que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo publique rápidamente en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la Orden de asignación de biodiésel, que quedó completamente tramitada durante la pasada legislatura. Así de contundente se ha mostrado la sección de carburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (Appa), que ha publicado un informe en el que analiza la precaria situación del sector al que representa.
Según Appa Biocarburantes, la magnitud de la tragedia es evidente a la luz de los últimos datos conocidos: las importaciones de biodiésel, procedentes casi totalmente de Argentina e Indonesia, alcanzaron en el último trimestre de 2011 una cuota del 89% del mercado español. La asociación sectorial explica que pese al aumento de la demanda de biodiésel, la producción de la industria nacional bajó en 2011 por primera vez en la historia. De hecho, cayó casi a la mitad, lo que hizo que el ratio medio de utilización de las plantas se situara en un 14%.
Desgraciadamente, el sector del biodiésel está en las últimas, asegura Alfonso Ausín, presidente de APPA Biocarburantes, para quien sólo una actuación rápida y decidida del nuevo Gobierno puede ya salvar este tejido productivo y sus puestos de trabajo. Desde la asociación afirman que la crisis ya histórica que arrastra la industria española del biodiésel está causada por la competencia desleal de Argentina e Indonesia, países que aplican un sistema de tasas diferenciales a la exportación (TDE) mediante las que gravan en menor medida el biodiésel que las materias primas utilizadas para su fabricación.
Esta circunstancia otorga a ambos países una ventaja competitiva artificial, que Appa calcula en más de 100 euros por cada tonelada de biodiésel, que ha llevado a la parálisis a la gran mayoría de las cincuenta plantas existentes en España, entre las que se extienden los concursos de acreedores y los expedientes de regulación de empleo, sin que ni siquiera las fábricas más grandes estén en condiciones de aguantar esta situación por mucho más tiempo.
Desde Appa recuerdan que tras varios años reclamando al Gobierno la adopción de medidas internas similares a las aplicadas en Francia, Bélgica, Portugal o Grecia, que impidieran esta competencia desleal, el ministerio presentó a finales de 2010 un proyecto de Orden de asignación de cantidades de producción de biodiésel.
Sin embargo, a pesar de superar satisfactoriamente todas las fases de su tramitación administrativa, incluyendo informes favorables de la CNE y del Consejo de Estado y a pesar de que la Orden fue incluso firmada por el entonces ministro, Miguel Sebastián, a principios del pasado mes de junio, el Ejecutivo no ha publicado el texto en el BOE debido a las fuertes presiones en contra que viene ejerciendo el Gobierno argentino, que amenaza con represalias económicas.
Según Appa Biocarburantes, el retraso que acumula la aprobación de esta Orden pone en serio peligro de desaparición definitiva a todo un sector productivo, que ha invertido 1.400 millones de euros y aún mantiene cerca de un millar de puestos de trabajo directos de media y alta cualificación.
Según Appa Biocarburantes, la magnitud de la tragedia es evidente a la luz de los últimos datos conocidos: las importaciones de biodiésel, procedentes casi totalmente de Argentina e Indonesia, alcanzaron en el último trimestre de 2011 una cuota del 89% del mercado español. La asociación sectorial explica que pese al aumento de la demanda de biodiésel, la producción de la industria nacional bajó en 2011 por primera vez en la historia. De hecho, cayó casi a la mitad, lo que hizo que el ratio medio de utilización de las plantas se situara en un 14%.
Desgraciadamente, el sector del biodiésel está en las últimas, asegura Alfonso Ausín, presidente de APPA Biocarburantes, para quien sólo una actuación rápida y decidida del nuevo Gobierno puede ya salvar este tejido productivo y sus puestos de trabajo. Desde la asociación afirman que la crisis ya histórica que arrastra la industria española del biodiésel está causada por la competencia desleal de Argentina e Indonesia, países que aplican un sistema de tasas diferenciales a la exportación (TDE) mediante las que gravan en menor medida el biodiésel que las materias primas utilizadas para su fabricación.
Esta circunstancia otorga a ambos países una ventaja competitiva artificial, que Appa calcula en más de 100 euros por cada tonelada de biodiésel, que ha llevado a la parálisis a la gran mayoría de las cincuenta plantas existentes en España, entre las que se extienden los concursos de acreedores y los expedientes de regulación de empleo, sin que ni siquiera las fábricas más grandes estén en condiciones de aguantar esta situación por mucho más tiempo.
Desde Appa recuerdan que tras varios años reclamando al Gobierno la adopción de medidas internas similares a las aplicadas en Francia, Bélgica, Portugal o Grecia, que impidieran esta competencia desleal, el ministerio presentó a finales de 2010 un proyecto de Orden de asignación de cantidades de producción de biodiésel.
Sin embargo, a pesar de superar satisfactoriamente todas las fases de su tramitación administrativa, incluyendo informes favorables de la CNE y del Consejo de Estado y a pesar de que la Orden fue incluso firmada por el entonces ministro, Miguel Sebastián, a principios del pasado mes de junio, el Ejecutivo no ha publicado el texto en el BOE debido a las fuertes presiones en contra que viene ejerciendo el Gobierno argentino, que amenaza con represalias económicas.
Según Appa Biocarburantes, el retraso que acumula la aprobación de esta Orden pone en serio peligro de desaparición definitiva a todo un sector productivo, que ha invertido 1.400 millones de euros y aún mantiene cerca de un millar de puestos de trabajo directos de media y alta cualificación.