El consumo de energía primaria en la UE en 2022 descendió un 4,1%
En 2022, tanto el consumo de energía primaria como el de energía final descendieron en la Unión Europea, según los datos publicados por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat). El descenso del consumo de energía primaria fue del 4,1% mientras que el de energía final fue del 2,8% respecto a 2021.

En 2022, el consumo de energía primaria en la UE alcanzó 1.257 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep), un descenso del 4,1% en comparación con 2021. Los datos muestran que en 2022 la UE se acercó al objetivo de 992,5 Mtep para 2030 y la brecha se redujo a 26,7%, tras registrar una diferencia más amplia en 2021 (31,2% de distancia del objetivo).
Por su parte, el consumo de energía final alcanzó los 940 Mtep en 2022, un descenso del 2,8% respecto a 2021. En 2022, el consumo de energía final se alejó un 23,3% del objetivo de 2030 (763 Mtep), mientras que en 2021 se alejó un 26,8% del mismo.
Tras el descenso registrado en 2020 debido al impacto de la pandemia en todos los sectores, el consumo de energía primaria de la UE volvió a aumentar en 2021. El año 2022 muestra mejores resultados que en 2019, antes de la pandemia, cuando el consumo de energía primaria era de 1.354 Mtep y 36,5 % de distancia del objetivo.
Los 1.257 Mtep registrados para el consumo de energía primaria en 2022 fueron el segundo nivel más bajo desde 1990 (el primer año para el que hay datos disponibles), y el más bajo fue en 2020 (1.236 Mtep). El consumo de energía primaria alcanzó su punto máximo en 2006 con 1.511 Mtep, lo que indica que la UE se encontraba a un 52,3% de su objetivo.

En cuanto al consumo de energía final, el nivel registrado en 2022 es el mismo que en 1995, cuando el consumo de energía final también fue de 940 Mtep. El año 2020 registró el nivel más bajo (906 Mtep) y lo más cerca que jamás estuvo la UE del objetivo de 763 Mtep para 2030: un 18,8% de distancia.
Los objetivos presentados en este artículo corresponden a la revisión de 2023 de la Directiva sobre eficiencia energética. Esta revisión establece objetivos más ambiciosos para 2030: no más de 763 Mtep para el consumo de energía final y no más de 992,5 Mtep para el consumo de energía primaria (frente a 846 y 1 128, respectivamente, establecidos en la Directiva de 2018 sobre eficiencia energética). Asimismo, elevó la ambición de la UE en materia de eficiencia energética y estableció “la eficiencia energética primero” como principio fundamental de la política energética de la UE, otorgándole personalidad jurídica por primera vez. En términos prácticos, esto significa que los países de la UE deben considerar la eficiencia energética en todas las políticas pertinentes y en todas las decisiones importantes de inversión adoptadas en los sectores energético y no energético.