La red de gas española está preparada para operar con hasta un 20% de hidrógeno renovable con algunas modificaciones
La infraestructura gasista existente está preparada para operar con hasta un 20% de hidrógeno con algunas modificaciones. Esta es la principal conclusión del proyecto CavendisH2, un estudio promovido por la Asociación Española del Gas, Sedigas, con la colaboración de Bip Consulting para analizar la viabilidad del uso de la red de gas actual para suministrar distintos tipos de gases renovables.
Esta capacidad es fruto de la alta compatibilidad de operación con hidrógeno de la red disponible gracias a su modernidad, así como de los altos estándares de calidad aplicados en su construcción, operación y mantenimiento. Ya en el largo plazo, y en un escenario de mayor porcentaje de ‘blending’ –proceso de mezcla de diferentes gases-, el estudio indica que sería necesario acometer mayores actuaciones para asegurar la compatibilidad total de materiales y reforzar la capacidad de ciertos elementos operativos.
Considerando un escenario en el que se adaptaran los activos de todos los municipios gasificados en nuestro país y se vehiculara la misma demanda energética de hoy en día, la inversión requerida para adaptar la infraestructura para escenarios crecientes de uso de hidrógeno renovable, desde el 5% al 20% en volumen, alcanzaría un importe de entre 92 millones de euros y 703 millones de euros, respectivamente. Asumiendo el mayor de ellos, este representaría un 2% de los costes regulados anuales del sistema gasista en un periodo de amortización estimado de 20 años de vida útil.
CavendisH2 también expone una serie de medidas adicionales en los ámbitos regulatorio, administrativo y de fomento de la tecnología y las infraestructuras que colocarían a España en una posición más favorable para el desarrollo de los gases renovables. En esta línea, recomienda el desarrollo de un marco normativo ambicioso y objetivos vinculantes alineados con el potencial de producción de gases renovables en España, así como la simplificación y agilización de los procesos administrativos para la puesta en marcha de proyectos de hidrógeno, sin pasar por alto la adopción de medidas que favorezcan el desarrollo de la tecnología y faciliten la inversión en las infraestructuras necesarias.