La transición energética necesita una inversión de 53.000 millones en redes, según CIDE
"La transición energética no será posible sin la imprescindible actualización de la tasa retributiva que proporcione los incentivos adecuados a la inversión necesaria de 53.000 millones de euros en los próximos 10 años”. Así lo ha afirmado Gerardo Cuerva, presidente de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica (CIDE) durante la inauguración de su XVIII Congreso. La asociación, que engloba a 190 compañías del sector, aborda en este encuentro la profunda transformación de la distribución y las herramientas necesarias para cumplir con la transición energética.

El encuentro, celebrado el 19 y el 20 de octubre en el Palacio de Congreso y Exposiciones de Santander, ha reunido a más de 450 profesionales de empresas distribuidoras del país y ha contado en su apertura con las intervenciones del consejero de Industria, Empleo, Innovación y Comercio del Gobierno de Cantabria, Eduardo Arasti Barca; la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santander, Margarita Rojo; el presidente de CEOE-CEPYME Cantabria, Enrique Conde; la directora de Energía de la CNMC, Rocío Prieto, y el presidente de CIDE, Gerardo Cuerva.
Todas las intervenciones han coincidido en la oportunidad que representa la transición energética, así como en el carácter decisivo de los próximos diez años bajo la hoja de ruta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), actualmente en proceso de revisión. Asimismo, se ha destacado la complejidad del contexto internacional y sus consecuencias sobre la volatilidad de los precios o el aumento de los costes.
Durante el encuentro se ha incidido en que el incremento de la electrificación previsto exigirá un volumen de inversiones muy relevante en redes en los próximos diez años. En total, se prevé una inversión de 53.000 millones y se espera que un 85% sea cubierta por la inversión privada. Todo ello, con el objetivo de integrar 11 GW de energía renovable anuales. Para poder acometer este esfuerzo, el presidente de CIDE ha subrayado la necesidad de contar con certidumbre regulatoria en el modelo de retribución, incentivos adecuados para atraer la inversión, eliminar barreras a la inversión —actualizando los actuales límites establecidos— y flexibilidad para navegar el actual entorno volátil.
Por otro lado, entre las prioridades de actuación de los pequeños distribuidores se ha destacado la regulación de acceso y conexión, clave para la penetración de las renovables, el vehículo eléctrico o el almacenamiento; el impulso del autoconsumo y el papel de las redes como facilitadoras de comunidades energéticas.
Durante el congreso se ha remarcado el papel histórico de agente vertebrador del entorno rural que caracteriza a las empresas de CIDE. En este sentido, se ha reivindicado el papel que pueden desempeñar las compañías distribuidoras para solucionar las principales brechas de la España rural, como la falta de puntos de recarga para vehículo eléctrico.
Por último, se ha constatado la evolución experimentada por las redes para adaptarse a los profundos cambios marcados por la digitalización, la interoperabilidad, la flexibilidad y los nuevos modelos de negocio como las comunidades energéticas, el almacenamiento o el vehículo eléctrico.