Bendita locura

Probablemente, las reflexiones de Don Quijote sigan siendo la más inagotable fuente de sabiduría de nuestras letras que podamos aplicar a cualquier ámbito. Se suele asociar la expresión “ser un Quijote” con acometer empresas destinadas al fracaso, pero cualquiera que lea el libro se puede dar cuenta de que tal vez su virtud más grande no sea esa, sino sencillamente la de ser un loco coherente, precisamente con su locura. Y es esa coherencia la que nos debe llevar a las empresas de O&M a aprovechar esta enésima ola del sector renovable para reivindicarnos de una vez por todas.

Ya nadie duda de que la energía va a ser uno de los principales motores del cambio de nuestra sociedad, y las renovables las grandes impulsoras de ese cambio de modelo energético. Dentro del continuo bombardeo de publicaciones con proyecciones a futuro del sector, me resultó especialmente llamativo el último informe de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), publicado el pasado diciembre, donde se pronosticaba que en este lustro que acaba de comenzar (2023-27) se iba a instalar en todo el mundo la misma capacidad renovable que en los últimos 20 años.

Se entenderá que, para los que ya peinamos alguna que otra cana y acarreamos la experiencia de 25 años en el sector renovable, esa previsión nos pueda impactar. En todos estos años hemos acumulado multitud de crisis, de reposicionamientos empresariales, de nacimiento y caída de multinacionales, de auge y ostracismo de diversas fuentes renovables, de apuestas por tecnologías que rápidamente quedaron superadas, de indefiniciones políticas que han llevado a países y mercados de ser boyantes a repudiados por los inversores… En definitiva, podría ser fruto de todo aquello a los que algunos han calificado como entornos VUCA, pero ¿qué entorno no lo es hoy en día? Aun así, hay algo que ha venido siendo una realidad: el escaso valor que se le ha dado a la O&M en general durante este periodo.

A lo largo de estos años, he oído muchas veces entre los compañeros del sector de la O&M renovable que “aunque no se hable de nosotros, somos los que más tarde llegamos, pero los que más tiempo nos quedamos”. Y es cierto, pero también se ha tenido ese complejo de ser un eslabón, no sólo el último, sino uno de los más débiles en la cadena de valor. Los titulares de la prensa económica siempre han estado centrados en las grandes tecnologías, en las políticas energéticas, en los desarrolladores, en las multinacionales fabricantes de equipos, en los epecistas, en los financiadores, en los inversores … cuando todos sabemos que no sólo el CAPEX es importante en un proyecto energético del que se espera una larga vida.

Pero, más que lamentarnos de ese escaso eco, pienso que estamos ante una oportunidad única de reivindicar nuestra importancia en esa cadena y de que esta vendrá de afrontar todos los retos que nos va a plantear ese boom de nuevas instalaciones cada vez más grandes y complejas, no sólo tecnológicamente.

¿Seremos capaces de atraer y formar a los trabajadores que se van a necesitar? Habrá que ser imaginativo, no sólo para elevar los estándares de formación y conocimiento, sino ser lo suficientemente atractivos como sector para que las motivaciones de desarrollarse como técnico de mantenimiento sean altas. Todo ello, sin olvidar los altos niveles en materia de Prevención de Riesgos Laborales que se han alcanzado y que hay que seguir mejorando.

¿Seremos capaces de acompañar a nuestros clientes en este boom? Sin duda, el éxito no sólo lo determinará la especialización, que seguirá siendo una opción de nicho para muchas pequeñas empresas, sino que será más crítico apostar por la globalización, tanto en mercados geográficos, como en tecnologías. En el mercado, para muchos e importantes clientes, poder hablar con un partner de O&M tanto de sus activos eólicos, como de los fotovoltaicos o de otras tecnologías, y en diversos países, es un plus. Es por ello, que se vaticinan concentraciones en el sector de la O&M para poder llegar a más clientes globales y con más variedad de servicios y soluciones a sus necesidades de explotación.

¿Seremos capaces de aportar más valor a los servicios de O&M? Con el incremento de tamaño y de complejidad de la tecnología en las plantas, los servicios digitales que sean capaces de aprovechar las economías de escala para incrementar el Performance Ratio, marcarán la diferenciación en el sector aportando un valor añadido e incrementando la importancia del OPEX frente al CAPEX.

¿Seremos capaces de dejar de sentirnos el último eslabón de la cadena? Ganarán protagonismo las empresas de O&M que entiendan la criticidad de estar presentes en más eslabones de dicha cadena de valor. Disponer no sólo de mano de obra cualificada e implicada, sino de conocimiento multidisciplinar, de acompañamiento en la cadena de suministro de componentes multitecnología, de soluciones de mejora, retrofits y revampings para mejorar la explotación y de una mayor asunción de riesgos, será el punto de inflexión de un mayor reconocimiento para las empresas que apuesten por dar ese paso adelante.

Todos estos temas centrarán muchas de las conversaciones que se tendrán en la feria Expofimer que se celebrará en Zaragoza durante los próximos días 8 y 9 de marzo, donde todo el sector podrá debatir cómo, de una vez por todas, podemos aprovechar esta nueva ola. Pues, como dijera Don Quijote en uno de sus geniales diálogos: “Ahí está el punto -respondió don Quijote-, y ésa es la fineza de mi negocio; que volverse loco un caballero andante con causa, ni grado ni gracias: el toque está en desatinar sin ocasión y dar a entender a mi dama que si en seco hago esto, ¿qué hiciera en mojado?”. Yo me pregunto, si en 20 años hemos sido capaces de llegar hasta aquí (en seco), qué vamos a hacer en los próximos cinco (en mojado), doblando el volumen de instalaciones que requerirán nuevos servicios de O&M. Nos vemos en Zaragoza para comentarlo.

“Se vaticinan concentraciones en el sector de la O&M para poder llegar a más clientes globales y con más variedad de servicios y soluciones a sus necesidades de explotación”