Cogeneración. La eficiencia es fundamental
Incluso 132 años después de la puesta en servicio de la primera central de cogeneración, Pearl St Station, 130 kW, en la isla de Manhattan, sigue siendo necesario explicar la cogeneración. Los 6.000 MW construidos en España desde hace 30 años tampoco parecen haber servido para demostrar lo que, a ojos de casi todo el mundo, resulta una evidencia: la cogeneración es una energía limpia, distribuida, que reduce pérdidas en el sistema, que fomenta la competitividad, que atiende demandas reales, que evita inversiones en generación, transporte y distribución, que incrementa la seguridad de suministro y que reduce la dependencia energética.
Sorprenden y disgustan los pasos de cangrejo que seguimos dando en España, los palos en las ruedas que descaradamente se van colocando para frenar la cogeneración, el desinterés por conocer y entender esta tecnología, demostrado a través del cínico RD 900/2015, que osa enunciar que: “La generación distribuida presenta beneficios para el sistema, fundamentalmente en lo relativo a reducción de pérdidas de la red en los supuestos en los que las instalaciones de generación se encuentren cerca de los puntos de consumo y reduzcan los flujos de energía por la red, suponiendo además una minimización del impacto de las instalaciones eléctricas en su entorno” para, después, desarrollar una serie de trabas que, en la práctica, contribuyen al mantenimiento del oligopolio eléctrico e imposibilitan el desarrollo de esta generación distribuida, penalizándola económica y administrativamente.
El agravio es más acusado si acudimos al desarrollo legislativo mexicano: desde hace ya más de un año, México está preparando una ambiciosa Reforma Energética orientada a una plena liberalización del mercado y al fomento de la sostenibilidad económica y medioambiental de esta actividad. Y dentro de este conjunto, la cogeneración aparece como un elemento fundamental para contribuir al cumplimiento de estos objetivos, siempre bajo preceptos tecnológicamente coherentes, que deben ofrecer capacidad de incentivar y modular el crecimiento en las instalaciones y de verificar el cumplimiento de los objetivos establecidos a nivel nacional. En este sentido, la Comisión Reguladora de Energía se percibe como pilar básico en el impulso de este desarrollo normativo simple y coherente, del que tan huérfanos nos sentimos en España, y al que, ojalá, algún día podamos acercarnos. Leer más…
Raimon Argemí
Director de Consultoría y Promoción de AESA y Administrador de ASESORÍA ENERGÉTICA CHP MEXICO, SA de CV y de AESA COLOMBIA, SAS.
Artículo publicado en: FuturENERGY Octubre 2016