El auge de las baterías permitirá que el mundo obtenga la mitad de la electricidad de eólica y solar para 2050
La eólica y la solar aumentarán a casi «50 por 50», el 50% de la generación mundial para 2050, gracias a las reducciones abruptas de costes y la llegada de baterías cada vez más baratas, que permitirán almacenar y descargar electricidad para cumplir con los cambios en la demanda y la oferta.
Bloomberg NEF (BNEF) ha publicado su análisis anual a largo plazo del futuro del sistema eléctrico mundial: New Energy Outlook (NEO) 2018, es el primer informe en resaltar el enorme impacto que tendrá la caída de costes de las baterías en el mix energético durante las próximas décadas. BNEF predice que los precios de las baterías de iones de litio, que ya han descendido en casi un 80% por megavatio-hora desde 2010, continuarán cayendo a medida que se desarrolle la fabricación de vehículos eléctricos a lo largo de la década de 2020.
BNEF pronostica que se invertirán 548.000 M$ en capacidad de baterías para 2050, dos tercios de ello a nivel de la red y un tercio instalado «detrás del contador» de hogares y empresas. La llegada del almacenamiento en baterías barato significa que cada vez será más posible mejorar la entrega de electricidad de las energías eólica y solar, de modo que estas tecnologías puedan ayudar a satisfacer la demanda incluso cuando el viento no sopla y el sol no brilla. El resultado será que las energías renovables se comerán cada vez más el mercado existente de carbón, gas y energía nuclear.
NEO 2018 prevé una inversión global de 11.500 b$ en nueva capacidad de generación de energía entre 2018 y 2050, de los cuales 8.400 b$ se destinarán a energía eólica y solar y otros 1.500 b$ a otras tecnologías neutras en carbono como la hidráulica y la nuclear.
Esta inversión hará crecer la potencia fotovoltaica 17 veces en todo el mundo, y en seis veces la potencia eólica. Se pronostica que el coste nivelado de la electricidad, o LCOE, de las nuevas plantas fotovoltaicas caerá un 71% más para el 2050, mientras que el coste de la eólica terrestre caerá un 58% adicional. Estas dos tecnologías ya han visto reducciones del LCOE del 77% y 41% respectivamente entre 2009 y 2018.
Según BNEF, el carbón emerge como el mayor perdedor a largo plazo, al ser batido por los costes de eólica y fotovoltaica para la generación de electricidad a gran escala, y por las baterías y el gas por la flexibilidad, el futuro sistema eléctrico se reorganizará en torno a las energías renovables baratas.
El papel del gas en el mix de generación evolucionará, cada vez más las centrales eléctricas a gas se construirán y utilizarán para proporcionar respaldo a las energías renovables, en lugar de producir la llamada electricidad de carga base o las 24 horas del día. BNEF estima que se invertirán 1.300 b$ en nueva capacidad hasta el 2050, casi la mitad en plantas de gas para recorte de picos, en lugar de turbinas en ciclo combinado. Se estima que la generación a gas crecerá un 15% entre 2017 y 2050, aunque su participación en la electricidad mundial disminuirá del 21% al 15%.
Se prevé que las tendencias de quema de combustible en todo el mundo serán nefastas a largo plazo para la industria del carbón, pero moderadamente alentadoras para el sector de extracción de gas. NEO 2018 ve que el carbón quemado en centrales eléctricas cae un 56% entre 2017 y 2050, mientras que el del gas sube un 14%.
La perspectiva bajista para el carbón significa que NEO 2018 ofrece una proyección más optimista para las emisiones de carbono que el informe equivalente de hace un año. BNEF ahora considera que las emisiones del sector de la electricidad aumentarán un 2% desde 2017 a un máximo en 2027, y luego caerán un 38% hasta 2050.
Sin embargo, esto aún significaría que la electricidad no cumpliría su parte del esfuerzo para mantener los niveles globales de CO₂ por debajo de 450 ppm, el nivel considerado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático como consistente para limitar el aumento de las temperaturas a menos de 2 ºC.
Incluso si todas las plantas de carbón del mundo se desmantelaran para el año 2035, el sector de la energía seguiría estando por encima de una trayectoria segura para el clima, quemando demasiado gas. Llegar a 2 ºC requiere una solución neutra en carbono para los extremos estacionales..
New Energy Outlook de BNEF se basa en la evolución de la economía de las diferentes tecnologías energéticas y en las proyecciones para los fundamentos de la demanda de electricidad, como la población y el PIB. Asume que las configuraciones de políticas energéticas existentes en todo el mundo permanecen vigentes hasta su expiración programada, y que no hay medidas gubernamentales adicionales.
Entre los otros aspectos destacados de NEO 2018 se encuentran las altas tasas de penetración de las energías renovables en muchos mercados (87% del suministro total de electricidad en Europa para 2050, 55% para EE.UU., 62% para China y 75% para India). También destaca un cambio hacia una mayor «descentralización» en algunos países como Australia, donde a mediados de siglo la fotovoltaica y las baterías representan el 43% de toda la capacidad.
NEO 2018 también analiza el impacto de la electrificación del transporte en el consumo de electricidad. Se estima que los vehículos y autobuses eléctricos utilizarán 3.461 TWh de electricidad a nivel mundial en 2050, lo que equivale al 9% de la demanda total. Se pronostica que alrededor de la mitad de las recargas necesarias se realizarán sobre una base «dinámica», aprovechando los períodos en que los precios de la electricidad son bajos debido a la alta producción de energías renovables.