Presentación del informe «Transición hacia una movilidad sostenible»
La preocupación por los impactos medioambientales, tanto a nivel global y local, afecta de manera directa entre otros sectores al transporte y en forma muy especial a los vehículos automóviles, por la elevada cuota modal que absorbe el transporte por carretera en la movilidad interior, de personas y mercancías, en los ámbitos urbano e interurbano.
Por ello, El Colegio y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM y AIIM); la Asociación Española de Profesionales de Automoción (ASEPA) y el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han elaborado el informe “Transición hacia una movilidad sostenible” que ha sido presentado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UPM.
También se destaca el elevado envejecimiento del parque automovilístico español en los últimos años. El parque de turismos rozaba en 2007 los 8 años de antigüedad, cifra que aumenta hasta los 12,4 años en 2017. Un parque envejecido afecta al nivel de emisiones de CO2, la calidad del aire de las ciudades y la seguridad vial. Los vehículos que se fabrican actualmente reducen las emisiones contaminantes, en un 90%, y de CO2, en un 25%, respecto a las de un vehículo de hace 10 años pero los efectos no se perciben a gran escala con un parque envejecido.
El informe subraya que si se sustituyeran 1M de vehículos de combustión por vehículos eléctricos, podrían reducirse las emisiones de CO2 en un 6,4%, aumentando el consumo de energía en 1,1%, asumible para la red actual. Se recomienda invertir en más instalaciones e infraestructuras de generación de energía limpias, así como en infraestructuras de distribución y puntos de recarga.
Los autores del informe apuntan a la necesidad de desarrollar la tecnología de la pila de hidrógeno, al considerarse el combustible más abundante del mundo y ser posible su fabricación. Este tipo de vehículos, una de las opciones más ventajosas a futuro, todavía necesitan continuar su desarrollo para conseguir ser competitivos.
El informe concluye con una serie de recomendaciones entre las que destaca la necesidad de un Pacto de Estado que dote de estabilidad las decisiones políticas y proporcione estabilidad a los inversores multinacionales. Además, insiste en asegurar la uniformidad regulatoria en los diferentes niveles de la administración, apunta que las políticas han de basarse en el principio de neutralidad tecnológica y considera imprescindible incluir planes de fomento de I+D+i con objetivos ambiciosos que permita a la industria asumir las nuevas oportunidades que ofrece la transición hacia una movilidad electrificada.