Proyecto Smart-Met-Value, obtención de biocombustible para el consumo de vehículos a través de la valorización de la producción de biogás
El adjetivo “renovable” ha llegado a una energía como el gas natural, que representa el 20% de la energía primaria que se consume en España.
La producción de gas renovable contribuye a reducir la dependencia energética del exterior y a minimizar el impacto medioambiental de nuestra sociedad. Estos dos objetivos guían la actuación de los países miembros de la Unión Europea y están detrás de la idea con la que nació el proyecto de investigación Smart-Met-Value, desarrollado por Valoriza Agua en la estación de aguas residuales (EDAR) de Guadalajara (España).
Este proyecto transforma el gas resultante del tratamiento de basuras y de lodos en biocombustible renovable que puede ser utilizado como combustible de vehículos. Esta iniciativa reduce la emisión de gases efecto invernadero y abarata el coste del carburante.
Smart-Met-Value recoge el biogás que se genera en los procesos de digestión anaeróbica de la planta alcarreña y lo limpia para obtener biometano de calidad.
“En el mercado disponíamos de seis tecnologías viables para realizar el lavado de este biogás de origen en el digestor, y producir la separación del deseado metano de otros gases, que son principalmente óxidos de nitrógeno, ácido sulfhídrico y ciclohexanos”, explica Juan Pous de la Flor, Director de Certificaciones I+D+I de Sacyr.
Estas tecnologías, apunta Pous de la Flor, consumen una gran cantidad de energía y de reactivos, por lo que el coste del gas obtenido es muy superior al del gas natural. “Por tanto, el producto obtenido no es rentable desde el punto de vista económico”, matiza.
El proyecto liderado por Valoriza Agua desarrolla una tecnología alternativa y novedosa mediante la que, a través de un proceso físico-químico inicial, se produce un “refino en gran porcentaje de gas metano y se elimina el ácido sulfhídrico y las partículas sólidas en suspensión”.
“El posterior proceso de afino elimina los cíclicos aromáticos y la humedad, dejando un gas natural renovable de excelente uso para motores de combustión. Las sucesivas etapas del proyecto han sido para desarrollar la infraestructura y logística de la captura del gas de los digestores, su innovador tratamiento y su disponibilidad en forma de ‘gasinera’ en nuestras plantas”, aclara Pous de la Flor.
Los beneficios medioambientes que esta tecnología aporta son muchos, ya que el uso de este gas natural renovable en los vehículos sustituye a los combustibles derivados del petróleo, mucho más contaminantes. Con el gas que genera la EDAR de Guadalajara se suministra a los vehículos de la planta. La reducción de emisiones de CO2 y de otros gases que inciden sobre la salud humana son sustanciales: se lanza a la atmósfera el 40% menos de dióxido de carbono y se recorta más del 60% de óxidos nitrosos.
“El proyecto se ha convertido en claro exponente de la economía circular, idea preponderante en la Unión Europea, que consiste en que los residuos producidos y las emisiones de nuestras industrias sean usados dentro del ciclo productivo en sustitución de combustibles de origen fósiles tradicionales”, sostiene el director de Certificaciones I+D+i.
Actualmente, y tras la inspección final del CDTI, la instalación de Guadalajara puede refinar y afinar tres metros cúbicos normales a la hora de biogás procedente de los digestores, con lo que se consigue alimentar una flota de dos vehículos de inspección de la compañía para su uso, y que realizan unos 100 km diarios.
Además, y derivado de los resultados de la investigación, los responsables han propuesto en el mismo proyecto el diseño de una nueva planta diez veces mayor que implicaría el tratamiento de 30 metros cúbicos normales hora y, por tanto, la obtención de combustible renovable para una flota de camiones de basura de entre siete y nueve unidades.
El proyecto ha contado con la colaboración de la Fundación Gómez Pardo, perteneciente a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid, y la Universidad Alfonso X El Sabio. Ha contado con un presupuesto de 834.867 euros, obteniendo financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Operativo Plurirregional de Crecimiento Inteligente 2014-2020.