España necesita innovaciones tecnológicas para cumplir con los objetivos de su política energética
El segundo borrador del Plan de Energía y Clima, presentado por el Gobierno español para cumplir con los objetivos del EU Green Deal, reconoce que para 2030 España seguirá siendo muy dependiente en temas energéticos. Para poder ser autosuficiente energéticamente y cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo, así como para minimizar al máximo cualquier problema que pueda derivar durante la transición energética, la digitalización del sector energético es fundamental por los beneficios que puede ofrecer al nuevo Gobierno.
Según los objetivos del Gobierno presentados en el nuevo borrador, España seguirá siendo un país con gran dependencia de la energía que provenga de fuera de nuestras fronteras. El objetivo fijado para 2030 es importar el 61% de la energía, un 2% más que en el primer borrador, un porcentaje realmente alto si se pretende cumplir con el 100% de energía limpia para 2050. A finales de 2019, la importación de energía procedente de otros países estaba cerca del 75%, y correspondía con unos 45.000 M€, por lo que el objetivo fijado sigue siendo insuficiente por la gran inversión que supone al Estado. En cuanto a las emisiones de CO2 por parte de España para 2030, el segundo borrador ha mejorado las expectativas, pasando de una reducción del 40% a una expectativa que pretende mantenerlo entre el 50 y 55%. Estas expectativas de descarbonización son de difícil cumplimiento si el Gobierno no realiza cambios importantes lo antes posible, por lo que se necesita revisar todas las normas y leyes que se han aprobado durante los últimos años para poder trabajar conjuntamente entre sector privado y público por el cumplimiento de los objetivos, ya que, si no se realiza mediante la colaboración, es imposible llegar a las cifras previstas.
El Gobierno precisa lo antes posible de innovaciones tecnológicas que le permitan analizar de manera inteligente y en tiempo real todos los aspectos clave del sector energético, así como realizar predicciones que permitan mitigar los problemas que surjan durante la transición energética. Para ello, necesita definir claramente las fuentes de energía y, la digitalización del sector, es un gran aliado para ello ya que ha permitido que, mediante el análisis inteligente de datos, se pueda realizar una planificación precisa de las nuevas capacidades energéticas incluyendo la generación renovable, el almacenamiento, la expansión de la red y el cambio de carga a través de una producción y consumo flexibles. El desarrollo de la inteligencia artificial permite desarrollar plataformas que recaben datos de producción en tiempo real enriquecidos con datos geográficos, que proporcionen información detallada sobre el estado energético de los países, así como sobre su avance en el proceso de descarbonización.
Por otra parte, las innovaciones tecnológicas han permitido traer una transparencia al sector que era necesaria para poder realizar las gestiones de cada país, ya que ha permitido ver de dónde viene la energía y a dónde va, en tiempo real, para tener todo controlado y confirmar que no se beneficia más a unos que a otros, ya que la colaboración es fundamental. Tecnologías como el IoT y la IA permiten crear una correlación optimizada entre la generación de energía y la demanda a nivel regional, configurando un nuevo futuro energético caracterizado por un enfoque más centrado en la demanda, en el que el suministro de energía siga unos perfiles de carga específicos y la producción de energía vaya a la par de la demanda.
Para cumplir con los objetivos climáticos definidos por Europa, los países no sólo necesitan más energía renovable, sino también una mayor inteligencia energética para una transición eficaz. Gracias a esta digitalización del sector, ya existen innovadoras plataformas que permiten explicar cómo funciona la energía en cada país, por lo que los Gobiernos tienen la oportunidad de avanzar en la transición energética de forma inmediata. Mediante el análisis inteligente de datos, el Internet de las cosas (IoT) y la inteligencia artificial, plataformas en la nube como ARISTOTELES permiten fomentar las inversiones en el sector minimizando los riesgos y aumentar la producción mediante predicciones precisas, de modo que las inversiones en la transición energética sean más eficientes.
Dando un paso más en esta nueva era digital, durante la pasada COP25, se presentó ARISTOTELES Sky, ‘la Nube Energética para las Naciones’, la cual supone para los Gobiernos tener acceso a una simulación del sistema energético nacional y regional única en el mundo por su nivel de detalle en tiempo y espacio. De este modo, se almacenan con máxima transparencia los datos de las plantas de generación de energía, y se analiza en tiempo real su demanda, mitigando los riesgos en la transición y aportando máxima transparencia y rentabilidad al sector energético.
La tecnología necesaria para cumplir con el EU Green Deal ya está disponible. El horizonte 2030 va a permitir ser la parada necesaria antes de la fecha final de 2050 para evaluar el desarrollo en la transición. Si el Gobierno confía en el desarrollo tecnológico y en empresas especializadas de DAaaS (Data Analytics as a Service), para 2030 España puede sorprender en el camino de la neutralidad de carbono, pero, si no es así, cuando entienda la importancia de la innovación en esta transición, puede ser ya tarde.