Priorizar, actuar, visibilizar
En situaciones de “supervivencia” se aplica una regla conocida como “la regla del 3” cuyo objetivo es ayudar a establecer prioridades, ya que la identificación de estas y la planificación para actuar ante ellas es una parte clave para conseguir sobrevivir. “La regla del 3”: 3 minutos sin aire, 3 horas sin refugio, 3 días sin agua y 3 semanas sin comida. Que el aire sea la primera prioridad, definitivamente, no es casualidad.
El aire que respiramos nos preocupa cada vez más y necesitamos que sea saludable, no solo por la COVID-19, sino también por los niveles de contaminantes. Porque no podemos olvidar que la polución ambiental y las enfermedades que esta provoca, son un factor de riesgo adicional en la propagación de la pandemia y, como consecuencia, un factor crítico para la salud.
Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, en torno al 90% de la población europea vive en zonas donde se rebasan los valores límite de calidad del aire o se incumplen las guías de protección a la salud fijadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, según la OMS, la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provoca cada año 4,2 millones de muertes prematuras. Solo en Europa genera más de 400.000, lo que también da lugar a costes sanitarios de entre 330.000 y 940.000 M€ que representan entre el 3% y el 9% del PIB de la UE. Todo esto considerando que las partículas, el ozono y los óxidos de nitrógeno son los contaminantes que tienen un impacto especialmente negativo en la salud.
Por May López. Directora de desarrollo de la Plataforma de Empresas por la Movilidad Sostenible