Renovables, la incertidumbre de un sector de gran futuro
2013 pasará a la historia como uno de los más nefastos, si no el que más, para el sector de las energías renovables. Es difícil analizar lo ocurrido en el sector en este año y encontrar algún hecho positivo. En realidad, no es fácil hacerlo desde que en 2009 las cinco grandes eléctricas integradas en Unesa iniciaran una agresiva campaña en contra de las energías renovables. La razón era que la crisis económica hizo más que patente la exagerada apuesta que habían hecho por las centrales de ciclos combinados de gas, en lo que fue un tremendo error de planificación por su parte.
En el todo-vale, se acusa a las renovables de ser caras, de ser las únicas responsables del déficit de tarifa, de encarecer el precio de la electricidad y, llegado el caso, ser las causantes de la falta de competitividad de las empresas. Falta por ver si les acusan también de contaminar y de no ser energías autóctonas.
Los argumentos del lobby eléctrico calaron pronto en el gobierno socialista y el ministerio de Industria puso en marcha una serie de medidas administrativas para recortar los ingresos de las renovables,
a costa de sumir al sector en una constante inseguridad jurídica. Unos recortes y una inseguridad jurídica que el gobierno popular ha incrementado de manera exponencial y que nos ha convertido en uno de los países con más litigios internacionales.
Artículo publicado en: FuturENERGY Enero-Febrero 2014