Energía solar flotante: la pregunta no es si va a llegar, sino cuándo y cuán rápido va a ser el proceso de adopción
Como dice el refrán, de la necesidad se hace virtud, y así es como tres ingenieros crearon Isigenere, empresa pionera en la instalación del sistema Isifloating (energía solar flotante).
Entrevistamos a Andrés Franco, CEO de Isigenere, para conocer más detalles.
Buscando una solución para evitar en la medida de lo posible la evaporación del agua embalsada para regadío en Alicante, dos ingenieros agrónomos y uno industrial idearon la manera de tapar los cuerpos de agua, reduciendo así el impacto del sol, al tiempo que vieron la oportunidad de cubrir otra necesidad: generar energía para los sistemas de bombeo. Fueron pioneros en los sistemas de generación de energía solar flotante. De esta manera, en 2009 iniciaron su primer proyecto, pero la crisis económica mundial, especialmente en el ámbito renovable, también les afectó y no ha sido hasta ahora cuando la energía solar flotante en el mundo empieza a crecer.
Tras un proceso de búsqueda de financiación y la entrada de nuevos socios, que complementan al equipo técnico existente, Isigenere cuenta ahora con capacidad financiera para afrontar la producción de los flotadores necesarios para implementar la tecnología, utilizando unos sistemas de muy alta calidad, y empezar el proceso de internacionalización de la compañía.
¿Qué es Isifloating?
Es el nombre de nuestro sistema, que permite la construcción de plantas solares encima de cuerpos de agua. Un producto español creado hace 10 años para aprovechar cuerpos de agua existentes (como balsas de irrigación, balsas de relave, represas, lagos, etc.). Se instala sobre ellos para generar energía solar de forma más eficiente, a la vez que se preserva el agua y se cuida la tierra, porque no se utiliza.
¿De dónde parte la idea?
La idea partió de tres compañeros españoles que vivían en Alicante, donde veían el problema que había de falta de agua en momentos críticos. Pensaron cómo se podían cubrir las balsas para que no se evaporará el agua, y cuando idearon una estructura, vislumbraron la posibilidad de bombear el agua para irrigar los campos, cubriendo así otra necesidad. De esta manera, se podría aprovechar la estructura para colocar placas solares consiguiendo un triple beneficio: conservar el agua, generar electricidad para el bombeo y preservar el terreno para el uso agrícola.
¿Se puede utilizar el sistema Isifloating en cualquier zona donde exista agua?
Es válido para zonas que tengan agua, pero no en ríos porque tienen unas corrientes muy fuertes. Se puede llegar a hacer, pero con un coste muy elevado, cosa que lo hace inviable económicamente. Pero en cuerpos de agua quietos y no salados, en principio, sí.
Lo importante es que la relación coste/beneficio de su instalación sea razonable, y también que no tenga un impacto negativo en la naturaleza. Para ello se tiene que tener presente el tamaño máximo de la superficie a cubrir. No se puede cubrir toda, porque cuando cubres todo reduces la cantidad de oxígeno en el agua y el sol que le llega, impactando en la vida marina existente. No obstante, en la mayor parte de balsas artificiales no se quiere que exista vida marina y el sistema reduce la proliferación de algas y microorganismos.
¿Teniendo en cuenta esto, a qué tipo de empresas les interesa este sistema?
Las principales industrias son las del mundo agrícola. España tiene más de 70.000 balsas de irrigación, más de acumulación de agua, que se utilizan por las comunidades de regantes o por agricultores privados.
Después tienes el mundo de los viñedos, donde tienen necesidad de preservar la tierra para el cultivo de las vides, no para generar energía.
También es interesante para la industria extractiva, por los lagos de relave que utilizan en parte de procesos productivos; paras las hidroeléctricas, que tienen ya el cuerpo de agua y generan electricidad; o para las compañías de gestión de aguas, que tienen embalses para suministrar esa agua a través del sistema de bombeo, gastando energía de manera importante.
Y, en general, cualquier industria que tenga como parte de sus necesidades utilizar agua en su proceso de producción. A nivel mundial podemos estar hablando de compañías de acero, de cemento, de cerámica o, incluso, compañías industriales que necesitan acumular agua y tienen balsas para tenerla disponible en caso de incendio, como una refinería.
¿Es posible su instalación en aguas residuales o, como en el caso de las mineras, en balsas de lodos o de otro tipo de residuos?
Sí, pero se tendría que ver cada caso, porque dependiendo del desecho que exista, puede ser viable o no, porque la estructura no aguanta cualquier tipo de componente químico. Por ejemplo, si es agua con unos niveles de acidificación muy altos no se puede poner, porque el material de la estructura puede verse afectado.
En el caso de las mineras que planteas, los residuos suelen ser suficientemente tóxicos para que no se pueda evacuar a un río, pero en general no es tan tóxico como para degradar los flotadores del sistema de Isifloating, que son unos polímeros muy resistentes de alta densidad, un componente llamado HDPE. No obstante, es importante analizar cada caso y comprobar que es factible su montaje.
Pero en definitiva queda patente el beneficio de que una zona y unas aguas que no están aportando absolutamente nada, se pongan a producir.
Por qué Isifloating y no alternativas más tradicionales para generar energía
El concepto de energía solar flotante no va a reemplazar a las energías solares en tierra, porque va a haber muchas situaciones donde la energía solar tradicional es más eficiente. Pero hay casos en los que no, por ejemplo, donde hay restricción de suelo; donde el coste de oportunidad es muy alto como para dedicar esa tierra a parque solar; donde la evaporación del agua es muy importante y toca pagar por reponer el agua necesaria; o donde no existan conexiones cercanas para evacuar la electricidad que se genere. Precisamente en España cada vez toca ir más lejos de los núcleos urbanos y buscar terrenos mucho más amplios, lo que no es fácil de encontrar. En cambio, en el sistema flotante, sí existen cuerpos de agua que están más cerca de los núcleos urbanos, donde hay conexiones disponibles para que la electricidad que se genere se meta dentro de la red eléctrica. Esto reduce el coste de evacuación, si bien toca analizarlo en cada caso.
Nosotros creemos que la energía solar flotante se convertirá en un segmento de la industria de renovables. Además, ya hay estudios muy importantes en Estados Unidos que estiman que la energía solar flotante llegará a representar un 10% de toda la energía del país; el gobierno de Singapur tiene un plan para que a finales de 2030 un tercio de la energía del país se produzca solamente con este sistema; o la India ha lanzado un plan muy agresivo para que, de aquí al 2022, se instalen diez mil megavatios de energía solar flotante.
En definitiva, es un sistema que aplica mucho más en zonas donde la restricción de tierra es muy relevante o donde el coste de retirar esa tierra o cortar árboles no se pueda permitir.
En España se ha aprobado hace poco un Real Decreto sobre el autoconsumo que afectará, entre otros, a las comunidades de regantes. ¿Esto les beneficiará, como ven la situación normativa de nuestro país?
Todo este cambio y la nueva regulación es muy favorable a este concepto. Antes, quien tenía un cuerpo de agua sólo podía instalar la capacidad de generación de electricidad para lo que fueran a necesitar. Pero ahora, pueden instalar y cubrir una parte importante de su balsa, aprovechar parte de esa electricidad para su consumo de bombeo o de necesidades propias, y vender el excedente.
Un activo que tenían los agricultores de las comunidades de regantes que no les producía nada, ahora lo van a poner a buen uso y, por lo tanto, van a conseguir un ingreso adicional. A este beneficio hay que sumar la reducción de la evaporación del agua y la proliferación de las algas, que es un problema importante en muchas comunidades de agricultores.
Y qué coste tiene este tipo de instalaciones
Los números (y ya no dicho por nosotros, sino por organismos internacionales), cuando estás hablando de grandes plantas, son muy similares a los de instalaciones terrestres, teniendo en cuenta el coste total de la vida de una de estas plantas y los beneficios totales, si bien el coste de construcción es más alto.
Aparte de la inversión que hay que hacer al principio la cual es más alta en un proyecto solar flotante, principalmente, porque la estructura utiliza mayor peso en plástico, y es más caro en total que el metal.
Pero, aunque las estructuras son más caras, los costes de mantenimiento relacionados con alquiler o los procesos de limpieza de los paneles solares son más baratos. Por último tienen un beneficio adicional: la misma placa solar produce más electricidad cuando está puesta en el agua, por el efecto refrigerante que este produce, pues se calienta menos y, por lo tanto, es más eficiente en su producción de electricidad.
¿Cuánto tiempo se tarda en amortizar la inversión?
Podemos estar hablando de entre 7 a 10 años, dependiendo de si el cuerpo de agua es tuyo o lo vas a desarrollar, si pagas por el agua y cuánto estás gastando por el mantenimiento de los químicos por la proliferación de algas.
¿En el supuesto de comunidades de regantes, donde ya tienen la balsa de agua?
Probablemente alrededor de 7 años, pero habría que tener presente otros factores que condicionarán el plazo de amortización de la inversión. Hay comunidades de regantes que el agua les viene de ríos, no están pagando por ella, pero otras que sí pagan o usan químicos para las algas. Por ejemplo, algunas tienen un sistema de irrigación donde el hecho de tener el alga no le afecta tanto porque tienen métodos más tradicionales; pero con sistemas de riego por goteo, donde los dos tubos de los sistemas son muy precisos, si se meten algas en esos tubos pueden llegar a tapar el sistema de irrigación. Todos estos casos habría que tenerlos presentes y suponen diferentes variables a tener en cuenta para establecer el plazo de amortización.
¿En qué zonas de España están teniendo más éxito?
Las principales son Alicante, Andalucía, Murcia, Valencia y Extremadura. Son zonas donde todos los beneficios del sistema se consiguen. Por un lado, hay una alta radiación solar, lo que permite producir mucha electricidad. Además, hay una gran evaporación del agua y, con ello, importantes necesidades de mantenimiento del agua.
Pero también es cierto que hemos hecho proyectos en el norte de España, y proyectos internacionales que se están desarrollando en Chile, Colombia, Holanda, Francia, India o en Estados Unidos. El sistema puede aplicarse en muchas zonas geográficas. Los tiempos de retorno en la inversión serán algo mayores, pero existen los números y los casos de negocio para demostrar que es factible.
Has mencionado los tres beneficios fundamentales, pero ¿qué aportan exactamente?
La energía solar flotante y, especialmente nuestro sistema, aporta tres grandes beneficios: el primero es la generación de la electricidad. Se genera energía renovable solar, que, de media, el mismo panel solar puede llegar a producir entre un 10% y un 15% más de electricidad por el efecto de evaporación y refrigeración del agua.
Por otro lado, este tipo de plantas se pueden poner, en general, más cerca de donde se necesita el consumo. Hablando de un agricultor, lo puede poner donde tiene su balsa, no tiene que tenerlo en otra zona que esté muy alejada.
El segundo beneficio es la preservación del agua, al reducir cerca de un 80% la evaporación. Además, la conservar más pura, porque no requiere tanta inversión en químicos para mantenerla con un nivel de potabilidad y de residuos mínimo, que le permita ser utilizada en sistemas de bombeo.
Y el tercer beneficio es la preservación de la tierra, porque permite al propietario mantener toda la tierra para su uso original. Por ejemplo, un agricultor que tiene un viñedo no se verá en la disyuntiva de tener que decidir entre destinar una parte de su terreno para cultivo o para montar un sistema de placas solares, lo puede destinar íntegramente al viñedo. Esto es importante, porque aun disponiendo, a día de hoy, de terreno para hacer la instalación, es apostar por inmovilizar esa tierra durante 25 años con un parque solar. Y en esos 25 años no podemos atisbar cuál será el valor futuro del terreno o del negocio. En cambio, al hacerlo dentro del agua que ya posee, no tiene que tomar esa decisión, tendrá la tierra disponible y tendrá su instalación solar.
Colateralmente, esto también favorece al cuidado del entorno medioambiental, pues no se verá modificado por la instalación de dichas placas.
En el sector agrícola parecen contundentes los beneficios, pero, ¿y en otros sectores? ¿Cómo el minero o el energético?
Cada industria tiene algunos beneficios que son más importantes que otros. En el caso de la minería, por ejemplo, estas tienen un gasto energético muy alto. Además, no están al lado de donde está la red eléctrica, por lo que necesitan complementar sus necesidades con sistemas propios de generación energética, normalmente basados en equipos de combustión que usan diésel o gasolina. Tampoco podrían tirar de manera infinita de las redes eléctricas, porque no existe la capacidad y deben crear redes específicas para llegar a suministrar la electricidad.
Si la explotación minera dispone de balsas de agua o de fangos, el sistema de Isifloating aporta un claro beneficio en cuanto facilita la generación de energía, mediante un sistema energético renovable sin necesidad de conectar a la red.
Por el contrario, la alternativa de una planta solar terrestre no suele ser viable, ya que las explotaciones suelen estar en lugares orográficamente complicados, lejanos de una red de evacuación y en el caso de que dispongan de un terreno plano donde instalarla, no pueden asegurar que con el tiempo necesiten ese suelo para la propia explotación minera. Pero todas estas dificultades se evitan con el sistema flotante, además de sacarle un rendimiento a esas balsas.
Otra cuestión a tener presente, que si bien no es un beneficio directo afecta al negocio, es el impacto de imagen, la responsabilidad social corporativa de la compañía cuando apuestan por ser más ecológicos, tal y como ocurre en muchos proyectos mineros internacionales.
En el ámbito de las compañías eléctricas que poseen cuerpos de agua, como las plantas hidroeléctricas, Isifloating complementa muy bien la curva de generación de la electricidad. Estas plantas ya tienen el agua y una subestación cercana de conexión, por lo que sus costes de evacuación son más bajos y, en épocas de sequía, donde la hidroeléctrica no puede estar a pleno rendimiento, los paneles solares flotantes sí. Y al revés, en época de lluvias, la hidroeléctrica puede estar al cien por cien y los paneles producir menos.
Esta combinación permite crear un sistema mixto, donde el embalse se convierte en una gran batería. Durante el día se genera la electricidad con las placas solares encima del agua y, por la noche, el agua que no has estado utilizado, y por tanto no la has gastado, también te genera electricidad.
¿Cuáles son los principales problemas que se están encontrando en España para implantar el sistema?
El principal es la reticencia que existe y la falta de conocimiento sobre un sistema que ya es factible. Son los temores que muchas veces tenemos como seres humanos al cambio y apostar por nuevas tecnologías. Una vez superada esta reticencia, hay una serie de retos. El primer reto es hacer los números y decidir, porque en algunos casos puede llegar a ser algo más costoso hacer un proyecto en agua que hacerlo en tierra.
Después hay alguna serie de retos, pero que ya están resueltos, cómo hacer una estructura que te permita variaciones en los niveles del agua; cómo garantizar que la instalación es una instalación segura; el mantenimiento, al estar encima del agua aparecen muchas preocupaciones con respecto a la limpieza, por ejemplo… no es lo mismo estar pisando la tierra que estar pisando el agua.
También hay cuestiones medioambientales a tener presente. No es lo mismo un cuerpo de agua que un lago natural, ya que este no permite cubrir extensiones amplias, porque si cubres más de la mitad tendrás un impacto en el hábitat marino al reducir la oxigenación del agua. En cambio, si cubres un 5% o 10% en una gran extensión de agua no tendrás impacto en la vida marina que pueda existir.
Por último, añadiría la incertidumbre que genera sobre la duración: si va a durar 25 ó 30 años. Ten en cuenta que, la instalación más antigua que tenemos nosotros, y es una de las primeras del mundo, está en Alicante y tiene diez años. No hay ninguna en el mundo que tenga más de 11 años.
Anteriormente comentabas que existían en otros países, como Japón, con sistemas flotantes ¿Quiénes fueron los pioneros?
Nosotros. Los japoneses son los que más instalaciones han hecho hasta el momento, pero existe competencia de otros productores como los chinos. Son compañías que han estado presentes con inversores en el mundo solar y que ahora quieren proveer soluciones de estructuras flotantes.
También existe competencia de compañías europeas. Tenían conocimiento de energía solar por su experiencia en instalaciones en tierra o en tejados, pero empezaron después de nosotros con los sistemas flotantes.
Después de diez años, nosotros vamos por la cuarta versión de nuestro sistema. Y por qué, porque hemos ido aprendiendo con los primeros sistemas qué es lo que realmente funciona y qué es lo que no. De esta manera hemos diseñado un sistema que a día de hoy está posicionado como el de más alta calidad y durabilidad en el mercado a nivel mundial, a un precio igual de competitivo que los otros sistemas.
Hemos trabajado la durabilidad porque creemos que esa es la gran preocupación. El grosor de los flotadores, la flotabilidad del sistema, el sistema de producción… son cuestiones técnicas que, comparadas con lo que están haciendo otras compañías a nivel mundial, tenemos unos estándares de calidad más altos.
Y al hilo de esto, cuál es la vida útil estimada de estas instalaciones
Alrededor de 30 años, según la estimación con nuestro sistema actual.
¿Cuál es la situación del mercado?
El mercado en este momento está en un proceso de extrusión muy importante. Para que tengas una idea de las cifras a nivel mundial, hace tres años se instalaron 40 megavatios, después se instalaron 400 megavatios, el año pasado se cerró con alrededor de 1.000 megavatios, y este año, dependiendo de con quien se hable, se van a instalar más de 2.000 megavatios.
El mercado solar flotante está teniendo una curva exponencial de crecimiento. El mayor crecimiento lo aportan los países asiáticos, pero ya empezamos a ver proyectos en Europa y en América. Proyectos de tamaños de más de 100 megavatios. En áfrica se están estudiando proyectos de 70 megavatios.
A este ritmo parece que dejará de ser un mercado de nicho y se convertirá en un segmento más del mercado renovable.
Y en España, ¿qué situación tenemos?
Diría que en España estamos en un estado incipiente. Hemos creado cerca de diez instalaciones en estos años y ya empieza a calar un poco más, despertamos el interés, pero todavía no estamos estudiando ningún proyecto de cientos de megavatios.
Además, estamos animando a los diferentes jugadores del mercado: ingeniería de renovables, compañías eléctricas, comunidades de regantes, o actores que el tema de renovables les sea relevante, para que empiecen a entender y conocer cómo funciona esta tecnología y apuesten por proyectos basados en la misma.
Aunque ya comentamos la legislación actual, ¿les acompaña el marco regulatorio? ¿es el adecuado para fomentar este mercado?
En España no se ha dado, pero sí es cierto que hay otros países en el mundo que han dado un impulso, tanto a nivel regulatorio como de apoyo inicial, para que la industria prospere. Casos como el de Taiwán, Japón, o más cercanos, como Francia, que lleva varias rondas de subastas de innovación de proyectos de energía solar, donde la energía solar flotante se considera como uno de estos proyectos innovadores; o Bélgica, con componente agrícola muy importante.
Desde el sector renovable español ha habido muchas quejas y reclamaciones para que se tomen iniciativas de fomento y cambios regulatorios que eliminen lo que consideran trabas en la legislación, ¿a la solar flotante no le afecta?
En el caso del sistema flotante también nos afectan algunos de los temas que afectan a los proyectos solares tradicionales. Por ejemplo, la no transparencia de donde existe capacidad de conexión de un proyecto solar. A día de hoy hay barreras de entrada importantes, porque son solamente las eléctricas las que saben si existe o no capacidad de conexión. Hay que pagar unos importes altos que reducen la posibilidad de que jugadores pequeños o medianos pueden tener ese derecho.
En cambio, en otros países esa es información pública, de manera que se pueda hacer la prospección de dónde existe tierra o agua disponible, con las condiciones idóneas y la posibilidad de conexión a la red eléctrica para que se evacúe la electricidad de manera eficiente.
¿Cuáles son sus expectativas de futuro?
Estamos en un proceso de crecimiento e internacionalización. Siempre hemos hecho proyectos aquí, en España, y recientemente hemos puesto en marcha nuestros dos primeros proyectos a nivel internacional, en Chile, para uno de los grandes viñedos chilenos. A día de hoy tenemos ofertas en 18 países en todo el mundo, en todos los continentes, y con unas expectativas muy altas.
Además, estamos invirtiendo muchísimo en evangelizar y explicar el beneficio de Isifloating. Poco a poco estamos consiguiendo mayor aceptación e interés de los gobiernos o de las compañías privadas por empezar a realizar pilotos y apostar por proyectos de este tipo. Como cualquier tema de innovación, nos encontramos con compañías y personas que están abiertas al cambio y otros que les cuesta un poco más. Pero creo que, actualmente en esta industria, la pregunta no es si va a llegar, sino cuándo y cuán rápido va a ser el proceso de adopción y esperamos ser uno de los jugadores claves a nivel mundial.