Lluvia de barro para las renovables
Muchas zonas de la Península, se despertaron el 15 de marzo con el cielo anaranjado y la superficie del suelo, los coches y los edificios, completamente cubiertos de una capa de polvo. Este fenómeno meteorológico es típico de la primavera y el verano, pero puede darse en cualquier época del año afectando incluso a la producción de energía renovable. Meteo for Energy, compañía especializada en meteorología aplicada a la predicción energética, analiza cómo estas tormentas afectan a las plantas renovables solares.
¿Cómo afecta el polvo en suspensión a las plantas de energía renovable?
En una planta de 50MW - como suelen ser las plantas termosolares - estos eventos acompañados de lluvia que pueden generar barro en el campo solar, llegando a parar la producción hasta durante aproximadamente 3 días. Considerando el precio medio de hoy, que está a 250€/MWh y que estas plantas con almacenamiento operan alrededor de 18 horas en esta época del año, estamos hablando de una pérdida de 225.000 euros al día.
“Una correcta limpieza de los paneles de un campo solar es clave, pero suele ser uno de los conceptos olvidados y minusvalorados, donde en muchas ocasiones se prefiere ahorrar la inversión, hasta que llega una borrasca como Celia y te deja sin ingresos durante unos días”, comenta Ibon Salbidegoitia, socio fundador y director de I+D de la empresa Meteo for Energy.
¿Cómo se puede prever y contrarrestar el impacto?
La predicción de polvo en suspensión y la evolución espacial del mismo es una de las ramas de la meteorología, que funciona de forma muy parecida a la evolución de las nubes en referencia al vapor de agua. Esta predicción permite tomar medidas al sector solar para minimizar el impacto. Por ejemplo, preparar equipos de limpieza que entren justo tras la tormenta de polvo o, en los campos solares con seguidor, inclinar las superficies para que se deposite la menor cantidad de polvo posible.
“En Meteo for Energy ofrecemos predicciones de radiación, lluvia y polvo en suspensión, al sector solar para combatir estos eventos puntuales tan perjudiciales. En el caso del sector termosolar nuestra plataforma es capaz de mostrar la evolución temporal de cómo se va a desplazar la tormenta de polvo y si viene acompañada de agua”, continúa Ibon.
Una lluvia de polvo puede generar grandes cantidades de barro que requieren una limpieza especial que conlleva más tiempo. Por ello, se informa a las plantas con 24 horas de antelación con alta precisión de estos eventos para que pongan a resguardo el campo solar y puedan minimizar los problemas de producción derivados. Además, prosigue el portavoz, “En el caso del sector fotovoltaico, en los campos solares en los que existe seguimiento solar, disponemos del optimizador de seguimiento que tiene en cuenta el viento, lluvia, polvo en suspensión, escarcha y nubosidad para optimizar la producción”.
Las variables meteorológicas de lluvia y polvo en suspensión se utilizan para eventos como la borrasca Celia, desplazando el seguidor a una posición de inclinación de seguridad en la dirección opuesta al viento para reducir el polvo y/o barro que se adhiere a los paneles fotovoltaicos. De esta manera, tras la tormenta, la reducción de suciedad permitirá seguir operando al campo solar mientras los equipos de mantenimiento recuperan el factor de limpieza para seguir produciendo a máximo rendimiento.
Tormentas tan fuertes que repercutan en toda España se dan cada 2 ó 3 años, pero en comunidades autónomas como Andalucía es común encontrar este fenómeno, aunque sea en menor concentración. El sur de España es el área con mayor concentración de plantas solares, por ello es importante invertir en sistemas de predicción para minimizar los efectos de este tipo de episodios climáticos.