La financiación de edificios inteligentes: aportando valor a la ‘nueva normalidad’

Están surgiendo muchas pruebas de que las grandes empresas están considerando la posibilidad de hacer del trabajo flexible. Hacer que los edificios sean inteligentes permite esta flexibilidad, ya sea desde la perspectiva de los cambios ágiles de uso, la seguridad y la protección, o la mejora de la capacidad de transformación a circunstancias volátiles.

Los edificios inteligentes despliegan tecnología automatizada y digitalizada para permitir una gestión y unas capacidades de construcción más eficientes y eficaces.

De hecho, hay una “tormenta perfecta” de factores que se están uniendo para impulsar el cambio y hacer que los edificios sean inteligentes. En primer lugar, las presiones económicas resultantes de la pandemia están centrándose en las formas de lograr la eficiencia de los costos de gestión de los edificios (especialmente a través de la eficiencia energética). Al mismo tiempo, COVID-19 ha introducido nuevas normas y formas de trabajo para garantizar la higiene, el control de las infecciones y la seguridad en los edificios. Junto a estas presiones de actualidad se encuentran los requisitos normativos existentes y emergentes que hacen obligatorias las mejoras en materia de incendios y seguridad. Y varias políticas alrededor del mundo están estableciendo objetivos para alcanzar estándares ambientales más altos en los edificios.

Los edificios inteligentes despliegan tecnología automatizada y digitalizada para permitir una gestión y unas capacidades de construcción más eficientes y eficaces. Los datos generados por los sensores de IO proporcionan información en tiempo real para reacciones rápidas. La tecnología inteligente ayuda a transformar el edificio de una carga de costos a un socio activo que contribuye - un nuevo miembro del equipo - a dirigir un negocio o una organización del sector público y a hacer frente a la “nueva normalidad”.

Esta perspectiva totalmente nueva está haciendo que los propietarios y administradores de los edificios miren de nuevo a la base de costos operacionales subyacentes de sus activos. El valor añadido que ofrecen los edificios inteligentes ya ha sido ampliamente reconocido por los comentaristas expertos. Según el informe de la Comisión Europea sobre los beneficios macroeconómicos y de otro tipo de la eficiencia energética, un edificio inteligente y de mayor rendimiento puede añadir, de manera conservadora, hasta un 11,8% en el valor de arrendamiento y, en última instancia, puede dar lugar a valores de venta entre un 5% y un 35% más altos.

El futuro de la ocupación de oficinas está siendo objeto de considerable escrutinio en este momento, y muchas empresas están reevaluando sus necesidades inmobiliarias a la luz de la experiencia de la pandemia. Se ha visto que los edificios inteligentes ofrecen importantes beneficios en cuanto a la seguridad de los ocupantes y el personal mediante capacidades digitales, sin contacto y a distancia. Del mismo modo, los costos de explotación también están en el punto de mira y la oportunidad de ahorrar en costos de energía sin tener que desplegar capital es cada vez más atractiva.

Hacer frente a las réplicas de la pandemia supondrá una gran presión financiera para las finanzas públicas. Los edificios inteligentes ayudan a prestar servicios públicos mejores y más eficientes, utilizando los flujos de datos digitales para reducir los costos de administración e introducir un mejor uso de los fondos públicos. La creación de iniciativas de eficiencia energética, apoyadas por una financiación inteligente de capital privado, crea una capacidad presupuestaria adicional para lograr una conversión inteligente en las ciudades, las regiones y las infraestructuras nacionales.

Si bien existe un amplio consenso en torno a la necesidad de hacer que los edificios sean inteligentes, todos los países y sectores necesitan una forma de hacer que esa conversión sea financieramente sostenible. ¿Cómo se puede conseguir?

El punto de partida es usar tecnología inteligente para reducir el consumo de energía en los edificios. Esto produce un ahorro financiero considerable que, mediante acuerdos de financiación inteligentes, puede aprovecharse para subvencionar o incluso pagar la conversión general de los edificios inteligentes. Esto puede hacerse a nivel de empresa, o en pequeños pasos incrementales, cada uno de los cuales demuestra su retorno de la inversión.

Las técnicas de financiación inteligente para permitir la conversión de la eficiencia energética y la aplicación inteligente se dividen en dos campos principales.

En primer lugar, hay arreglos de edificios completos, donde el ahorro de energía se aprovecha para financiar el costo de una modernización completa. Sin embargo, en muchos casos, los propietarios y administradores de los edificios quieren someterse a la transformación de la eficiencia energética y la tecnología inteligente en etapas más pequeñas e incrementales. Por lo tanto, las técnicas de financiación que facilitan el flujo de efectivo y reparten la carga de capital de la conversión son igualmente importantes: la financiación que está disponible para los propietarios/administradores de edificios, las empresas de construcción los vendedores de tecnología, los distribuidores, los revendedores de valor añadido, los constructores de soluciones por igual, desde las más grandes hasta las más pequeñas.

El último documento de opinión de Siemens Financial Services (SFS) establece la urgencia y el valor de la conversión de los edificios inteligentes, así como los impulsores obligatorios que están centrando la atención en la conversión de los edificios existentes a una mayor eficiencia energética.

En un momento en que los propietarios y administradores de edificios tienen que invertir en medidas para que sus edificios sean seguros y habitables y también se está restringiendo la densidad de ocupación, se puede argumentar que, sólo los edificios inteligentes presentarán una propuesta suficientemente atractiva para los posibles inquilinos y ocupantes. En un entorno de restricciones presupuestarias, el ahorro en eficiencia energética se considera cada vez más el punto de partida ideal para la transformación de edificios inteligentes (ya sea como una inversión única o como una serie de proyectos incrementales), y las técnicas de financiación inteligentes desempeñan un papel importante para que esos ahorros futuros puedan financiar el costo de la conversión.

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