A nivel europeo, España se sigue encontrando a la cola en cuanto a movilidad sostenible
Cuando la solución es el problema
Los coches eléctricos están viviendo sus años de oro. A pesar del parón vivido, el sector ha salido reforzado de la situación. Y es que, hace nueve meses apenas se podían ver anuncios de coches híbridos o eléctricos, sin embargo, en los últimos meses son múltiples las marcas que apuestan por publicitar estos vehículos.
Actualmente en España contamos con más de 6.000 puntos de recarga inferiores a 22KW y más de 1.600 puntos de recarga rápida, encontrándonos con un sector que está en continuo crecimiento. Además, si circulamos por una autovía o autopista nacional nos encontramos con 11 puestos de recarga por cada 100km, lejos de los 29 que se pueden encontrar en las carreteras europeas.
Pero, ¿en quién recae la responsabilidad de implantar los puntos de recarga? Lo primero sería pensar en el gobierno, pero esto no entra en sus planes. Lejos de incluir dentro de los presupuestos generales del estado una partida específica, de la cual las comunidades autónomas se beneficiarían para la implantación de puntos de recarga o facilitaría la adquisición de estos vehículos. Las autoridades prometen dar ayudas o bajar el IVA de estos vehículos. A pesar de ser esta una apuesta segura para una movilidad más limpia y sostenible.
En España se puede observar como las empresas privadas son las que intentan poner solución. Por ejemplo, Iberdrola prevé implantar 150.000 puntos de recarga rápida en los próximos cinco años. Pero, aun así, a nivel europeo España se sigue encontrando a la cola en cuanto a movilidad sostenible. Mientras que en el territorio nacional se encuentran 1.693 puntos de recarga rápida, en Alemania, por ejemplo, hay 6.834.
Si no hay cargadores no hay demanda, si no hay demanda no hay producción. Por eso es tan importante que las empresas, a la espera de que el gobierno prepare una regulación, se lancen a producir e implantar cargadores. El problema de autonomía de los vehículos eléctricos con un aumento de los puntos de recarga, comenzaría a ser un problema menor.
Por lo que, ¿cómo es posible que la solución sea el problema en sí? Son muchas las dudas que rodean a los creadores de los cargadores eléctricos: dónde colocarlos, cuándo, cómo… Sin una regulación establecida, no es posible comenzar a colocar cargadores en cada esquina de la ciudad, donde prima la función publicitaria sobre la funcional. El futuro de los vehículos eléctricos e híbridos, probablemente, sigue en manos del azar, siendo estos vehículos de emisiones bajas la única solución a la movilidad sin renunciar a la calidad de vida.