El sector del cemento apuesta por la eficiencia energética
30 de abril de 2009
Con el objetivo de analizar y evaluar la relevancia del factor energético en la competitividad de la industria del cemento, divulgar los esfuerzos realizados y las opciones futuras para impulsar el ahorro de energía y la sostenibilidad y debatir sobre las mejores soluciones para esta industria en el actual marco jurídico del sector energético, el acto contó con la participación institucional del conseller de Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya, Antoni Castells, que inauguró la sesión, la presidenta de la Comisión Nacional de Energía, Maria Teresa Costa, y el conseller de Medio Ambiente y Vivienda, Francesc Baltasar, que clausuró el evento. Por su parte, los ponentes fueron el experto en energía Iván Martel, director global de Energía de The Boston Consulting Group; Josep Garriga, director de la Oficina Catalana del Cambio Climático; Javier Penacho, vicepresidente ejecutivo y director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege); Pedro Rivero, presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa); Aniceto Zaragoza, director general de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen); y Leif Wathne, director de Autopistas de la Asociación Norteamericana de Pavimentos de Hormigón (Acpa).
La obra civil, clave para la reactivación del sector
Antoni Crous, presidente de Ciment Català, abrió la jornada haciendo una reflexión sobre el momento económico que vive el sector y la necesidad que tiene la industria cementera de reducir el impacto que representa el consumo de energía, como “un factor decisivo para nuestra competitividad y para nuestro bienestar futuro. Debemos buscar con ahínco estimular la eficiencia energética, desbloquear aspectos técnicos, sociales y medioambientales que frenan el uso de combustibles alternativos en nuestros hornos de fabricación de clínquer y reducir el impacto el consumo de la energía eléctrica en nuestros costes industriales”. Crous puso especial énfasis en la necesidad de cambiar los hábitos industriales que promuevan la vuelta a fórmulas más austeras que estimulen el ahorro “para garantizar nuestra permanencia en el mercado y nuestra supervivencia empresarial”. El sector, añadió, debe hacer frente a la situación de incertidumbre provocada por el descenso del consumo de cemento con una reducción de costes pero también con un estímulo de su exportación, “deberemos estimular estos factores en aras a nuestra rentabilidad a pesar que no podemos incidir en el factor clave que afecta nuestra actividad, que es la promoción de la vivienda y las obras públicas”. Por ello, el presidente de Ciment Català exhortó al conseller Castells para que la Administración estimule en la medida de lo posible la promoción de infraestructuras, “una fórmula de reactivación económica útil, no sólo para nuestro sector sino para el conjunto de la sociedad catalana”, poniendo en marcha las obras licitadas, definiendo, eso sí, los cauces de financiación adecuada para desarrollarlas.
En este sentido, Antoni Castells, conseller de Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya y encargado de inaugurar el acto, reconoció que el sector de la vivienda “va a tener que sufrir cierto ajuste, pero en cambio el sector de la obra pública, la obra civil, tiene que compensar en cierta medida este bajón”, y además recordó en su parlamento que la Administración está haciendo un esfuerzo de inversión en Cataluña en obra pública “como no se había visto nunca, estamos en récords históricos de inversión pública”.
Asimismo, Castells felicitó a Ciment Català por la iniciativa, subrayando la importancia que desde la industria del cemento se quiera asumir la responsabilidad de reflexionar sobre la eficiencia energética, cuando es una de las industrias que más energía consume, “no es una cuestión menor que asuma esta cuestión con valentía”.
El conseller también quiso destacar el potencial que ofrece el sector de la eficiencia energética como “uno de los sectores de futuro que en momentos como el actual tenemos posibilidades de crecer e invertir con buenos resultados. Es un sector abierto a todo el mundo y a todas las industrias y que nos permite a todos ganar en términos de rentabilidad. Os invito a que veáis este campo como un campo de oportunidades de negocio”.
El factor energético
En la primera ponencia de la mañana, Maria Teresa Costa, presidenta de la Comisión Nacional de la Energía del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, analizó la relación entre la energía y el desarrollo industrial en un contexto de recesión económica como el actual. “El sector energético no se encuentra inmune a la situación económica. Ahora bien, aunque puede ofrecer amenazas, también puede ofrecer oportunidades. En realidad la crisis siempre es una oportunidad de cambio, de integración de procesos tecnológicos e innovaciones que nos puede hacer a todos más eficientes en nuestros procesos productivos”, señaló Costa. El principal efecto que está notando el sector energético en la actual coyuntura macroeconómica es la bajada de la demanda de energía primaria. Tanto es así que las previsiones de demanda hechas por la Agencia Internacional de la Energía para el año 2030 se han ido rebajando hasta el 1,6% para el 2030 e incluso el 0,8% en previsiones más pesimistas.
A pesar de esta caída de la demanda energética, Maria Teresa Costa recalcó que “es preciso seguir avanzando en medidas que incorporen criterios de eficiencia y de ahorro energético; sería un gran error relajar los importantes esfuerzos realizados en estos últimos años para reducir la intensidad energética”. Esos esfuerzos son necesarios no sólo por razones medioambientales o de lucha contra el cambio climático sino también por “aspectos puramente económicos en funciones de coste y producción y ajustes eficientes, porque la reducción de la intensidad energética supone mejoras en la ventaja competitiva de los productos”. Para ilustrarlo, Costa puso como ejemplo el caso del sector del cemento, una industria muy consciente del impacto del precio del crudo en su actividad y recordó, como, en 2004, tras Kyoto, este sector ya había “hecho sus deberes”, reduciendo por propio esfuerzo sus emisiones de CO2. “Pero no se trata sólo de cumplir con la legislación sino también de avanzar en los retos en una clara apuesta por un desarrollo sostenible. Han sido muchas las inversiones del sector para prevenir los efectos sobre el medio ambiente y a la hora de incentivar la eficiencia energética en los diferentes procesos productivos. Insisto que sería un gran error rebajar los esfuerzos: no sólo es una cuestión medioambiental, sino también una cuestión de competitividad industrial”, subrayó la presidenta de Comisión Nacional de la Energía.
Compañías eléctricas versus grandes consumidores
La jornada contó también con la intervención del vicepresidente ejecutivo y director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), Javier Penacho y Pedro Rivero, presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa).
Con los cambios producidos en el marco legal, la supuesta liberización del mercado eléctrico, la industria esperaba efectos beneficiosos sobre el precio de la energía. Durante su ponencia ‘Soluciones para los consumidores intensivos de energía’ Javier Penacho insistió en el fracaso de la teórica liberalización del sector eléctrico y afirmó que, sin precios energéticos competitivos, la industria no puede ser competitiva, por mucho que se impulsen medidas de eficiencia: “No nos podemos plantear la eficiencia energética si el país no es eficiente, y en el tema eléctrico, nuestro país tiene mucho que hacer”. Penacho, además, aprovechó la jornada para hacer dos anuncios: Aege y Aenor han firmado un pacto con el que los sistemas de eficiencia energética de las industrias entren en la norma Iso para que estén garantizados de forma sistemática; y Red Eléctrica ha pedido su colaboración a Aege para desarrollen un plan de gestión de energía eólica y que permita actuar en función del viento.
En este sentido, Aniceto Zaragoza, presidente de Oficemen, recordó que la industria del cemento aporta seguridad al sistema eléctrico, además de tener recursos de sostenibilidad como son la modulación (consumo eléctrico en horas valle) y la interrumpibilidad (posibilidad de interrupción del consumo eléctrico según necesidades de la red). Además, el sector cementero apuesta por energías renovables instalando parques eólicos en canteras y plantas fotovoltaicas en canteras restauradas, y usando la cogeneración a partir de los gases calientes de la chimenea y el horno.
Por su parte, Pedro Rivero defendió la acción desempeñada por los operadores, que habrían contenido los precios de la electricidad a pesar de las importantes inversiones que han realizado las compañías. Por ejemplo, según Rivero, el sector invertirá más de 300 millones de euros para mejorar la eficiencia energética durante 2009.
El compromiso del sector
Antoni Crous, presidente de Ciment Català, concluyó el seminario técnico subrayando la necesidad de substituir los combustibles fósiles por alternativos, especialmente biomasas “ya sea fracción resto, residuos urbanos, lodos de depuradoras, podas vegetales, harinas cárnicas y un sinfín de subproductos de residuos con un poder calorífico suficiente para poder sustituir de forma segura para la salud y medio ambiente”.
En este sentido, Crous dejó claro el compromiso de los fabricantes de cemento con la substitución controlada y transparente de combustibles fósiles por alternativos, utilizando para ello las mejores técnicas disponibles: “Desde nuestro punto de vista lo único que dar nuestro compromiso: compromiso en realizar una sustitución controlada, transparente y visualizable en todo momento. Compromiso de utilizar los mecanismos técnicos que aseguren un adecuado control y las mejores técnicas disponibles para tratar estos combustibles alternativos de forma que sea segura y eficiente su utilización. Compromiso de la Administración para agilizar los procedimientos y seguir siendo la mezcla de fiscalizador, asesor y controlador para llegar a un fin necesario y útil para nuestra industria y nuestra sociedad. Compromiso también con los agentes sociales, grupos ecologistas, sindicatos, con los cuales debemos mantener un diálogo abierto y constante y a los que también pedimos su compromiso, porque el problema es de todos”.
El sector cementero español, uno de los más eficientes del mundo
El sector industrial del cemento necesita utilizar energía de forma intensiva durante su proceso de producción. Esta energía utilizada por la industria representa una proporción importante del gasto energético total, aproximadamente un 40%. De esta manera, el progreso en la eficiencia en las empresas en general, y las cementeras en concreto, es clave para el hito común de construir un modelo de sociedad sostenible. De esta premisa partía la ponencia expuesta por el Iván Martén, director global de Energía de The Boston Consulting Group. “Actuar sobre el coste energético es algo ineludible para el sector” recalcó Iván Martén, ya que si se si se extrapola a medio plazo, hacia 2020, el consumo energético de producción de clínquer puede representar el 42% del coste. En este sentido, Martén propuso dos líneas de actuación: las mejoras tecnológicas que optimicen la eficiencia energética, por un lado, y el ‘mix’ de combustibles, por el otro.
Martén primero, y Aniceto Zaragoza, director general de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España, Oficemen, después, remarcaron que el sector cementero sector cementero español es pionero en todos los temas relacionados con la eficiencia energética. Según Zaragoza “los temas de eficiencia constituyen el corazón de las líneas de investigación en la industria cementera”. Por su parte, Iván Martén resaltó “en el tema tecnológico, el sector cementero ha hecho unos grandes esfuerzos de inversión en los últimos años. En 2001, cuando se firmó el acuerdo voluntario para la prevención y control de la contaminación, hubo un cambio de tendencia, se duplicó el volumen de inversiones del sector y se lleva ya acumulados desde el 95 casi 900 millones de euros invertidos en mejoras medioambientales en el sector del cemento”. Esto ha provocado que la eficiencia energética del sector desde el 1975 haya mejorado un 40%, a través de actuaciones como la optimización de procesos y las plantas.
En su ponencia ‘El impacto energético en el sector del cemento. El uso de combustibles alternativos y adiciones’, Aniceto Zaragoza mencionó algunos ejemplos de innovación en el sector del cemento como son la valoración energética de tramos abandonados de carreteras, el empleo de residuos obtenidos de la recuperación de los vehículos en las plantas cementeras o el crecimiento de algas para su uso como combustible alternativo. Se trata de una serie de medidas con las que el sector cementero, y en concreto el español, ha llegado a un consumo específico de energía de un 5% por debajo de la media europea y ésta a su vez un 13% por debajo de la media mundial. Por lo tanto, el sector cementero español es el tercero más eficiente del mundo, sólo por debajo de Corea del Sur y Japón. Esta eficiencia reduce drásticamente el campo de actuación en esta dirección: “Estamos hablando de grandes cementeras que están prácticamente al límite de la mejora técnica, es decir, no es un área donde podamos encontrar grandes oportunidades de mejorar la eficiencia energética porque todo lo que se puede hacer se está ya haciendo”, comentó Martén.
La otra cara de la moneda es la otra vía propuesta por Martén y Zaragoza: el mix de combustibles y la utilización de combustibles alternos. Es un área que ha ido creciendo hasta un 40% anual pero es totalmente insuficiente. En la industria cementera española, el uso de combustibles alternativos está sólo al 6%, aunque está mejorando, no llega a la media europea de 18% como media, pero hay países como Alemania, en un 50% u Holanda, que ha llegado al 83% de uso de combustibles alternativos. “Haciendo las cosas adecuadas sería muy razonable ponerse el objetivo para 2020 en España de alcanzar el 20% de uso de combustibles alternativos, y un 31% en la UE. Si se logra, el impacto con el medio ambiente sería muy importante, puntualizó Iván Martén.
Además, con el mix de combustibles se ayuda a la sociedad a eliminar residuos. “El uso de combustibles alternativos representa la única opción segura para el futuro sostenible de la industria cementera, pero las administraciones públicas tienen un papel vital en la promoción de los mismos, puesto que ahí entra en juego el factor económico: porque si al final es más barato llevar un residuo a un vertedero que incinerarlo en una empresa cementera, va ser difícil incentivar eso”, afirmó Iván Martén.
La eficiencia de los pavimentos de hormigón
Leif Wathne, director de Autopistas de la Asociación Norteamericana de Pavimentos de Hormigón (Acpa) cerró la jornada con su ponencia ‘La contribución del hormigón a la eficiencia energética en el transporte y la edificación’.
Los pavimentos de hormigón hacen posible un consumo menor de combustibles de los vehículos y ofrecen diversas ventajas respecto a los asfálticos, como por ejemplo una durabilidad mediana de 30 años con un mantenimiento mínimo. Asimismo, el uso del hormigón en el sector de la construcción favorecen la eficiencia energética gracias a sus propiedades de inercia y aislamiento térmico.
Según Wathne, al ser más longevo, el hormigón necesita menos reconstrucciones y, por tanto, menos materias primas. Para su producción este material necesita menos energía y su huella de CO2 queda compensada a los 9 años de vida del pavimento. Además, es 100% reciclable, ya que su primera capa se vuelve a moler ‘in situ’. Leif Wathne aportó otros datos como que los pavimentos de hormigón se iluminan mejor que los asfálticos y explicó el fenómeno de la ‘isla de calentamiento urbano’, comparando el comportamiento de los dos pavimentos ante las altas temperaturas. El hormigón, al poderse teñir de colores más claros que el asfáltico, reduce el calor del sol que incide en tejados y terrazas y por tanto reduce la temperatura y el consumo en refrigeración.