El alto precio de reciclar
Por Ion Olaeta. Presidente de Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje
Cómo influye el precio de la energía eléctrica en el sector del reciclaje o cómo poner en riesgo su viabilidad con una subida superior al 100% en los peajes de acceso
La puesta en marcha del Paquete de Economía Circular (PEC) por parte de la Comisión Europea ha suscitado cuestiones por parte de los medios de comunicación a distintos responsables de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER). En todas ellas se ha repetido la misma pregunta: ¿Está España preparada para el cambio de modelo económico?
Desde la federación, hemos apostado por la cautela en esta respuesta, explicando, en primer lugar, que ese cambio de paradigma es hoy en día una mera hoja de ruta donde se establecen unos objetivos, muy ambiciosos, y se dota de una línea de financiación para que se generen las herramientas para cumplirlos.
Además, FER, como representante del 90% del volumen del sector de la recuperación de metales, el 80% de los recicladores de neumáticos y de los recicladores de aparatos electrónicos y el 100% de la industria de trituración de metales de España, ha explicado en detalle cuál es la principal problemática de estos sectores a la hora de cumplir con estos objetivos.
En toda la industria de la recuperación y el reciclaje el factor energético es fundamental. La subida de los peajes de acceso en 2013 provocó que el coste eléctrico se disparara, golpeando en una de las líneas de flotación más delicadas de cualquier empresa: la competitividad.
En concreto, el sector de la fragmentación es especialmente susceptible a las variaciones de precios de la electricidad porque la dureza del material a reciclar provoca picos puntuales de consumo, lo que obliga a esta industria a dotarse de una alta potencia contratada. La consecuencia de elevar los peajes de acceso ha supuesto para las 30 plantas fragmentadotas existentes en España una notable pérdida de la competitividad que amenaza incluso su propia viabilidad.
ANTECEDENTES DEL PROBLEMA
En una carta enviada hace casi tres años por FER al Ministerio de Industria, Energía y Turismo (MINETUR) alertamos a sus responsables sobre la publicación de la Orden IET/1491/2013, de 1 de agosto, por la que se revisan los peajes de acceso de energía eléctrica para su aplicación a partir de agosto de 2013 y por la que se revisan determinadas tarifas y primas de las instalaciones del régimen especial para el segundo trimestre de 2013, que supuso un punto de inflexión en la viabilidad de todo el sector del reciclado.
La citada orden derivó en un incremento del 100% del precio de la energía eléctrica. Y se produjo justo en una coyuntura de crisis económica caracterizada por una caída del precio de las materias primas vírgenes cercana al 50% que arrastró consigo el de las materias primas secundarias. La consecuencia directa fue el cierre de empresas y una pérdida considerable de puestos de trabajo.
Para entender mejor la raíz de este problema, existe el ejemplo claro de una instalación de fragmentación de residuos, en la que el coste energético es el tercero de mayor en cuantía, tan solo por detrás de la adquisición del material para reciclar y mano de obra directa.
El silencio administrativo o, para entenderlo mejor, la callada por respuesta es lo único que desde entonces hemos obtenido los gestores de residuos ante esta grave problemática. Ahora, las últimas estadísticas de Eurostat1sobre el precio de la luz en Europa en términos industriales en 2015 no hace nada más que constatar y evidenciar lo que por aquel entonces ya denunciamos: la notable pérdida de competitividad de las empresas españolas. La tarifa eléctrica no sólo supera claramente a la de países de nuestro entorno como Francia, Portugal o Italia, sino que se eleva por encima de otras potencias económicas como China.
EL FACTOR ENERGÉTICO Y SUS CONSECUENCIAS
¿Cuáles son las principales consecuencias para el sector de la recuperación y el reciclaje de pagar un precio más alto de la luz que sus competidores?
-
Pérdida de competitividad. Debido al incremento del coste energético otros países miembro de la Unión Europea tienen acceso a los materiales para reciclar en mejores condiciones económicas que nuestras plantas.
-
Las instalaciones recicladoras pagan a los productores de residuos por la adquisición de los materiales metálicos para ser reciclados, ya que la venta de los metales obtenidos compensa el coste del tratamiento y aporta un beneficio industrial. Por lo tanto, otros países al tener menos costes serán más competitivos.
-
En definitiva, se producirá una fuga de residuos no tratados a países de la Unión Europea y en particular fuera del marco comunitario (Asia y África).
-
Pérdida de puestos de trabajo. Derivada del apartado anterior, el desabastecimiento de materiales para reciclar traerá como consecuencia la pérdida de puestos de trabajo en un sector especialmente afectado por la falta de consumo interno del Estado. Además, gran parte del tejido sectorial está formado por pymes de carácter familiar.
-
Deslocalización de plantas de tratamiento. El coste de tratamiento de los residuos en el Estado español es sustancialmente mayor que en países fuera de la Unión Europea como africanos o asiáticos. Existen diversas razones: mayores costes laborales, legislaciones ambientales menos rigurosas o inexistentes en países fuera de la Unión Europea, etc.
-
Inevitablemente, esta nueva situación perjudica las inversiones actuales y futuras de plantas de reciclado de nuestro país, reorientándolas hacia países fuera de la Unión Europea. Es decir, al perder competitividad en el mercado del reciclado las inversiones y empleo se generan fuera de España.
-
Incumplimiento de objetivos de reciclado, directivas europeas, legislaciones nacionales y planes de residuos. Sanciones. España, como Estado miembro de la Unión Europea, está obligado a cumplir determinadas directivas comunitarias de ámbito ambiental. En ellas se incluyen objetivos de recogida y valorización de residuos, que en caso de no cumplirse, acarreará sanciones por la Comisión Europea.
-
Mayor dependencia de materias primas de otros países. Debido a la disminución de la producción de las plantas de reciclado y a la fuga de materiales a otros países, España debe importar materias primas recicladas para compensar la balanza y poder continuar fabricando bienes de equipo. Esto crea una preocupante dependencia de los precios marcados por otros países.
SOLUCIONES CONCRETAS
Para que España pueda cumplir con los objetivos de reciclaje que marca el PEC para 2030 o, más cercano todavía en el tiempo, para no quedarse sin acceder a los fondos de cohesión por no cumplir con las tasas de reciclajes fijadas por la Unión Europea para 2020, es urgente promover, entre otros muchos factores, que el precio de la energía sea proporcionado y razonable para el tejido productivo español y que esto sea tenido en cuenta en próximas revisiones de peajes de acceso. En caso contrario, un factor externo a la propia ardua tarea de la recuperación y el reciclaje está poniendo en riesgo de viabilidad a todo un sector llamado a liderar el cambio de ciclo económico.