Julio 2015.- Intereses y Fuerzas ocultas
Desde la primera instalación de energía solar en España, hace casi medio siglo, hemos ido viendo como se ha ido avanzado muy lentamente hacia el ahorro y eficiencia energética, apoyado por iniciativas europeas pero implantado de forma muy irregular e inestable en los distintos países.
Inicialmente la tecnología y el rendimiento de las instalaciones no satisfacían al cliente final no solo por la parte de ahorro económico sino también por las actividades de mantenimiento que obligaba a hacer al usuario. Se siguió avanzado y nuevamente, a principios de los 80, hubo otra oportunidad de hacer las cosas bien pero en esta ocasión la instalación y los materiales no adecuados era el punto débil, entrando nuevamente en un olvido de las energías renovables. Después de varias directivas europeas se consigue trasladar parte de ese contenido a la normativa nacional (CTE 2006) obligando instalar energías renovables en nuevas construcciones y teniendo que certificar energéticamente las viviendas. Nuevamente existe la posibilidad de hacer las cosas bien pero no se hace por la dejadez política y la situación económica que favorecía además el intrusismo. Es cierto que en la evaluación de integración de energías renovables es necesario contemplar otros factores, a parte de la inversión inicial y el retorno simple de la inversión, como son los aspectos medioambientales y energéticos de cada país traducidos en dinero, como por ejemplo las multas por contaminación o la dependencia energética o los costes asociados al cambio climático. Creo que una pregunta muy interesante sería ¿cuánto nos ahorraríamos si generásemos nuestra propia energía sin depender de países terceros? En este punto y siendo coherentes deberíamos jugar con las distintas energías disponibles para crear un mix lo mas limpio y eficiente posible.
Por último, sería muy importante repercutir en el ciudadano parte de los ahorros conseguidos, para que la sociedad también lo perciba como algo bueno y tangible. No me refiero a subvenciones, sino a beneficios fiscales o incluso a la reducción de precios de los productos finales ¿Por qué los productos y servicios ligados con las energías alternativas y la eficiencia energética son mas caros?. Cuando en todos los proyectos se habla de ahorro energético y económico ¿porque no se puede repercutir parte de ese ahorro a la sociedad? Deben existir todavía intereses y fuerzas ocultas...
David Hernández
Director